• 02/12/2023 00:00

Otra decepción de los pensionados

Cuando adoptamos una medida, debemos tener el control de las variables que inciden en su ejecución [...]

Cuando a este grupo se les prometió que sus pensiones serían mejoradas a todos aquellos que recibiesen menos de B/. 350.00, es obvio, que esto creó expectativas, porque se trataba de hacer justicia a las exiguas pensiones, que no alcanzan para satisfacer las necesidades básicas, lo cual no se hace efectivo, porque estaba condicionado a que se aprobase el contrato minero.

Con este tema se llegó a ser publicidad, porque se reiteró hasta la saciedad que los pensionados recibirían un aumento, con el convencimiento, de que el contrato sería aprobado con el beneplácito de todos los panameños, y ya todos sabemos las consecuencias de este contrato, donde inclusive, los que los aprobaron, ahora se sienten arrepentidos.

Cuando adoptamos una medida, debemos tener el control de las variables que inciden en su ejecución, y en el evento de lo que habíamos supuesto, no se cumpliese, debíamos tener otras alternativas, para cumplir con lo que nos habíamos propuesto.

El camino fácil ha sido, decirles a los pensionados, lo sentimos, la CSS no ha recibido los fondos para hacerles efectivos sus aumentos, que dependían de los fondos que recibiríamos del contrato minero. Así como se vendía las bondades del proyecto, que incluía el beneficio para los pensionados, ahora la sensación que pueda existir, es que los culpables son los grupos radicales que tiene este país convulsionado.

Es indudable que los pensionados no constituyen elementos de presión, para defender sus derechos, las manifestaciones de este grupo siempre han sido pacíficas, las luchas que han tenido se desvanecen con el tiempo, y al final las promesas son incumplidas.

Esta es una decepción más, que se suma las aspiraciones que han tenido. Han reclamado hasta la saciedad que se les devuelva la partida del décimo tercer mes, y las leyes que se han aprobado para este propósito no han tenido la suerte del contrato minero, que se aprobó en tres días y fue publicado de inmediato en la Gaceta Oficial, para convertirlo en ley de la República.

La CSS, cuyas decisiones debe darse dentro de los principios de la seguridad social, aprobó mediante una resolución que las reservas de la institución, se les pudiese hacer préstamos a los Funcionarios de la CSS, creando una nueva categoría, que no estaba contemplada en la ley, la que solo dice que se podría emplear para hacer préstamos a los asegurados y los pensionados y jubilados. Cuando se enteran de que esa resolución estaba al margen de la ley, corrigen el error, pero los funcionarios de la CSS, podrían seguir haciendo préstamos en su condición de asegurados. Lo cierto es, que le adeudan a la CSS, según los estados financieros no auditados del año 2021, 31.6 millones de balboas.

Se ha violentado uno de los principios de la seguridad social, la solidaridad, que una de sus expresiones es, que debemos transferir recursos de los más tienen a los que menos o nada tienen y aquí, hemos privilegiados a los funcionarios de la CSS, en detrimento de los pensionados, que es un grupo vulnerable. Mientras esto ocurre, hemos condenado a los pensionados a que continúen satisfaciendo sus necesidades crediticias con las financieras y agiotistas.

Si hay que usar las reservas de la institución en programas de préstamos, la CSS hubiese podido refinanciar la deuda de los pensionados con los bancos y financieras y estamos convencidos de que hubiese sido una fórmula para ponerle dinero en el bolsillo. Pareciera ser que el segmento de los pensionados es un mercado apetecible para los bancos y financieras, que se las ingenian para ofrecerles créditos, mientras que los recursos de la institución se utilizan para prestárselos a los empleados, que tiene la capacidad para ir a un banco y satisfacer sus necesidades de créditos, como lo hacen el común de todos los panameños.

Los que aprobaron la resolución que crearon este privilegio, aún siguen siendo miembros de la Junta Directiva, que contaron con la complicidad de quien representa los intereses de los pensionados y jubilados.

El autor es docente universitario  
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