• 04/07/2020 00:00

Fijémonos en este espejo

Las recientes comparecencias de dos expresidentes de nuestra República, Ricardo Martinelli y Juan Carlos Varela, a sendas fiscalías del Ministerio Público, constituyen escenas vergonzosas, a nosotros y a los ojos del mundo entero.

Las recientes comparecencias de dos expresidentes de nuestra República, Ricardo Martinelli y Juan Carlos Varela, a sendas fiscalías del Ministerio Público, constituyen escenas vergonzosas, a nosotros y a los ojos del mundo entero.

Es un episodio humillante y ofensivo a los panameños y extranjeros serios y respetables que viven en nuestro territorio, que nos invita a opinar que, si los dos jefes de Gobierno más recientes tienen que rendir cuentas ante fiscalías, cómo estarán clasificando al resto de los ciudadanos. ¿Cuál será entonces el destino de nuestro país con esta clase de mandatarios?

Es comprobado el hecho de que, durante los últimos años, al igual que en otras latitudes, los casos de corrupción se han multiplicado escandalosamente. Y que la corrupción una de las principales causas del bajo nivel de vida, de la galopante pobreza y de los peligrosos signos de la desigualdad social que nos rodea.

No obstante, los sectores que administran países como el nuestro, especialmente los de mayor poder económico, aunque los casos de corrupción se denuncien, gracias a las maniobras judiciales, al final justifican la impunidad, o a los acusados los declaran no culpables.

En este escenario bochornoso, inédito, de dos individuos que llegaron a la Presidencia por el voto popular, y que ahora tienen que rendir indagatorias por acusaciones de lavado de dinero o por coimas, ¿qué se puede colegir sobre la clase de personas que los eligieron, de la sociedad que los llevó a la posición más alta de una nación? ¿Qué, somos ciegos, ignorantes, sinvergüenzas, clientelistas? ¿Que no estamos conscientes de los valores de quienes elegimos?

Los invito a que nos miremos en ese espejo, desde la perspectiva del actual Gobierno.

Cuando recientemente un alto porcentaje del pueblo panameño, muchos por encima de cualquier consigna partidista, eligieron al actual Gobierno, lo hicieron convencidos de que los casos de corrupción anteriores no solo serían penados, sino que también estos no se permitirían repetir.

En el reciente discurso presidencial se atinaron a señalar hechos como haber recibido un Gobierno con más de cinco mil millones en rojo. Cifra escalofriante para cualquier equipo gobernante. Pero la inesperada llegada de la pandemia, mientras era enfrentada con mucho coraje por cierto sector, por aparte afloraron las posibilidades de corrupción de cierto grupo, que ningún favor le están haciendo al actual presidente.

Muchos deseamos, algunos más, algunos otros menos, que la epidemia se acabe. Para lograrlo hay numerosa cantidad de gente trabajando con ahínco y con mucho riesgo, pero todos, en general, vamos a querer que quienes hayan cometido el crimen de robar en plena pandemia, deben rendir cuentas ahora, no importa el cargo que ocupen, caiga quien caiga.

Periodista
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