• 28/08/2023 00:00

La infraestructura escolar, un asunto por resolver

“Más allá de analizar si la mejor salida al problema es condenar a los estudiantes a la pérdida de clases [...], vale la pena revisar las causas de lo que parece ser un mal de nunca acabar [...]”

Uno de los factores que concita mayores voluntades para huelgas y paros en centros educativos son las demandas por las nuevas edificaciones para atender a los alumnos o por reparaciones no efectuadas a daños en diferentes áreas de las instalaciones escolares.

Más allá de analizar si la mejor salida al problema es condenar a los estudiantes a la pérdida de clases (acción en estos casos auspiciada, en muchos centros, más que por los voceros gremiales, por voceros de padres de familia), vale la pena revisar las causas de lo que parece ser un mal de nunca acabar y en función de ello, hacer algunas sugerencias al respecto en el interés de ofrecer un punto de vista sobre este particular.

Veamos primero el tema de las reparaciones; estas surgen producto de factores como la ausencia de una cultura de mantenimiento preventivo, la falta de planificación adecuada para ese mantenimiento, la ausencia de capacidad gerencial en las instancias y personas responsables de esta tarea en cada centro o circunscripción educativa y en adición, la falta de una visión y estrategia desde el Estado para comprender la magnitud y consecuencia de este descuido. Producto de los factores señalados en el párrafo previo, surgen otras dificultades o aspectos que se suman y/o son causales del deterioro de las infraestructuras escolares, nos referimos a la ausencia de recursos presupuestarios, la ausencia de mecanismos flexibles que permitan trámites expeditos frente a situaciones de urgencia, una centralización de las decisiones que provoca que muchas veces por la distancia se pierda de vista la urgencia de la necesidad, a esto se suma la falta de una estructura orgánica con suficiente capacidad, recursos y compromiso para asumir esta tarea tan trascendente.

A mi juicio, una dirección o departamento de mantenimiento y reparaciones de infraestructuras escolares bajo el paraguas del Gobierno de turno no es la adecuada para una responsabilidad tan determinante.

Cuando analizamos la arista referente a las construcciones de nuevas instalaciones de cualquier tamaño y complejidad la historia es parecida; sería interesante un estudio para ver en los últimos 20 años cuántas empresas han participado y ganado licitaciones y luego, en menor o mayor plazo, abandonan el proyecto, lo que da lugar a un burocrático proceso con las compañías aseguradoras y reaseguradoras que contratan nuevas empresas de construcción para concluir el proyecto, a veces uno o varios años después; a esto hay que agregar también la ausencia de planificación de construcción de edificios escolares, lo que tiene diferentes consecuencias dependiendo de la situación geográfica / demográfica, pero que, a manera de ilustración, podemos indicar que la demanda no satisfecha de edificaciones escolares obliga a que en los lugares de mayor densidad demográfica, los edificios escolares alberguen dos y hasta tres jornadas, con los efectos y / o consecuencias para la atención a los estudiantes, cuyo horario de clases se reduce y limita de manera significativa.

Sumemos a todo esto el hecho de que la planificación y la aprobación de nuevas construcciones se da a nivel central y sujeto a presupuestos también centralizados, que las instancias que licitan, convocan, aprueban planos y cronogramas están todas dentro de la estructura de gobierno, con las limitaciones propias de tal condición y con los riesgos propios de dicho modelo gerencial. Entonces, si seguimos haciendo lo mismo con los mismos procedimientos, organización y actores no habrá forma de resolver el problema y seguiremos dando argumentos a quienes les gusta suspender clases y ser protagonistas en los escenarios de crisis.

Por tanto, en consideración a lo señalado, nos atrevemos a plantear algunas ideas para tratar de salir de esa condición, que, sin duda, incide en los resultados educativos.

1 -. El mantenimiento de los edificios escolares tiene que entrar rápidamente en un proceso de planificación que genere la información sobre el estado o la condición de aspectos tales como la electricidad, la fontanería, techos , cielo raso, paredes y pisos, etc., y se define con base en ello, un programa de mantenimiento preventivo, tomando en cuenta el principio de “vida útil” de aquellas cosas que deben ser reemplazadas periódicamente.

2 -. En función de lo anterior, establecer un calendario de mantenimiento preventivo para cada centro o circunscripción educativa, tomando en cuenta el diagnóstico de vida útil efectuado previamente.

3 -. De igual manera debe haber una planificación para asegurar los presupuestos correspondientes que consideren la totalidad de las reparaciones requeridas.

4 -. En cuanto al modelo gerencial conviene la tercerización de estos servicios con contratos que contemplen las tareas a realizar por la empresa contratante y los tiempos en que deben concretarse los mismos, para lo cual es fundamental asegurar que no interferirán en las labores de aprendizaje de los estudiantes; esto conlleva otra característica de los contratos con las empresas proveedoras; el compromiso de estar disponibles a respuestas en un horario 24/7, de modo que cualquier eventualidad pueda ser atendida en horarios nocturnos y de fines de semana cada vez que el caso lo amerite (esto es menos probable con funcionarios).

5 -. Las nuevas edificaciones, por su parte, deben partir de contar con criterios y especificaciones, considerando situaciones de la población y modalidades a cubrir, las diferentes condiciones geográficas y topográficas de modo que existan incluso planos preliminares, tanto en infraestructura como electricidad, fontanería y tecnología requerida para cada una de ellas; para ello vale la pena tomar en cuenta un documento elaborado en el Meduca en el quinquenio 2014-2019, que establece criterios referentes a la “Estandarización de la Infraestructura Escolar” en lo referente a: Diseños arquitectónicos modulares típicos, especificación de materiales y acabados, especificación de construcción de infraestructura escolar y parámetros básicos de diseño estructural (eléctrico, sanitario, tecnológico, etc.).

6 -. El modelo gerencial debe implicar la conformación de una instancia descentralizada, con una junta técnica que defina y verifique los aspectos propios de la construcción y un gerente / director con el equipo y autoridad suficiente para definir necesidades en orden de prioridad, de modo que pueda presentar los proyectos y presupuestos de forma oportuna, asegurar el recurso, propiciar las licitaciones, armar los contratos y que estos precisen la naturaleza de la obra a desarrollar, los tiempos de entrega, las garantías correspondientes, darle el monitoreo y seguimiento a las obras y presentar de forma oportuna ajustes para atender cualquier necesidad que indique acciones extraordinarias y también asegurar las condiciones y recursos para hacer los pagos a tiempo en base al calendario acordado.

Finalmente, consideramos que debe ser siempre necesario por parte de los responsables de los edificios escolares tener presente los parámetros que el documento precitado establece como indicadores de calidad, al señalar que los edificios escolares deben caracterizarse por: ser funcionales, confortables, saludables, seguros, confiables, estéticamente agradables, resilientes, de alto desempeño y amigables con el ambiente.

Ex viceministro de Educación.
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