• 01/02/2011 01:00

La goma política

La alegría de la fiesta generalmente termina con el dolor de cabeza de la mañana siguiente, resaca dicen unos, goma otros. Es común ver ...

La alegría de la fiesta generalmente termina con el dolor de cabeza de la mañana siguiente, resaca dicen unos, goma otros. Es común ver después de días festivos cantidad de ’engomados’ deambulando por las calles buscando una excusa para poder acostarse y descansar. La política, no dudo, también da goma. El político ocupando un cargo alto se embriaga lentamente por las palabras de aduladores, los falsos aplausos, la hipócrita felicitación, los titulares y comunicados engendrados en su propio estadio. Un equipo cercano hábil puede lograr mantenerlo embriagado por un tiempo, pero eventualmente dependiendo de la sagacidad e inteligencia del funcionario, la goma lo alcanza.

Y entonces despierta al dolor de cabeza de la realidad. Hoy, 19 meses después de su instalación como presidente, Ricardo Martinelli empieza a mostrar los síntomas de goma política. No importa que encuestas le muestren alta popularidad y aceptación, el presidente está consciente de los problemas que aquejan su gestión. Los repetidos abusos policiales, desde Bocas del Toro al Centro de Detención de Menores, la falta de agua potable por mas de 46 días, los problemas de circulación por el cierre del Puente Centenario, las reacciones frente a proyectos como la reelección inmediata, la sanción a los que vilipendien a funcionarios electos, la Reforma al Código de Minas, las protestas de los jubilados, las protestas de los pescadores con palangre, la apertura del año escolar sin haber reparado los colegios, los aumentos a los impuestos municipales, los problemas iniciales del Metrobus, son algunas de las situaciones que ponen de manifiesto la necesidad de ajustar su equipo de trabajo.

Pareciera que por alguna razón algunos asesores le dijeron al presidente que si cumplía con las promesas iniciales importantes para el pueblo, el pueblo le perdonaría las deficiencias posteriores.

Nada mas alejado de la verdad. Los pueblos son insaciables. Más le das, más quieren. Hoy la beca universal, los 100 a los 70, los útiles y uniformes gratis, no son suficientes. El aumento de salarios mínimo ya se olvidó. Más pesan el aumento de la gasolina, el aumento del aporte del Seguro Social, el prepago ahora de impuestos, la falta de seguridad, el aumento del transporte. Por otro lado, pocos cambios vistos en el gobierno han sido para mejorar. La ATTT sigue criticada con el Lic Fabrega tanto o mas que con la Arq. Escorcia. Pandeportes no ha mejorado con 3 directores, mientras que continuamos sin Zar anticorrupción. El cambio en la Lotería solo logró acabar con el Gordito Millonari para dejarlo en un ‘gordo ahora flaco’, positivo resultó el cambio de Ministro de Gobierno, donde Roxana Mendez ha logrado captar simpatía por su eficiencia y manejo.

Martinelli prefirió lealtad a capacidad y en lugar de designar un gabinete con experiencia y capacidad prefirió amigos leales. El resultado está visto: la experiencia no se improvisa. Las improvisaciones y desaciertos han superado a los logros en su ejecutoria. Pocos ministerios reciben hoy nota de aprobación por los contribuyentes, los que nuevamente tendrán que ver hacia los partidos tradicionales para el 2014. El PRD, por un lado, y una facción panameñista que empieza a desilusionarse con la gestión actual y podrían eventualmente conducir al partido a su candidatura sin el concurso del partido mayoritario de la alianza.

Pero al presidente le restan dos tercios de su mandato. Puede continuar con su equipo y seguir pagando el precio de su lealtad, o buscar nuevas figuras que le den un nuevo impulso a su promesa de cambio. Lo que le complica algo ahora es que dentro del panameñismo las fuerzas se dividen entre los Varelistas y los que lo adversan, limitado entonces Martinelli a escoger de la totalidad. Y en su propio partido, que de 140,000 ha crecido a casi 265,000 tiene el problema de los que lo ayudaron a llegar versus los advenedizos del PRD tránsfugas, con lo que cualquier designación ahora es cuestionada por la parte no incluida. La promesa de gobernar con los mejores ya quedó atrás, ahora el fenómeno es gobernar, punto. No dudo que el dolor de cabeza del mandatario en estos momentos sea difícil de aliviar, pero es evidente que ante la inacción los problemas difícilmente se resuelvan. Por supuesto quedan recursos a los aduladores, una nueva encuesta mostrando una popularidad alta, una campaña politizada acusando a los opositores de todas las inquietudes generadas en el electorado, o, de ser posible, acusar al PRD y los gobiernos anteriores de todas las fallas actuales. Pero la goma continuará.

*INGENIERO Y ANALISTA POLÍTICO

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