• 17/08/2014 02:00

El gatopardismo

‘Cien años del Canal de Panamá y todavía andamos cambiando en la superficie para que todo siga igual en el fondo’.

El gatopardismo es un término que se utiliza en las Ciencias Políticas y también se ha ido adoptando en el lenguaje político en general. Se define como que ‘es preciso que todo cambie para que todo siga igual’ y su nombre se le atribuye a la novela del autor italiano Giuseppe Tomasi Di Lampeduza, El Gatopardo, que causó un revuelo al momento de su publicación, entre 1954 y 1957.

La cita original en el texto es como sigue: ‘Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie’. ‘¿Y ahora qué sucederá? ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual, pese a que todo habrá cambiado... una de esas batallas que se libran para que todo siga como está’. Desde entonces, en Ciencias Políticas se suele llamar gatopardista o lampedusiano al político, reformista o revolucionario que cede o reforma una parte de las estructuras para conservar el todo sin que nada cambie realmente. ¿Se puede aplicar el gatopardismo a las actuales circunstancias que vivimos en Panamá?

El ministro de Economía rindió un informe ante la Asamblea Nacional y anunció que el gobierno anterior nos dejó en una situación financiera muy delicada. Y que los proyectos ‘llave en mano’ han creado un verdadero hueco en las arcas del Estado. Pregunto, en mi infinita ignorancia, en los 26 meses que el actual mandatario y el propio ministro De La Guardia estuvieron en alegre convivencia con los locos del CD, ¿no se forzó el gasto al máximo ni se firmaron contratos ‘llave en mano’, de los cuales ahora no quisieran acordarse?

Si bien no les tocó a los panameñistas estar en el despilfarro que fueron los últimos meses de gobierno, que tuvo como principal objetivo del lograr una reelección disfrazada, con un candidato pusilánime y una candidata a vicepresidente que representaba la continuidad del mandatario del que todos renegamos, los cambios que se hicieron al inicio de la gestión permitieron que todo continuara igual.

Otro tema donde se aplica el gatopardismo es en el rechazo a la solicitud de extradición de la señora María del Pilar Hurtado. Después de paños y manteles con el presidente Santos, y promesas de interconexión (urgente) con Colombia, para salvarnos del desastre energético que se nos avecina, la Cancillería se sale ahora con esa acción que, seguramente, va a producir una reacción.

Más lamentable, el asunto de los radares, cuyas gestiones de compra se iniciaron en el año 2010 y que ahora resulta que nadie vio el contrato, se pagaron en su totalidad y no sirven ni para pescar un bagre en las costas panameñas. ¿No se estaba cambiando todo el escenario de seguridad del país para que todo siguiera igual? Pareciera que nos hubiéramos acostumbrado a los escándalos diarios, porque la más reveladora de las investigaciones no nos hace reaccionar ni para exigir las aclaraciones que nos merecemos como ciudadanos. Todo cae en una inercia peligrosa, la misma a la que nos acostumbró el gobierno anterior.

Tenemos una cárcel a la que llamaron pomposamente Súper Joya, construida a un costo elevadísimo, que no ha podido ser ocupada todavía por ningún preso y hasta inundaciones ha sufrido por lo mal edificada que estuvo. Un aeropuerto de Río Hato en el que solo ha aterrizado un avión, el día de su apertura, una cadena de frío que se congeló en su cuna, un transporte pirata que ha sido legalizado. Un director del Seguro Social que se burla de los diputados y una Asamblea Nacional a la que no le interesa nada, solo mantener sus prebendas y sus partidas circuitales para seguir ejerciendo tácticas clientelistas, que son las que se han apoderado de nuestra clase política.

Cien años del Canal de Panamá y todavía andamos cambiando en la superficie para que todo siga igual en el fondo.

*ARQUITECTA Y EX MINISTRA DE ESTADO.

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