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- 11/03/2016 01:00
La espiral de la historia
El 16 de diciembre 1967, en la histórica Plaza de Santa Ana, el Dr. Arnulfo Arias Madrid hizo celebre en Panamá la frase ‘La historia se repite en espiral'. La repitió varias veces en su discurso ese día, casi como presagio de lo que sería su tercer derrocamiento menos de un año después. Pero el concepto de que la historia es recurrente viene de Giambattista Vico (1668-1744), junto con su metodología de avances y retrocesos (‘corsi e ricorsi'). Para Vico, el curso de la historia no es lineal ni lo empuja el progreso, sino que tiende a volver a un estado que se creía superado, pero visto desde una nueva perspectiva, en un continuo vaivén.
Por ende, Vico asumió que el movimiento histórico tiene la forma de una espiral, con sus idas y vueltas y su diseño como una línea curva que gira y se aleja progresivamente del centro. Pero el uso primitivo de su forma como símbolo de ‘nacimiento-muerte-renacimiento' se remota a la antigüedad —existen muchos petroglifos con ese diseño— y en la naturaleza vemos la elegancia de su arquitectura en conchas y cuernos que nuestros antepasados usaban para adornarse.
La elocuencia de la espiral también existe en la infinitud de las galaxias y en el mundo subatómico (solo ver las cintas espirales de ADN), inclusive en la psicología del ser humano, sus sistemas de valores y hasta en sus huellas dactilares. La espiral humana, que es la que influye en la historia según Vico, forma una cadena enrollada de sistemas de valores, visiones del mundo y actividades, cual vórtice que da vueltas alrededor de su tiempo y condiciones, para que todo vuelva a su punto de partida. Siendo así, la historia lleva implícita en su desarrollo su propia decadencia, o sea que cuando una nación o civilización alcanza su apogeo, degenera e inicia su declive.
Entonces, ¿estamos atrapados y condenados a no aprender del pasado? ¿Cometeremos siempre los mismos errores?
Otro filósofo, Friedrich W. Nietzsche (1844-1900), también habla del ‘eterno retorno' de todas las cosas, pero no en el sentido de Vico de una espiral, sino como una propuesta moral para la existencia humana. En ese sentido, a pesar de nuestra insignificancia personal, debemos vivir sin miedo, hacerlo de una forma que si renacemos, nuestras acciones serían igual.
Cada cual tiene que construirse a sí mismo, ser intelectualmente consciente, para llegar a ser un ‘superhombre' (‘übermensch').
El panameñismo en su interpretación de la historia, al usar la dinámica espiral de Giambattista Vico, que el propio Dr. Arnulfo Arias M. definió como ‘La ley eterna de la retribución y compensación', incorpora además la idea del ser intelectualmente consciente al declarar: ‘La igualdad o la superioridad... se ganan a base de esfuerzos, de estudio y de preparación... debe tener como base la educación y un código moral' y añade que su doctrina significa ‘oportunidad para todos los panameños dentro de sus méritos, su patriotismo, su valor moral y físico y su capacidad para el trabajo'. He allí la espiral de la historia panameña reciente.
CIUDADANO