• 22/02/2025 17:42

Gobernanza, administración y modelo de atención de la CSS

La semana pasada, el Pleno de la Asamblea Nacional culminó la discusión del primer bloque de artículos del 2 al 50, relacionados a la Gobernanza y Administración de la Caja de Seguro Social, e inició el debate del segundo bloque del Proyecto de Ley 163, que abarca desde el 51 al 112, que contiene aspectos sobre el Fondo de Inversiones y de Salud.

En ese contexto me refiero en esta glosa a las expectativas que como ciudadano asegurado, dueño de la Caja de Seguro Social, tengo -y creo que tenemos todos los asegurados- para la gobernanza, administración y modelo de atención de la CSS. Dejo el asunto de las inversiones para otra entrega, baste con subrayar que las inversiones serán llevadas a cabo con nuestras reservas, por lo que deberemos estar muy vigilantes de que la gerencia de este proceso sea altamente efectiva, transparente, y no tenga como propósito oculto el beneficiar con nuestro dinero las inversiones de terceros...

Para comenzar, cualquier propuesta para fortalecer la gobernanza y administración de la CSS, debe considerar la necesidad de llevar a cabo una reingeniería profunda para optimizar procesos y alejar la institución de la politiquería, enfocándose en la calidad de los servicios para los usuarios.

En este sentido, la Junta Directiva de la CSS debe estar compuesta por personas con la experiencia y conocimientos necesarios para tomar decisiones informadas y en el mejor interés de la institución, garantizando la independencia de sus miembros y evitando conflictos de interés.

No menos importante es la necesidad de transparencia total en la gestión de la CSS para recuperar la confianza pública, avanzando hacia una digitalización completa para modernizar la institución y mejorar la eficiencia en todos los niveles. De igual importancia es la implementación -y cumplimiento- de un código de ética que establezca los principios y valores que deben guiar la conducta de los funcionarios de la CSS.

Así mismo, será necesario realizar una reestructuración administrativa que permita satisfacer las necesidades de bienes y servicios sin compromisos políticos. Para ello deberá tener como objetivo principal modernizar la institución y mejorar la eficiencia en la prestación de servicios. Este proceso implica una serie de cambios y adaptaciones en la organización y funcionamiento de la CSS, con el fin de fortalecer su capacidad para cumplir su misión.

De gran relevancia será invertir en el desarrollo del talento humano de la CSS asegurando que los funcionarios cuenten con las competencias necesarias para realizar sus funciones de manera eficiente y eficaz. Implica la erradicación de todo tipo de clientelismo, garantizando la selección efectiva y transparente, formación, evaluación y desarrollo del personal.

No menos importante es asegurar la sostenibilidad financiera, mediante el establecimiento de un plan de ajuste sectorial y normativo que involucre a diversos actores (Poder Ejecutivo, gremios, asegurados) para consolidar la solvencia y sostenibilidad de las reservas actuariales y; el desarrollo de políticas institucionales que fomenten la prevención y detección oportuna de riesgos laborales, en colaboración con el sector empresarial.

No puede quedar por fuera del debate, la urgencia de explorar opciones para aumentar los ingresos de la CSS, como aumentar la edad de jubilación, las cotizaciones o crear nuevas fuentes de financiamiento; implementar medidas para reducir los gastos de la CSS, como por ejemplo, mejorar la gestión de los medicamentos y; mejorar la gestión de las inversiones de la CSS para obtener mayores rendimientos y garantizar la sostenibilidad financiera de la institución a largo plazo.

Por otro lado, el modelo ideal de atención en la CSS debe alinearse con el del Minsa para garantizar coordinación efectiva y ojalá -como mandata nuestra Constitución Política- integración. Este modelo único debe ser universal, asegurando acceso equitativo y continuo a servicios de salud, incluyendo insumos, medicamentos, tecnologías, recursos humanos e infraestructura, sin importar la capacidad de pago de los ciudadanos.

El modelo debe ser integral, abordando la salud desde una perspectiva holística que incluya bienestar físico, mental y social. Se debe reforzar la Atención Primaria de Salud como puerta de entrada al sistema, priorizando la prevención de enfermedades y la promoción de hábitos saludables en lugar de centrarse solo en tratamientos y construcción de infraestructuras sin recursos suficientes para operar.

Además, este modelo debe garantizar servicios de alta calidad, humanizados y seguros. La eficiencia y sostenibilidad son clave, lo que implica optimizar el uso de recursos y adoptar nuevas tecnologías para mejorar el acceso y la calidad de la atención.

Será esencial fortalecer la capacidad de resolución de los establecimientos públicos de salud y su funcionamiento en una red integrada, distribuyendo recursos de manera justa para que quienes más lo necesiten reciban atención adecuada.

Lograr este modelo único es un reto continuo que exige el compromiso y la cooperación de todos los sectores, incluidos gobierno, empresarios, gremios, profesionales de la salud y la sociedad en general. Finalmente, la comunidad debe participar activamente en la planificación y evaluación de los servicios de salud para garantizar su efectividad.

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