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- 14/12/2023 15:09
Inclusión financiera de MyPE, la clave económica panameña
Las micro y pequeñas empresas (MyPEs) que representan el 90% del tejido empresarial de Panamá, desde hace más de cuatro años vienen enfrentando desafíos significativos, como la desaceleración económica del 2017 y 2018, la crisis por los cierres sanitarios durante la pandemia en el 2019, el colapso por la guerra de Rusia-Ucrania, en el 2022 y las perturbaciones de la movilidad personal por las manifestaciones sociales en octubre de 2023. Este panorama ha venido representando un duro golpe para muchas familias panameñas, ya que las MyPEs tienen múltiples roles de contribución a la economía, a saber: agregan valor a sus clientes, comprar a otras empresas y generar puestos de trabajo, tanto formal como informalmente.
Según una publicación de mayo del 2021 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se estima que en Panamá hay aproximadamente 200,000 micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes ), constituyendo el 96,3 % del total de empresas y el 49% del empleo formal. Según datos de 2016, estas empresas son responsables de la generación de US$ 6,500 millones, siendo la empresas MyPEs el 59.1% de ese monto.
La motivación y resiliencia característica de este tipo de empresas, sugiere que estas serán un importante factor para el despegue económico en el próximo quinquenio, puesto que su agilidad y capacidad de innovación podrá permitirles impulsar rápidamente la economía, moviendo dinero localmente. Siempre y cuando exista accesibilidad a productos financieros como cuentas bancarias, créditos, seguros y préstamos adaptados para las MyPEs. Por lo tanto, la inclusión financiera de ellas debería ser una prioridad nacional en los próximos años, aunque Panamá muestra avances significativos en el acceso a los servicios financieros, tal como se lee en los indicadores del Global Findex, Microscopio Global e Índice de Desarrollo Financiero. En el caso del Global Findex Panamá refleja un aumento constante en la titularidad de cuentas financieras y ha alcanzando un 44.9% en el 2021, este incremento se mantuvo continuo desde el 2011 cuando la titularidad llegaba a 24.9%. Según un informe del Centro Nacional de la Competitividad de Panamá (CNC), en el Microscopio Global del 2021 Panamá mejoró su puntuación subiendo a 56, es decir dos puntos más con respecto al 2018, y según este indicador hubo mejor regulación de los servicios. En cuanto al Índice de Desarrollo Financiero se muestra una evolución positiva de Panamá entre el 2009 y el 2018 subiendo del 0.31 al 0.35, superando el promedio latinoamericano que es de 0.30, ahora bien se ubica muy por debajo de economías avanzadas las cuales tienen un 0.64 en promedio. Según datos de la Superintendencia de Banco de Panamá los créditos locales para MyPEs representan consistentemente un 22% a 23% en los últimos años.
La política pública de inclusión financiera para MyPEs en Panamá enfrentan desafíos definidos en un estudio de mercado hecho por el Observatorio de Aceleramiento Empresarial de la Dirección de Planificación de la Autoridad Panameña de la Micro Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme) y ejecutado por el Centro Nacional de la Competitividad (CNC) entre el 2020 y el 2021, en el marco del proyecto del PNUD para el fortalecimiento institucional de la ampyme. Los hallazgos han guiado el diseño de programas de apoyo condicionado para sector en la actual administración como la Banca de Oportunidades, donde se ofrecen créditos, garantías y capacitación a los MyPEs.
A futuro, estos resultados también serán útiles para la planificación del despegue económico del próximo quinquenio, puesto que este estudio de mercado contempla datos desde la perspectiva de los empresarios y de la opinión de los expertos del sector. Desde la perspectiva de los empresarios MyPEs, las principales barreras son: Una limitada información sobre las actividades de las entidades financieras, una baja proporción de entidades financieras en el interior de la República, una reducida oferta de atención especializada para MyPEs, escasa oportunidad de educación financiera y falta de programas de desarrollo empresarial.
Estos resultados son importantes para planificar el futuro económico, pues incluyen las perspectivas de empresarios y expertos del sector. Desde la visión de los expertos del sector financiero MyPE, para poder impulsar la inclusión financiera se deben desarrollar acciones que conecten la oferta con la demanda, sorteando las barreras aludidas mediante la creación de incentivo fiscales que motiven a las entidades financieras a dirigir fondos a las MyPEs, ofrecer formación financiera y el desarrollo empresarial. Además, entre las conclusiones de este estudio de mercado están los lineamientos para el diseño de una Política Pública de Inclusión Financiera (PPIF) para MyPEs, que procure una gobernanza clara y mensurable útil para llevar un control de avances, tanto de los programas de la política pública como de su presupuesto.
Luego de lo anterior, podemos formarnos la opinión de que las políticas públicas de inclusión financiera oportunas actuarían como catalizadores, convertirían a agentes económicos informales en MyPEs, motivarían a los emprendedores e impactarían positivamente a la economía en general. Asimismo, estimularían al ecosistema de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (MIPyME) funcional, social y emocionalmente, quienes vienen afrontando desafíos significativos en los últimos siete años.
El autor es psicólogo con máster en sistema de información e investigación de mercados y docente universitario.