• 02/08/2016 02:00

La hipocresía y la Ley de Educación Sexual Integral

Es preferible tener una Ley imperfecta pero susceptible de mejorar y perfeccionar a no tener nada y quedarnos como estamos

Hace 25 años atrás, cuando dictaba la asignatura Bases Biológicas de la Conducta Humana, para alumnos de primer año de la Escuela de Sicología, me encontraba explicando la herencia del sexo en nuestra especie y la diferencia de las fórmulas cromosómicas entre un varón y una mujer, un excelente alumno de unos 22 años me preguntó: ‘¿Cuál es el complemento cromosómico de los homosexuales y las lesbianas? '. Allí me percaté, recién llegaba de estudiar en el exterior, de la falta de educación sexual que teníamos en nuestro medio y la relación con los embarazos indeseados. Este tipo de pregunta se ha venido repitiendo hasta la actualidad.

Estamos en un país donde abundan los hipócritas que fingen una moral, sentimientos o creencias religiosas que no tienen; donde muchos aceptan a las queridas (en especial si el amigo, casado o no, ‘tiene plata '); donde la prostitución no es censurada ni tampoco las mancebías a donde ‘se va de putas ' los viernes; donde están de moda las ‘table dance '; se hacen despedidas de solteras con famosos ‘strippers '; donde algunos ‘viejos verdes ' andan con muchachitas que pueden ser sus nietas para demostrar que son hombres; donde hay una enorme cantidad de hogares desmembrados, en los que se debe ‘ensillar un gallinazo ' para que el padre que se largó, pague la pensión de los hijos, donde series de televisión como ‘sin tetas no hay paraíso ' y otras que ensalzan a los ‘narcos ' están al igual que muchos reguetones vulgares en el ‘top seller '.

Todo esto es el resultado de la falta de educación sexual y de la ignorancia de muchos, independientemente del estrato social y así también de la intromisión de las iglesias, en especial la de tradición judeocristiana. En efecto, recuerdo el caso de un conocido que se fue con otra mujer y su consorte decía ‘que era una prueba de Dios ', lo triste es que todavía la tiene puesta a prueba.

Es tal el desconocimiento (en este país todo el mundo opina de todo y es experto en todo) que muchas personas no comprenden que la sexualidad evoluciona a partir del nacimiento, que el proceso de maduración de las células sexuales (gametas) se inicia en la vida intrauterina y que la reproducción de las especies es un reflejo de la capacidad de replicarse de la molécula del ADN. Una prueba de la ignorancia imperante es que hace cerca de 10 años no hemos podido finiquitar este tema y estamos pagando sus consecuencias.

Una Ley de Educación Sexual Integral, es un tema muy distinto al de los manuales de instrucción que se puedan elaborar y utilizar de acuerdo a cada edad, para el logro de un tratamiento objetivo del tema con miras a reducir los casos derivados de la falta de educación sexual a nivel nacional.

Que aquellos que se oponen a esta Ley, incluyo a todas las iglesias, se hagan cargo de las adolescentes que han perdido sus sueños; de los abortos clandestinos y de las muertes de adolecentes a causa de manipulaciones ilegales o de sus suicidios; del tratamiento médico de las contagiadas con el VIH, el VPH y otras ETS, de los niños que han nacido con malformaciones congénitas y de la educación de esos inocentes así concebidos. A todo esto, ¿cuántos de los que se oponen a esta ley se han tomado el tiempo para hablar del tema, y qué grado de preparación tienen para tratarlo con sus hijos? La respuesta común: ‘Si sales preñá, te vas de la casa '.

Es preferible tener una Ley imperfecta pero susceptible de mejorar y perfeccionar a no tener nada y quedarnos como estamos.

PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE PANAMÁ.

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