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- 18/02/2022 00:00
'Ensayo sobre la ceguera': visión sobre pandemias y retos de la humanidad
El término “pandemia” significa enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o ataca a casi todos los individuos de una localidad o región. Yuval Noah Harari comenta: después del hambre, el segundo gran enemigo de la humanidad fueron las pestes y las enfermedades infecciosas. “Las ciudades, bulliciosas y conectadas por un torrente incesante de mercaderes, funcionarios y peregrinos constituyeron a la vez los cimientos de la civilización humana y un caldo de cultivo ideal para los patógenos.
En los últimos ochocientos años, la humanidad ha vivido varias pandemias, como la de la peste negra en el año de 1330, donde fallecieron entre setenta y cinco y dos millones de personas; la de virus de viruela que afectó a México, en medio de la conquista española, la pandemia de la gripe, ocurrida durante el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, llamada “Gripe Española”.
Autores en otrora han escrito sobre las pandemias, algunas basadas en hechos reales, como el Decamerón, de Giovanni Boccacio, donde describe el confinamiento de siete mujeres y tres hombres, por la peste bubónica. Como señala Joaquín León, en un artículo publicado en la Revista Gatopardo, “La peste, al igual que ahora, supuso la profundización de una crisis que había comenzado tiempo atrás y supuso el quiebre de un sistema ya de por sí descompuesto”.
El escritor portugués, José Saramago, a finales de los noventa publicó una nóvela titulada “Ensayo sobre la ceguera”; historia que narra cómo las personas se ven contagiadas por una extraña enfermedad que las deja ciegas; estos enfermos, según el desarrollo de la nóvela, son llevados a un sitio del Estado abandonado, un lugar que se describe como lúgubre, sitio que no reunía las condiciones para tener a centenares de personas aisladas. En condiciones de insalubridad, sin poder bañarse, hacinados, sin saber cómo moverse, van juntándose cada uno de los enfermos que van llegando, amenazados de morir si salen del perímetro de aislamiento y con la incertidumbre de si sobrevivirán. En medio de ese confinamiento muchas personas mueren, y deben ser sepultadas por los propios ciegos, quienes se las tiene que ingeniar para rápidamente sepultar y evitar los olores nauseabundos que genera todo ser que muere.
El novelista nos muestra con esta historia, que, a pesar de la enfermedad, las personas pueden llegar a ser crueles con sus semejantes, son capaces de actuar al margen de la ley, de las reglas sociales de convivencia para sacar provecho; exteriorizar lo más vil de un ser humano; todo esto en medio de la oscuridad profunda que todos esos ciegos viven. Una sola persona, la esposa del médico, es la única que puede ver la desgracia; ante sus ojos ella va viendo cómo los seres humanos podemos llegar a los más bajos instintos.
En Ensayo sobre la ceguera podemos observar en una primera parte el plano individual de cada persona, sus defectos, sus virtudes, entrando a debatir sobre las decisiones más difíciles, como la de matar a alguien, en el estado de necesidad, de sobrevivir, de luchar, si es por venganza o por supervivencia. El segundo plano se centra en la salida de los ciegos del lugar donde estaban confinados, de ver el caos en que esta la ciudad, no hay orden público, una descripción de que sobreviven los más fuertes; de nada vale la riqueza, lo material, porque todos están ciegos.
La epidemia que describe Saramago es tan mala como la de la COVID-19; la diferencia es que la epidemia de la ceguera muestra lo débiles que somos si no podemos ver; muestra lo falibles que somos al perder el sentido de la vista.
Saramago muestra un escenario donde explica cómo algunas personas sacan a relucir su egoísmo para sacar ventajas sobre los otros, que la falta de colaboración puede llevarnos al abismo y a la autodestrucción. Nos retrata las debilidades de nuestra sociedad, el conformismo, la complicidad, la complacencia de quienes abusan del poder, la diferencia entre los hombres y mujeres, en una sociedad que se niega a reducir en ocasiones la violencia de género, la discriminación y la desigualdad social, que tanto daño genera en la familia y en nuestra sociedad.
La pandemia convulsionó nuestra base social, porque agravó la crisis que ha venido en crecimiento: desigualdad social, apatía sobre las cosas públicas, el materialismo, el individualismo, que produce problemas graves en la convivencia pacífica y el orden social.
La novela “Ensayo sobre la ceguera” enseña que, sin la colaboración, sin el apoyo entre las personas difícilmente podamos sobrevivir como personas naturales, como especie humana; hoy, a pesar de los avances tecnológicos y de la biotecnología, padecemos una pandemia que ya lleva veinticuatro meses de tener al mundo en una encrucijada; como comenta Yuval Harari, “las mismas herramientas que permiten a los médicos identificar y curar rápidamente nuevas enfermedades, también puede capacitar a ejércitos y a terroristas para dar lugar a enfermedades, incluso a más terribles germanes patógenos catastróficos”. El retorno a la normalidad debe orientarnos en meditar sobre la vida que llevamos como personas y en sociedad; rectificar y reformar son los pasos que debemos dar para salir de la ceguera que nos impide instituir una república con valores de justicia, democracia e igualdad.