• 07/01/2025 00:00

La dinámica de la participación ciudadana y la constituyente originaria

[...] para ir hacia una Asamblea Constituyente Originaria, debemos caminar previamente, por un proceso de alfabetización constitucional, que le permita a los ciudadanos orientarse y conocer [...] sus derechos y la manera de ejercerlos

Una de las bases fundamentales para garantizar el éxito del proceso constituyente es la dinámica que se logre despertar en los ciudadanos, y que estos se conviertan en el motor de los cambios trascendentales que exige y demanda el país al llegar ya a un cuarto del siglo XXI.

A la fuerza se nos dio una Constitución en 1972, como producto del sistema autoritario vigente y de una clase política y los diversos factores de poder, que les ha resultado más cómodo desde entonces, seguir con los barnices y parches al texto constitucional, sin consultar a ese poder constituyente originario, que es el pueblo, a efecto de que pueda hacer las transformaciones que se aspira concretar.

Frente a ese escenario, no es tarea fácil sacar al ciudadano de a pie de la abulia, apatía, incredulidad y falta de fe, luego de 52 años de estar sometido a la alquimia política y económica para beneficiar a unos cuantos. Por eso, para ir hacia una Asamblea Constituyente Originaria, debemos caminar previamente por un proceso de alfabetización constitucional, que le permita a los ciudadanos orientarse y conocer de las herramientas que posee para poder conocer de sus derechos y la manera de ejercerlos. La idea es clara: una vez se pase de esta fase de alfabetización constitucional y caminemos a un proceso constituyente, lo importante será que los ciudadanos van a tener en sus manos los elementos que le van a permitir que nunca más los puedan sojuzgar o engatusar en materia de los derechos que va a poder ejercer de manera permanente, en su comunidad, en su barrio, en su calle o edificio, de tal forma que sea solo una minoría la que se quede tirada en una hamaca o en una mecedora, mientras el país demanda de su actividad y toma de decisiones. Tenemos que dar pasos en firme para crear conciencia en los ciudadanos que debemos caminar hacia una real y verdadera democracia participativa que estimule y fomente una vida local donde se busque la solución de los problemas y no esperar que se tenga que trancar una calle para darnos cuenta de que tenemos en nuestras manos la posible solución de los problemas de nuestras comunidades.

Las prerrogativas y privilegios con que se disfraza la impunidad deben cesar, pero para ello se requiere de una dinámica de la sociedad que demande esos y otros cambios que se han dejado olvidados para solamente complacer a los grupos de poder enquistados en las estructuras del Estado. Esperamos que en las próximas semanas y meses se redoblen esfuerzos con la participación de todos los sectores en este año de la alfabetización constitucional.

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