• 06/12/2023 17:29

La comunidad internacional

La centralidad de la persona humana y la natural necesidad de relacionarse entre sí es el elemento fundamental en la que se construye la comunidad internacional

Dios nos enseña que es el Señor de la historia y del universo. Nos enseña la importancia de la unidad del género humano. Al crear al hombre a su imagen y semejanza le confiere dignidad plena y única y lo crea para vivir en comunidad.

La centralidad de la persona humana y la natural necesidad de relacionarse entre sí es el elemento fundamental en la que se construye la comunidad internacional, cuyo objetivo es el bien común universal. Existen dificultades que no permiten lograr dicho objetivo debido a ideologías materialistas, nacionalistas, discriminatorias, entre otras.

Las Naciones Unidas está fundada bajo los mismos valores que deben orientar a los seres humanos entre sí: la verdad, la justicia, la solidaridad y la libertad.

La enseñanza de la Iglesia en el ámbito de los principios constitutivos de la comunidad internacional exhorta a las relaciones entre los pueblos y las comunidades políticas encuentren su justa regulación en la razón, la equidad, el derecho, la negociación, excluyendo la violencia, la guerra, la discriminación, la pobreza, la intimidación y el engaño.

El derecho se presenta como instrumento de garantía del orden internacional, la comunidad internacional es una comunidad jurídica fundada en la soberanía de cada uno de los Estados. El magisterio reconoce la importancia de la soberanía.

Para consolidar un orden internacional que garantice eficazmente la pacífica convivencia entre los pueblos, la misma ley moral que rige la vida de los hombres debe regular también las relaciones entre los Estados.

La Santa Sede goza de plena subjetividad internacional, ejerce una soberanía externa reconocida por la comunidad internacional. El servicio diplomático de la Santa Sede es un instrumento para la defensa y la promoción de la dignidad humana, así como establecer un orden social basado en los valores de la justicia, la verdad, la libertad y el amor.

En la visión del magisterio, el derecho al desarrollo se funda en los siguientes principios: unidad de origen y destino común de la familia humana, igualdad entre todas las personas y entre todas las comunidades, basada en la dignidad humana, destino universal de los bienes de la tierra, integridad de la noción de desarrollo, centralidad de la persona humana y solidaridad.

La doctrina social induce a formas de cooperación capaces de incentivar el acceso al mercado internacional de los países marcados por la pobreza y el subdesarrollo; y son aislados del mercado mundial.

Deben permitirles a los países en subdesarrollo tener acceso equitativo a los mercados internacionales, sin explotarles sus recursos naturales. Entre las causas que en mayor medida concurren al subdesarrollo y a la pobreza están: la imposibilidad de acceder a los mercados internacionales, el analfabetismo, las dificultades alimentarias, la ausencia de estructuras y servicios, carencias en el servicio de salud, la corrupción, etc.

La iglesia católica en su doctrina social nos insta a pasar a la acción, al principio de la solidaridad para erradicar a la pobreza y buscar el bien común.

El autor es abogado penalista.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus