• 04/01/2025 12:14

Las cuentas humanas

Una de las principales contribuciones de Solís ha sido la creación de la Academia de Control Gubernamental, considerada un impulso al aprendizaje, visto de manera estratégica.

La curiosidad me llevó, como ciudadano de a pie y como científico social preocupado por temas nacionales, a analizar la recién terminada gestión del contralor Gerardo Solís, que entregó su cargo el 31 de diciembre de 2024. Centré mi análisis en los factores humanos que guiaron la relación con sus subalternos, y para ello realicé entrevistas con directores, jefes y colaboradores.

Apenas arribó al cargo, Solís ponderó y rescató el mejor talento del recurso humano de la Contraloría, profesionales con reconocidas capacidades, que habían sido relegados a responsabilidades secundarias por administraciones anteriores, pero que no fueron despedidos por poseer el respaldo de carrera administrativa. Ellos señalan que el contralor Solís los valoró y los reincorporó a los puestos que anteriormente habían realizado con honestidad y profesionalismo.

Como una de las estrategias claves en la gestión administrativa, el contralor Solís enfocó a su equipo directivo a regirse por un plan estratégico a cinco años, que potenció el talento de sus directores, encuadrando la gestión apoyada en actitudes de liderazgo transformador. Aseguran los entrevistados que un gran aporte al éxito organizacional fue la nueva ley que rige a la Contraloría General, y que uno de sus principales logros, es garantizar la estabilidad laboral y la implementación de la certificación y capacitación de todos los auditores internos, pilares de la fiscalización del gasto público.

Una de las principales contribuciones de Solís ha sido la creación de la Academia de Control Gubernamental, considerada un impulso al aprendizaje, visto de manera estratégica. Se logró implementar, junto con la Universidad de Panamá, la Maestría en Control Gubernamental y el Diplomado en Auditoría General, lo cual sirvió de plataforma para el entrenamiento del programa de los censos nacionales. Solís también desarrolló la certificación de los auditores internos de las instituciones gubernamentales, cursos en la modalidad virtual, haciendo que la gestión del conocimiento fuese a tiempo y con mayor cobertura de población.

Se interesó en mantener un clima y ambiente laboral positivo, y liderazgos eficientes en los directores y jefes, realizando mediciones anuales mediante encuestas científicas del clima laboral, actividad esta que se hizo por vez primera en la institución; con ello, se vio fortalecida la comunicación horizontal y vertical, el trabajo en equipo y las relaciones interpersonales.

Otro de los aspectos que toma relevancia hoy en nuestro país es el tema de los valores; para tal fin, se creó el Código de los Pilares de la Cultura Institucional. Se desarrollaron sendas campañas y capacitaciones sobre integridad, trabajo de equipo, comunicación efectiva y creatividad innovadora. La Contraloría, con esta iniciativa, se puso al día en las recomendaciones del concepto y metodología IntoSAINT Olacefs, creando el marco de medidas preventivas, con el propósito de asegurar que el personal fiscalizador no esté expuesto a tentaciones contra la integridad.

Un logro notable fue el pago de la prima de antigüedad, acción que reivindica para muchos servidores, una vieja deuda institucional. Y, entre otras acciones novedosas, se implementó el Programa de Excelencia, que consiste en incorporar a la institución jóvenes de índices académicos excelentes, de diversas universidades, para apoyar a las diferentes direcciones de la Contraloría. También, los servidores de la Contraloría se vieron beneficiados con la inauguración de un gimnasio, que induce a la práctica del deporte y otros programas de salud física y emocional. El contralor Solís, de acuerdo con nuestra apreciación, gestionó su administración teniendo como plataforma el talento humano y el liderazgo de todos los servidores de esta institución.

*El autor es magister en psicología

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