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- 05/06/2024 00:00
Honor a la lucha del movimiento estudiantil, 1958
Las demandas presentadas por el movimiento estudiantil en mayo de 1958, responden a las mismas que se han venido presentando año tras año, década tras década, en la búsqueda de un sistema educativo, de calidad para los panameños.
El profesor Abraham Bell (Q.E.P.D.), en el documento titulado “El Movimiento Estudiantil de 1959”, como partícipe del mismo, relata cómo se dieron los acontecimientos que hoy compartimos con ustedes lectores.
El 16 de mayo de 1958 una manifestación de estudiantes secundarios, con delegaciones del interior de la república, había llegado hasta la presidencia de la república bajo una pertinaz lluvia, sin que la misma lograra ser recibida por el presidente. La crisis que apuntaba en el ramo educativo se producía por la indolencia del régimen oligarca - militar de la Coalición Patriótica Nacional ... Se daba una gran falta de aulas, de maestros de escuela, la falta de implementos escolares, situación que se había detectado en todo el país y los estudiantes tomaban cartas en el asunto.
El lunes 19 de mayo los estudiantes habían anunciado una nueva manifestación partiendo del Palacio Justo Arosemena. Los hechos del 19 de mayo se precipitaron rápidamente, como respuesta a la negativa presidencial de recibir a los estudiantes, surgieron los cordones de guardias fuertemente armados por los alrededores de la presidencia y de la Plaza de la Catedral.
Al acercarse la manifestación estudiantil, a la altura de la Iglesia Catedral y de la Avenida Central, los guardias iniciaron las descargas de sus armas produciéndose la primera víctima, el estudiante José Manuel Araúz del Colegio Artes y Oficios producto de una bomba lacrimógena disparada casi a quema ropa la que le destrozó órganos vitales como el corazón y pulmones. La respuesta de los estudiantes no se hizo esperar y se da inicio a la confrontación fuerte y los enfrentamientos se comienzan a generalizar y van alcanzando las inmediaciones del Instituto Nacional donde se van replegando los estudiantes manifestantes con el apoyo de los sectores populares que se unían a estos.
El sepelio de Araúz fue una de las demostraciones más grandes y extraordinarias que se hubiera dado en el país. Hubo una participación diversa de organizaciones sindicales, sectores cívicos y de otros estratos sociales.
Una comisión de la entonces Federación de Estudiantes de Panamá, (FEP) fue designada para intensificar las manifestaciones y conseguir las adhesiones a la huelga estudiantil en el interior de la república. Esa comisión se desplegó con mucha eficacia por las principales ciudades del país. La comisión la integraban, entre otros: Floyd Britton, Polidoro Pinzón y Eduardo Blanco. Esta comisión tenía la encomienda de concientizar y convencer a los estudiantes interioranos para que la huelga se proliferara por todo el país, al menos en los principales colegios. La comisión era recibida con gran entusiasmo y una gran voluntad de lucha en todos los lugares del país.
Los obreros comenzaban a responder al llamado a una huelga general, así como otras organizaciones cívicas y gremiales.
El 21 de mayo regresaba a Panamá luego de un viaje a México, el entonces comandante de la Guardia Nacional el coronel Bolívar Vallarino, quien al llegar anunció públicamente que la Guardia Nacional “no estaba para reprimir al pueblo”. A pesar de todo el 22 de mayo la Guardia Nacional desata una matanza mediante un ataque frontal y criminal al Instituto Nacional. De ese ataque al Instituto Nacional se reportan el 22 de mayo un total de 9 muertos y cien heridos.
La lucha estudiantil de 1958, representaba el grito desesperado de la clase estudiantil panameña, que veía cómo estudiar en medio de grandes carencias y vicisitudes, mientras el gobierno de turno se hacía ciego y sordo ante el clamor estudiantil y la oligarquía panameña educaba a sus hijos en el extranjero.
Hoy casi 70 años después, los problemas que enfrenta la juventud estudiosa, siguen siendo los mismos en muchas regiones del país, ante esto es importante e imprescindible que la clase estudiantil panameña se organice y esté preparada para enfrentar el reto de exigir una educación pública de calidad para todos.