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- 26/09/2024 00:00
Distorsionando la realidad
Vivimos en un mundo con un entorno complicado. Estamos rodeados de situaciones que podemos calificar como buenas o positivas, así como otras situaciones negativas y nefastas. La combinación de lo anterior caracteriza la sociedad en la que vivimos.
Los medios de comunicación tienen como misión informarnos de lo que sucede en nuestro país, así como en otros países. Siempre entendí que debían trasmitirnos las situaciones, tales como son, independientemente de si son buenas o malas.
Advierto con preocupación una tendencia en los medios de comunicación, de informarnos y hasta exagerar sobre las cosas malas y negativas que suceden, ignorando la multiplicidad y variedad de otras tantas cosas buenas y positivas.
En algún momento escuché la falsa premisa de que son las noticias malas las que venden, no así las buenas. Pero me preocupa que, por un ansia e interés por obtener lectores, televidentes o subscriptores, se haga un énfasis no realista ni balanceado sobre lo que realmente está aconteciendo.
No es sano estar bombardeados por información sobre cosas negativas que nos llevan a pensar que nuestro ambiente es también negativo. Y eso no es cierto. Estamos rodeados de cosas buenas y malas, pero constantemente los medios de comunicación nos saturan de noticias sobre las cosas malas.
¿Que importancia tiene lo anterior? De salida, pienso que el estado de ánimo positivo de una persona es un factor valioso para su familia, su empleador y, en general, para la sociedad. Si una persona específica tiende a mirar lo que le rodea en forma negativa y pesimista, su actitud afectará a los que le rodean. Y si esta actitud negativa se generaliza, tendremos una sociedad compuesta mayormente por personas que tienden a pensar que lo que les rodea es negativo. Esta parece ser la tendencia en la mayoría de los países del mundo.
Recuerdo que un extranjero que visitó nuestro país debía acudir a mi firma de abogados. Me manifestó con desasosiego que le preocupaba la difícil situación que existía en Panamá. Cuando le pregunté por qué me decía eso, me confesó que en el noticiero local y en el periódico que había leído se había percatado de cosas terribles que estaban pasando en Panamá. Le expliqué que, en realidad, la situación general no era mala, pero lo que había sucedido era que él había recibido solamente información sobre las cosas negativas que estaban sucediendo en Panamá, no así sobre las cosas positivas que también estaban sucediendo, porque los medios de comunicación no las estaban trasmitiendo balanceadamente.
Otro me comentó en una ocasión que el panameño había perdido su autoestima y no valoraba las cosas positivas y valiosas que lo rodeaban, concentrándose más bien en lo negativo. Obviamente, esta actitud es perjudicial para las personas individuales y para el conglomerado social. Y no ayuda en la práctica a resolver los problemas y situaciones que tenemos como país y como sociedad.
¿Qué hacer al respecto? Considero que hay que hacer un llamado de atención a los medios de comunicación para que comiencen a mirar e informar sobre tantas situaciones buenas y positivas que nos rodean y que tienden a ser ignoradas por la falsa creencia de que los lectores y televidentes, etc. no están interesados en este tipo de información. Si este llamado de atención no produce resultados efectivos, nos corresponde a los lectores, televidentes, etc. inclinar nuestras preferencias por los medios de comunicación que favorecen la divulgación realista de las cosas, tanto buenas como malas que suceden en nuestro país y en el resto del mundo. Pero, si lo anterior no resulta efectivo, propongo crear asociaciones de usuarios de los medios de comunicación, quienes clasificarían a dichos medios como realistas o poco realistas. Sería un derecho que ejerceríamos como personas libres y ciudadanos pensantes.