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- 15/09/2014 02:00
El irritable presidente del Ecuador
Mientras la legislación penal panameña eliminó el derecho de los funcionarios a demandar por calumnia e injuria al resto de los ciudadanos, en Ecuador esta facultad se incrementó y uno de los que más la utiliza es el propio presidente de la República, Rafael Correa Delgado, conocido en el Twitter por @mashirafael, en alusión a que esa palabra en idioma indígena significa ‘Jefe’. Vaya modestia la de este presidente.
Estando de Representante Permanente de Panamá ante la OEA, tuve la ocasión de conocer, en 2011, el famoso caso del diario de Guayaquil, El Universo. Ese periódico ‘se atrevió’ a publicar un artículo de opinión de su jefe de Opinión, Emilio Palacio, que irritó sobremanera a Mashi Rafael. Bastó para que el iracundo ‘Jefe’ entrara en cólera.
Interpuso demanda por 40 millones de dólares, incluyendo solicitud de encarcelamiento para tres de los directivos de El Universo por el artículo publicado del jefe de Opinión del diario, hoy asilado en Estados Unidos. Presionando a los jueces —por él nombrados— estuvo presente en los estrados del tribunal durante todo el juicio. Condenaron al periódico con tan absurda multa y a la cárcel a su directivos. Al amigo Emilio Palacio sigue persiguiéndolo en Miami.
La campaña internacional desatada en su contra fue feroz. La Relatoría de la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA fue implacable con el Ecuador. La relatora Catalina Botero fue estigmatizada por Correa, hasta el punto que gestionó que el Ecuador solicitara que los fondos de esa Relatoría fueran reducidos, lo cual no prosperó. Fue tal la arremetida a favor de la libertad de expresión en Ecuador, que Correa, en contra de sus deseos, perdonó a los condenados, eliminándose los efectos de esa sanción.
El caso del asambleísta (diputado) Galo Lara es similar por su persecución con el caso del Diario El Universo. Electo en 2007, Lara desde el primer día en la Asamblea Nacional del Ecuador se destacó por denunciar las irregularidades y la corrupción del Gobierno de Correa, las cuales presentaba ante el mismo presidente en el Palacio Presidencial de Carondelet.
Aprovechando las abusivas leyes de calumnia e injuria en su país, a través de dos de sus ministros de Estado, el Mashi Rafael infructuosamente trató de levantarle la inmunidad parlamentaria al asambleísta Lara. Ni siquiera logró los votos de los parlamentarios afectos al gobierno. Personalmente Correa presentó solicitud de desafuero e igualmente fue negada. Ya no sabía qué hacer para zafarse a Lara del camino. Logró, sin embargo, que, a pesar de haber ganado su reelección en 2011, a través de triquiñuelas de las sumisas autoridades electorales, por maquinaciones de Correa, se le impidió acceder nuevamente al Parlamento ecuatoriano.
El camino se le despejó a Correa para lograr su venganza. Involucró a Lara en una matanza, llamada de Quinsaloma, donde murieron tres personas, incluso un niño. La Corte Suprema del Ecuador lo exoneró de cualquier culpa, y el fiscal general, Galo Chiriboga, muy vinculado a Correa, no apeló la sentencia, quedando libre Lara. La única prueba presentada fue una llamada telefónica a Lara, donde el teléfono receptor fue adquirido mucho después de los hechos criminales. Sin embargo, el Gobierno logró que las víctimas apelaran y en cuatro días, sin participación de Lara, se le condenó, ya no por homicidio, sino como cómplice del mismo, a 10 años de prisión. Ante eso Galo Lara huyo hacia Panamá donde se le otorgó asilo.
Detenido en aguas internacionales frente al Ecuador el barco de bandera panameña Doria, con un cargamento de narcóticos en supuesta operación de la DEA, Panamá requirió la devolución del barco y Ecuador, tras mil excusas, accedió devolver el barco con una condición: que se revocará el asilo dado por Panamá a Lara, a lo cual accedió el Gobierno de Ricardo Martinelli con el nuevo canciller Francisco Álvarez de Soto, ya que el anterior, Fernando Núñez Fábrega, al negarse a revocar ese asilo, fue destituido.
Lo más absurdo resulta la solicitud de extradición hecha por Ecuador a Panamá. Lleva fecha 16 de septiembre de 2013. De acuerdo a la condena a Galo Lara con que se solicita la extradición tiene fecha 20 de septiembre. O sea que pidieron la extradición antes de que se le condenará. Que barbaridad jurídica, que nuestros tribunales y la Cancillería lamentablemente han pasado inadvertida.
Que cada uno se conteste, ¿estará el actual Gobierno panameño actuando bien promoviendo la extradición del exparlamentario Galo Lara, a sabiendas del odio personal que le tiene el presidente Correa, con lo cual su vida peligra? Espero que al final de toda esta saga Galo Lara quede exonerado y Rafael Correa quede como lo que es: un tirano.
ABOGADO