• 13/02/2015 01:00

Hechos y no discursos

 Esta línea en ascenso de los escenarios de diálogo y concertación, llegó a su cumbre, con la Concertación Nacional

Desde hace muchos años, he estado, tanto desde adentro como fuera de la acción ciudadana, escribiendo en torno a la democracia participativa. En ese contexto, hemos sido categóricos en señalar que una democracia, para que se precie de serlo, ineludiblemente tiene que priorizar los escenarios de diálogos, debates y consensos.

Un Gobierno que detracte de estos procedimientos de construcción de legitimidad social, abona en dirección a sobresaltos en la relación poder y sociedad. Tengo en mi haber patriótico y democrático, conjuntamente con otros ciudadanos, de sembrar la semilla de la cultura de los diálogos postperiodo de la invasión a nuestro territorio.

En efecto, participé de uno de los primeros acuerdos de diálogo y concertación en aquella época concretada en una alianza entre la Confederación de Trabajadores de la República de Panamá y el Sindicato Industrial de mi país, que años después se amplió y modernizó con la Fundación del Trabajo, institución que es un ejemplo de institucionalización del diálogo entre empresarios y trabajadores. Años después, se crearon los escenarios de diálogos de Bambito Uno y Bambito Dos. Esta línea en ascenso de los escenarios de diálogo y concertación, llegó a su cumbre, con la Concertación Nacional y que desafortunadamente fue congelada por el Gobierno del exmandatario Ricardo Martinelli. Muy a pesar de esta posición que adoptó este Gobierno, que llegó al extremo de ver a la sociedad civil como un enemigo, la lucha por recuperar los espacios y escenarios de diálogo, gobernantes-pueblo y ciudadanía, se mantuvieron activos.

Justo en este contexto, vemos con mucho agrado, que el señor presidente Juan Carlos Varela, semanas atrás, anunció la reactivación de la Concertación. Para tales propósitos, designó al ministro de Trabajo y Desarrollo Laboral como su presidente. Sin embargo, a la fecha no hay señales de vida de la concertación. Ojalá la reactivación de la Concertación no haya sido una pose mediática, pero sin ninguna intención real de caminar por los caminos de ese escenario que, por ley, se convirtió en una institución del diálogo y del consenso. Creo que el Sr. Presidente debe cambiar el estilo de gobernar; cierto que el Consejo de Gabinete es el espacio constitucional donde se deben evacuar administrativa y políticamente los problemas del país y de los panameños, pero ello no implica dejar de tomar en cuenta al pueblo, la ciudadanía y los sectores organizados de la sociedad civil. Aprovecho para informar al Gobierno que existe la opinión en el mundo laboral de que usted le tiene algún tipo de aprehensión a los trabajadores. Eso no es bueno para la democracia.

He venido demandando la reactivación de la mesa del diálogo por la salud, dentro de los parámetros de la concertación. Hoy, se hace necesario, más cuando el tema del déficit del Programa de Invalidez, Vejez y Muerte está en el tapete.

ABOGADO

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