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- 12/01/2025 12:52
La historia para construir el futuro
La ministra de educación, Lucy Molinar, palabras más, palabras menos, ha dicho que la asignatura sobre las relaciones de Panamá con los Estados Unidos no se había eliminado, sino que se había incorporado al temario general de las clases de historia. Esa aclaración no apaciguó las exigencias de muchos que ven como necesario mantener el nivel de la asignatura como se presentaba en el pasado. Hace unas semanas el presidente de la república, José Raúl Mulino solicitó a la ministra Molinar elevar la asignatura al nivel que se impartía hace algunas décadas.
La ministra no estaba sola en atenuar la enseñanza de esta histórica y muchas veces difícil y peligrosa relación. Demasiadas veces escuché que seguir estudiando la histórica relación entre Panamá y los Estados Unidos ya no guardaba la importancia que en otrora tenía. Que había que dejar esos incomodos temas a un lado con nuestro “principal socio comercial”. Supongo que, desmantelada la zona del canal y las bases militares y, entregada el Canal a Panamá el 31 de diciembre de 1999, pensaban que todo estaba resuelto, que toda amenaza a nuestra independencia y soberanía había quedado en el pasado. ¿Para qué revolver esos conflictos?
En materia educativa, para muchos las asignaturas humanísticas son una pérdida de tiempo. El país necesita técnicos bien preparados para apoyar los esfuerzos de desarrollo, construir lo que sigue para ingresar al primer mundo. Y en ese carrito nos han traído desde hace unas cuantas décadas con el sistema educativo que ha dejado a segunda orden los temas históricos y que los resultados no reflejan por ningún lado ese nivel que el país “necesita” a 25 años de iniciado el siglo XXI. Lo que hemos presenciado es un sistemático deterioro social, cultural y moral fundamentado en un descarado ambiente de corrupción y decadencia. Soy parte de ese reducido grupo de personas que sabemos que no se puede avanzar sin tener bien claro el camino recorrido. Avanzar como país. Hemos insistido hasta la saciedad sobre la importancia de trasmitir insistente y constantemente las amenazas, los desafíos y los logros alcanzados particularmente en el siglo pasado. Un camino lleno de sacrificios y muchas veces teñidos con la sangre de patriotas panameños de varias generaciones.
En el contante y difícil intento por exponer nuestros argumentos a favor de proteger y difundir la memoria histórica, los que toman decisiones nos miran de reojo o tienden a guardar silencio. Que vivimos en el pasado; que muchas veces somos voces que distraen o entorpecen en los procesos de planificación y desarrollo, cuando insistimos en que se invierta lo económicamente necesarias para proteger las huellas dejadas por desprendidos patriotas y el patrimonio histórico.
Para sentirse bien y que de alguna manera cumplir, se ha hecho costumbre armar homenajes y reconocimientos para “celebrar” o “conmemorar” algunas de los acontecimientos históricos: lujosos espectáculos que no profundizan en el porqué de esos acontecimientos ni presentan el contexto más amplio que los hicieron posibles.
¿Por qué es importante mantener la enseñanza de las relaciones de Panamá con los Estados Unidos? Porque en los momentos cruciales es importante estar preparados. Tan solo la semana pasada estuvimos expuestos a varios ejemplos de lo que produce un sistema educativo que desestima el valor de su historia: 1-) La controversia generada por el alcalde capitalino con respecto a la solemnidad que parte significativa de la población aun exige con respecto a los Mártires y eventos del 9 de enero de 1964. 2-) La muerte y las recordaciones sobre el papel que jugó el expresidente James (Jimmy) Carter, firmante de los tratados Torrijos-Carter de 1977. Y: 3)-Todas las interrogantes que se generan sobre la preparación profesional y diplomática de los embajadores designados para representar a nuestro país en el servicio exterior (Los “diplomáticos de ahora”, lejos están de ser los de las décadas en conflicto directo con los Estados Unidos). Todo esto se viene dando en el marco de las abiertas y claras amenazas del presidente electo de los Estados Unidos sobre su intención de recuperar el Canal de Panamá. Los tres puntos mencionados están intrínsicamente relacionados a la historia compartida entre los dos países.
Ciertamente hay muchachos avanzando en robótica, explorando las ventajas de la Inteligencia artificial, teorizando sobre logística y desarrollo y otras áreas importantes para el futuro del país. Pero muy poco han tenido la oportunidad de sentir en el alma lo que han representado los capítulos históricos relacionados, para una mejor comprensión sobre el periodo incierto y de amenazas que ahora transitamos. Para enfrentar los retos del futuro, es necesario formar a los estudiantes y a los que nos representaran en el escenario internacional, con una conducta genuina de dignidad y con un sentimiento de patria, conocimiento y respeto por la historia nacional.