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- 06/11/2024 00:00
¡Hasta siempre compañero Bolívar Gaona!
El sistema educativo le brinda la oportunidad a quienes servimos en él, de conocer a muchos/as docentes y construir amistades, que perduran en el tiempo. Quizás una de las amistades más fieles y solidarias que se hace es cuando se trabaja en áreas de difícil acceso, cuando se comparte en comunidades las necesidades que se tienen, sean éstas de carácter profesional, por la carencia de los recursos cuando una llega a un centro educativo y no cuenta con los recursos económicos al no haber recibido el pago, el o los compañeros comparten entre todos lo poco que se tiene en solidaridad para que el o la compañera pueda sobrevivir hasta que se reciba el pago por parte del Ministerio de Educación.
A Bolívar Gaona lo conocimos en la Escuela de Educación (Hoy Facultad de Educación) cuando iniciábamos la carrera. Establecimos una amistad con él, Noris de Osorio, que nos llevó a conocer varios sitios de la ciudad de Panamá, de importancia en la formación del docente, entre ellos la isla de Barro Colorado, la cual disfrutamos ampliamente.
La amistad que desarrollamos con Bolívar Gaona, no se limitó a mí sino que trascendió a toda nuestra familia, a mi mamá, a mis hermanos, a mis hijos, sobrinas y sobrinos, nueras y cuñados. Bolívar era una persona muy sana a quién queríamos mucho.
Bolívar se desempeñó como maestro en sus inicios en la escuela Mata Ahogado, luego en la escuela Manuel Espinosa Batista y en la actualidad ocupaba el cargo de Director de la Escuela Dr. Manuel Amador Guerrero en el Chorrillo.
Para Bolívar, la Educación era el compromiso que como docente tenía la responsabilidad en la formación de niñas y niños para que contribuyan de manera positiva en el quehacer diario de nuestro país. Tal como el P. José María Vélaz decía: “El acto de educar es un acto vital de entrega para ayudar a construir o rescatar vidas. Con la educación se trata de formar hombres y mujeres que sean capaces de vivir en plenitud y con dignidad, asumiendo responsablemente su condición ciudadana. El educador se forma en el proceso de producir conocimiento y soluciones a los problemas que le plantea su propia práctica, se forma en un hacer consciente y reflexivo sobre su práctica”.
Este extracto de José María Vélaz nos retrata a nuestro compañero y amigo Bolívar, con quien hablábamos de todo, pero siempre regresábamos a hablar de educación. Para Bolívar las matemáticas era su diversión, se especializó en ellas, y lograba explicarlas con mucha facilidad, sentido y de manera divertida para que las y los estudiantes las aprendieran de forma duradera.
Además, con Bolívar coincidimos en la simpatía por el carnaval tableño, como un espacio para promover y fomentar las tradiciones. El Carnaval de Las Tablas ha perdido a uno de sus amantes más fieles en términos generales, pero en particular a un seguidor de la tuna de distinguida de la Calle Arriba de Las Tablas. Por más de treinta años, mi mamá esperaba la llegada de Boli, de la tuna o del culeco, para que le dijera como estaba la presentación de la tuna de Calle Arriba y vitoreaba con Boli ¡Viva Calle Arriba!
El pasado 30 de octubre, el profesor Bolívar Gaona perdió la vida producto de un accidente de tránsito en donde un joven lo atropelló en los estacionamientos de Albrook Mall, mientras cruzaba la calle sobre la línea de seguridad, quedando sin vida de manera instantánea. Exigimos que se haga justicia ante la pérdida de un ser humano, sano y comprometido con la educación de nuestro país.
Hemos sentido un profundo dolor por la partida de un profesional que dedicó su vida a la formación de las y los niños de Panamá.
Bolívar, gracias por tú amistad, para conmigo y para con mi familia. Gracias por haberle servido al país, a través de la educación, de manera honesta y comprometida.
También deseo agradecer a las compañeras y compañeros del Centro Manuel Amador Guerrero, al personal administrativo, a las y los trabajadores manuales, a las madres y padres de familia que te apoyaron, a las y los estudiantes que son la razón de nuestros centros educativos.
Gracias Boli por las semillas que sembraste en cada niña, niño y joven de nuestro país. Ha sido una siembra en terreno fértil de la que seguiremos viendo sus frutos. ¡Hasta siempre compañero y amigo Bolívar Gaona!
*La autora es educadora