• 01/12/2024 06:26

Huella indeleble: un llamado a la ética en la educación

Hago un llamado a la reflexión. Como sociedad, debemos proteger la integridad de nuestras instituciones educativas y exigir que la ética prevalezca sobre los intereses personales. La educación no es un negocio, sino un derecho fundamental...

Ser docente trasciende lo profesional; es una vocación que moldea vidas y construye futuro. Durante mis 27 años en la Universidad Especializada de las Américas (UDELAS), he vivido esta realidad en su plenitud, desde las aulas hasta la gestión. La UDELAS era más que una institución; era un sueño colectivo, un espacio donde la educación era sinónimo de calidad, inclusión y compromiso social.

Sin embargo, hoy me encuentro apartado de este proyecto, víctima de una injusticia que atenta contra los valores que siempre hemos defendido. Un pequeño grupo, movido por la ambición, ha usurpado una institución construida con esfuerzo y ética. Este hecho no solo me afecta a mí, sino que daña los cimientos de una universidad que siempre ha estado al servicio de Panamá.

En vísperas del Día del Educador, el dolor es profundo. No solo por la separación de mi trabajo, sino por el daño causado a la institución y a nuestros estudiantes. Quienes hoy detentan el poder, sin el respaldo de la comunidad universitaria, están poniendo en riesgo el futuro de la educación en nuestro país.

La educación es más que edificios y programas; es una fe en el potencial humano. Cada estudiante que se gradúa es un testimonio del poder transformador de la enseñanza. Saber que he contribuido a formar a miles de profesionales es mi mayor satisfacción.

A pesar de esta adversidad, mi compromiso con la educación sigue intacto. La huella del educador es indeleble. Las lecciones aprendidas, los valores inculcados, perdurarán en mis estudiantes y en mí.

Hago un llamado a la reflexión. Como sociedad, debemos proteger la integridad de nuestras instituciones educativas y exigir que la ética prevalezca sobre los intereses personales. La educación no es un negocio, sino un derecho fundamental.

A mis colegas docentes: sigamos adelante, nuestra misión es más grande que cualquier obstáculo. A quienes hoy detentan el poder en la UDELAS: el verdadero liderazgo se mide por la integridad y el servicio, no por la ambición.

Yo seguiré siendo docente, porque el aprendizaje es una forma de vida.

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