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- 14/03/2015 01:01
Filosofía: los supuestos
El supuesto: La suposición consiste en dar por cierto algo a partir de una serie de deducciones o conjeturas. Es un esfuerzo de tipo racional para determinar el (los) principio(s) tras un hecho o acción; es decir, se busca definir las causas. Pero no tiene ningún tipo de corroboración experimental, de hecho es más parecido a una hipótesis, aunque con una estructura más simple y menos sistematizada. Este no es un fenómeno extraño en nuestro sociedad, de hecho es una práctica de lo más común suponer qué hay detrás de los sucesos y hechos que acontecen diariamente. Dentro de ese innumerable mundo de supuestos hay algunos que proceden del mundo de la Academia, dentro de la cual existe un supuesto que necesita ser examinado con lupa.
Este supuesto al cual nos referimos —muy audaz— indica que, a través de la enseñanza de la filosofía, se puede formar una conciencia crítica y reflexiva (¿Y eso qué es?). La filosofía aparece como la panacea para diversos males que aquejan nuestra sociedad actual, ya sea en el aspecto político, moral u otros. Pero esto supone a su vez que la sociedad anda mal, porque de otra manera la filosofía no sería vislumbrada como la salvadora. No está muy claro qué se pretende al decir que ‘la sociedad va mal’, sospechamos que se trata de un supuesto, al menos en el contexto panameño. Un supuesto que se supone a sí mismo a partir de un análisis de los síntomas negativos más visibles dentro de nuestra sociedad: corrupción, violencia, criminalidad, etc. Entonces, asumir que ‘la sociedad va mal’ ¿es un supuesto que se supone a partir de un supuesto? Por el gusto de seguir en este oscuro camino, asumamos que nuestra sociedad panameña, en particular, ‘va mal’.
¿Por qué la sociedad va mal? Hay varias razones o, más bien, supuestos. Para algunos el problema está en que necesitamos más conciencia verde, otros culpan a la corrupción de los políticos de turno, otros dirán que debemos dejar que Cristo entre en nuestras vidas, etc. De todas las posibilidades está el supuesto que supone que la educación formal (la que recibimos del ente regulador conocido como el Ministerio de Educación (MEDUCA), tal como está planteada y aplicada en la actualidad, no está formando individuos críticos y reflexivos. Por el contrario, reproduce normalidad y la normalidad está en producir fuerza de trabajo para las empresas, compañías y para el Estado. Aparentemente, educar de este modo, al cual llamaremos el modo explotador, sería la razón principal por la cual la sociedad va mal. ¿Cómo eso nos lleva a una sociedad que anda mal? Para no alargar el asunto, no entremos en detalle, el hecho es que vamos mal.
Ahora, suponiendo que lo anterior sea cierto, suponemos a su vez que la falta de reflexión y actitud crítica en el salón de clases se debe principalmente a la reducción de horas de clases en las áreas humanísticas, y más específicamente, en los cursos de filosofía. ¿Más supuestos que agregar a la lista? A ver: suponemos que la sociedad está mal encaminada, por lo que luego suponemos que se debe a que la educación no cumple con su función de generar y estimular a los estudiantes a ser más críticos y reflexivos (lo que de alguna manera supone suponer que supuestamente están educando a sus estudiantes para ser empleados de la empresa privada o estatal, más las suposiciones del porqué esta ‘mal’ educar así), suponemos entonces que la razón por la que esto ocurre se debe a la disminución de las horas de filosofía en los colegios, para suponer finalmente que de ser lo contrario, la filosofía estaría formando mentes críticas y reflexivas, contrario a lo que acontece hoy. A parte, aún no hemos entrado de lleno en el supuesto de cómo un individuo crítico y reflexivo es menos susceptible a ser embaucado por los ‘males’ de la sociedad o siquiera cómo es que esto nos ayuda a encaminarnos a una ‘mejor’ sociedad.
A pesar de todo, vamos a asumir que el MEDUCA no está realizando su labor educativa y que, por esto, la sociedad va mal. Ahora, cabe preguntarse ¿cómo se supone que la filosofía va a cambiar este panorama? Y más importante aún, ¿puede la filosofía lograr tal cosa? O quizá le estamos dando demasiado crédito.
Tengamos en cuenta que no contamos con estudios que corroboren el supuesto de que la filosofía nos puede hacer individuos más críticos respecto a nuestra sociedad y, por ende, menos moldeables por el ‘statu quo’. Si no hay ningún tipo de respaldo empírico, ¿cómo estamos tan seguros de lo que puede efectivamente hacer o no la filosofía? ¿Sobre qué construimos este edificio?
El que la filosofía sea capaz o no de cumplir con lo que supone que puede hacer, no dependerá de cómo ordenemos lógicamente a un grupo de supuestos para que parezca que tengan algún sentido y luego dar conferencias magistrales sobre el mismo. Lo que debemos hacer es poner a prueba el supuesto, hay que poner en marcha una filosofía, digamos: experimental. No obstante, poner en marcha tal labor requiere inicialmente de la elaboración de un plan o teoría que va a dar soporte o basamento a toda la estructura. La cual inicialmente parte, por supuesto, de supuestos. No obstante, debemos evitar quedar divagando en el territorio de los supuestos.
Al final, la tarea más importante y de la cual deberíamos partir en medio de este enredo es: ¿qué es exactamente eso que llamamos filosofía? Todo ese armazón de supuestos presentado anteriormente se sostiene sobre una definición o al menos una vaga idea de esa cosa llamada filosofía, de lo contrario no podría suponer nada, no sin prejuicios. Empecemos por examinar nuestros prejuicios.
*FILÓSOFO DEL GRUPO DE AMANTES DE SOFÍA (ADS) Y PERIODISTA.