• 11/09/2014 02:00

Contralor y gestión pública (II)

El próximo contralor debe tener una amplitud de caracteres para mediar con todos los sectores

Gestionar lo público en real beneficio de los pueblos, es indudablemente una tarea compleja y difícil, en la que, aparte de convicciones ideológicas, integridad moral, sentido común de las cosas y una fuerte convicción de servicio social, es necesaria una formación seria en métodos y técnicas de gestión, para una adecuada conducción de los asuntos públicos, sobre todo de las políticas, programas y proyectos destinados a satisfacer necesidades y requerimientos sociales.

De ahí que el próximo contralor de la República a más de estos atributos, goce de una amplitud de caracteres para mediar con todos los sectores de la sociedad en la comprensión de sus aspiraciones y que, por el contrario, sea capaz de pensar y actuar por sí mismo, sin el menoscabo de la armonía que debe existir con los otros órganos de gobierno.

Es déficit de los partidos políticos, el hecho de que, en general, no se ocupan de promover una gestión pública con carácter de Estado, que le dé garantía de continuidad a las políticas que buscan favorecer a las amplias mayorías.

Los partidos políticos deben incluir en sus acciones programáticas la educación profesional y afianciamiento de los conocimientos que guardan relación con la gestión pública para que verbigracia sean los propios cuadros los que asuman el reto y echar menos mano del amiguismo y del favoritismo que tanto daño le viene causando, ya de manera histórica, a la gestión pública.

No deja de ser una cruel ironía, que mientras para cargos inferiores privados o públicos se exigen severas pruebas de idoneidad curricular y concursos previos, para los cargos de primera línea solo se requiera ser amigo de alguien, estar en algún tipo de club social o sencillamente ser parte del círculo cero de quienes ostentan poderes.

Debe quedar bien claro que, si bien las políticas públicas son acciones gubernamentales, en nuestro planteamiento, los gobiernos no son los únicos actores en las sucesivas fases de su realización, sino que también tienen su lugar las instituciones educativas y de investigación, los diversos grupos componentes de la comunidad civil y los ciudadanos propiamente dichos, que tengan algo que aportar.

*ECONOMISTA, INVESTIGADOR Y DOCENTE.

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