La imposición de cascos blancos a los ingenieros

Hace unos sábados, me tocó el honor y placer de asistir, con mis mellizos, a la imposición de cascos blancos a los estudiantes de la Facultad de Ingeniería, que están por concluir sus estudios. Y la verdad, salí sumamente agradecido con Dios, por haber podido ver a mis hijos recibir sus cascos blancos y sus certificados, que los acerca más a ser ingenieros debidamente idóneos.

Mientras transcurría el acto, por mi mente fueron pasando muchas imagines y discursos de personas que, reiteradamente, salen en los medios de comunicación, demeritando a los profesionales panameños, en lo que parece una campaña orquestada con el fin de promover la importación de profesionales del extranjero.

La verdad lo que yo vi y sentí, toda esa energía explosiva de los jóvenes y de algunos no tanto, durante el acto fue simplemente extraordinario. Lo que me reafirmó, sin lugar a duda, que contamos con una nueva generación debidamente estudiada, y que estará a disposición del país para desarrollarse profesionalmente como ingenieros.

Ese cacareo constante de algunos, cuyos intereses están muy alejados de la realidad de los panameños, debería de cesar. En Panamá, créanlo o no, se producen muy buenos profesionales, los cuales solo necesitan una oportunidad para desarrollar sus conocimientos y actitudes, de manera positiva y determinante; decir que no sirven, que están desfazados o que les falta esto o aquello, simplemente es un subterfugio para demeritarlos.

Que yo sepa, nadie nació sabiendo, y ese proceso de aprendizaje que iniciamos en la casa, culmina parcialmente en la universidad, porque, un buen profesional, jamás deja de estudiar y actualizarse. Pero eso conlleva tiempo y paciencia, que aparentemente no le queremos conceder a nuestros jóvenes graduandos y que insistimos en la falacia y mentira de “que los profesionales extranjeros son mejores que los panameños”.

Señores, no se crean el cuento, la mentira, aunque se diga un millón de veces, siempre será una mentira. Los profesionales panameños, son excelentes y mejores que cualquiera.

Volviendo a nuestros profesionales, como yo los vi, tienen suficiente energía para iluminar a todo Panamá, solo hay que darles la oportunidad, y, como nobeles que fuimos todos, irlos guiando y puliendo, poco a poco, para convertirlos en mejores. Esto es muy diferente a apartarlos y despreciarlos, como cacarean algunos, cuyos intereses no son los más convenientes para Panamá.

Según tengo entendido, en otras profesiones se hacen actos similares con los graduandos o pregraduandos: Medicina, Odontología, Veterinaria, Enfermería, etc.

Este acto motivacional, bien lo vale, pues es una forma de reconocerles todo el esfuerzo que han invertido durante años y que está a punto de dar su fruto con el diploma que los acredita como profesionales idóneos, para ejercer sus carreras.

De aquí en adelante, pueden pasar muchísimas cosas, solo le pedimos a todas las personas, que se encuentren en posición de ofrecerles trabajo, que le brinden una oportunidad; me parece que después de tanto esfuerzo, es lo menos que se merecen estos nuevos profesionales. Gracias.