• 08/02/2025 09:44

Liderar para trascender con dignidad

En un artículo de mi autoría publicado hace algunos años titulado: “Cuando se tiene una histórica oportunidad”, escribí que: “a pocas personas en la historia de la humanidad les ha tocado la oportunidad de que, a su nombre, o a su gestión, la historia lo maque con un antes o un después. Aquí en el patio, son contadas, con los dedos de una mano, desde el inicio de la República. (...) sin los análisis más profundos y extensos, veamos los dos nombres que perduran en el centro de la vida política nacional desde hace un poco más de 85 años. Un joven Arnulfo Arias lidera un golpe de Estado en 1931 que dibuja el resto de su presencia en la vida nacional para bien o para mal. Un Omar Torrijos se regresa a Panamá de México para enfrentar a los que lo tratan de exiliar, para bien o para mal. (...) quiéranlos o no, se atrevieron cuando el momento se les presentó y hoy hablamos de un antes y un después de cada uno de ellos: su presencia, sus aportes y desaciertos y lo que significó”.

El presidente José Raúl Mulino tenía bien claro los retos cuando asumió el poder el pasado mes de julio de 2024. Resolver el desastroso asunto financiero en que se encuentra el país, la emigración irregular, lo concerniente a la Caja de Seguro Social, el embalse de río indio para suplir de agua a las ciudades de Panamá y Colón y para las operaciones del Canal de Panamá, entre los más significativos. Ahora Donald Trump se hace de la presidencia de los Estados Unidos y surge un problema que pensábamos superado.

Estamos en tiempos de crisis: política, social, cultural, educativa y una marcada crisis de credibilidad en las autoridades y de autoestima nacional. No es en un solo segmento de la población; no nos equivoquemos. Los de a pie, los que tratan de vivir con lo que tienen y los que consumen lo último de la moda para demostrar de alguna manera que, supuestamente, mostrarse mejor que los demás, es lo que vale: pensarse mejores que otros.

Cada cierto tiempo escribo sobre la posibilidad de trascender; como sociedad, pero, ante todo, como individuos. Teorizando, decía que, ‘...la sociedad que queremos construir a partir de este momento debe incluir políticas educativas visionarias, que sean extensivas a todas las regiones poblacionales del país, que garanticen participación y equidad para todos y que propicien el mejor clima posible para el desarrollo personal’. Desde que escribí esas líneas, hace casi quince años, las cosas no han mejorado. Lo que había que mejorar se ha ido sumando con lo que hay que hacer cada nuevo año para llevar esta sociedad a un lugar trascendental. Y como dicen los que conocen de este tema, 25 años, por lo menos, han de pasar para corregir las deficiencias con los cambios requeridos.

Trascender como sociedad implica que se parte de un estado en que los elementos para hacerlo gozan de un estado aceptable. Es decir, que la sociedad como tal, ha alcanzado espacios de crecimiento y conciencia, en donde la mayoría contribuye al desarrollo colectivo y se encuentra preparado para las siguientes fases de crecimiento sabiendo quiénes son, de dónde vienen y hacia dónde queremos ir. Pero todos sabemos que no estamos allí. No tengo que repetir cómo está el sistema educativo, la seguridad social, la seguridad colectiva, etc. La baja calidad de la educación, sumado al efecto de las redes sociales y otras distracciones innecesarias, han atentado sistemáticamente al desmejoramiento intelectual. No podemos trascender cuando los que tenían que marcar el camino, han abusado de la cosa pública para su beneficio propio y de grupo.

Resolver para bien del país las amenazas del presidente Trump, solo es uno de varios retos para el presidente Mulino. Claro, un reto que no esperábamos, pero creo que nuestra sociedad enfrenta amenazas más serias a largo plazo. Estamos en problemas... créanme, muchas cosas están en peligro: la seguridad nacional, el desarrollo y crecimiento para todos, la paz social y el futuro.

Si resolver con dignidad este capítulo de amenazas del presidente Trump ciertamente marcará en la historia de las luchas por la soberanía nacional, más serán las menciones y reconocimientos si logra el presidente Mulino romper con la especial de corrupción y decadencia cultural y social que vivimos en estos tiempos.

Para trascender, el esfuerzo debe estar centrado en la construcción de una mejor sociedad a través de la educación. Es la única forma en que la población no dudará en expresar orgullo patrio y dignidad nacional.

*El autor es comunicador social

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