El módulo Blue Ghost, de la firma estadounidense Firefly Aerospace, envió impresionantes imágenes de la Tierra mientras orbita el planeta azul y previo...
La primera estrategia es establecer la amenaza en el pacífico, por cuanto Corea del Sur y Japón está reconstruyendo su armada. Toda esta alianza en el pacífico tiene en Australia otro aliado, el acuerdo (AUKUS) para la construcción de submarinos nucleares, para crear un anillo de seguridad en torno a Taiwán, que es el mayor productor de semiconductores, a través de la empresa TSMC, y representa la vanguardia en tecnología ya que todo en la actualidad lleva un procesador o “microchips”. Y Taiwán es la que lleva esta industria tecnológica en sus manos. Ya que posee un laboratorio el cual no puede ser ni replicado ni desmontado por cuestiones operativas muy especiales.
En el pacífico inmediato al mar de China tenemos el primer escenario: el pacífico asiático, y ahí tenemos varias naciones que han conformado un cinturón de contención a las fuerzas navales chinas en contra de la posibilidad concreta de un intento de someter a Filipinas, Taiwán o Singapur.
El otro escenario es el “pacifico latinoamericano” y ello tiene una estrategia que involucra al Canal de Panamá. Y por ello se debe tener cuidado.
Cuando Panamá soltó la mano de Taiwán y tomó la mano de la República Popular China, entró sin notarlo, considero, a un contexto de poder y expansión comercial de este último país. Tomamos una posición muy delicada y fuente de los inmediatos y futuros problemas en el desarrollo de las relaciones sino-estadounidenses, por la rivalidad de ambos en la hegemonía tecnológica, militar y económica del planeta. Y el canal interoceánico representa un “activo estratégico, militar y económico” a nivel planetario, y ello nos coloca como un “target” para ambas potencias. Es el “JANUS”, una deidad griega que podía mirar hacia el futuro o pasado, principio de todo.
Y, por otra parte, comparto dos hechos objetivos puntuales que debe preocuparnos: el primero, el alcance estratégico del Tratado de Neutralidad permanente, en cuanto a una intervención militar. Léase en el Instrumento de Ratificación, al final del artículo IV, lo siguiente: “cada uno de los dos países defenderá el Canal contra cualquier amenaza, y tendrá el derecho de actuar contra cualquiera agresión o amenaza al Canal, - de forma independientemente [...] incluyendo el uso de la fuerza militar [...]”. La interpretación no está sujeta a un acuerdo o una llamada consensuada, se le otorga a cada uno por solitario tomar las medidas necesarias. Eso es preocupante. Esto por parte de un tratado.
El segundo, por parte de la historia, 9 de octubre de 1941, cuando el Dr. Arnulfo Arias Madrid se “negó” a artillar los barcos de la marina mercante y los propios, porque no estaba declarada aún la guerra, y el presidente Arias aclaró que no podía poner a Panamá en riesgo inminente, esa decisión le costó la presidencia. Es decir, Estados Unidos se encargó de sacarlo del medio. Y ¿con quién era la guerra?, contra un país asiático.
Ahora recordemos que el Tratado de Neutralidad no ha sido puesto a prueba, la interpretación no es un consejo de países, o un lobby mediático, ni es una gira mundial de países no alineados, es un tratado bilateral. Si Estados Unidos entra en guerra con un país asiático, o una potencia asiática invade a Taiwán, el tratado no valdrá nada, porque “estamos bajo el paraguas del Pentágono”, y la responsabilidad primaria de defender el Canal fue traspasada muy sutilmente en 1993, al eliminar por ley la Asamblea, a las Fuerzas de Defensa de Panamá, quedando el ejercito de Estados Unidos con la responsabilidad primaria de tal [...] defensa”.
Ahora, no podemos bailar como queramos. Eso significa que la clase política y la clase elitista económica no podrá detener la realidad de los intereses estadounidenses en una guerra mundial. Por ello, la única acción soberana y digna es de declarar por nuestro propio derecho y en arreglo a nuestra constitución, “neutralidad completa de la República de Panamá como Estado y como pueblo”, para evitar los excesos de poder esgrimiendo una seguridad hemisférica por parte de Estados Unidos y que China piense que pueda actuar en nuestro país de cualquier forma. Esa acción debe tomarse de inmediato porque no podemos esperar que cada potencia mundial nos tenga de piñata, no lo aceptamos.
Por último, el Protocolo de Neutralidad fue firmado por Rusia en 1991, Taiwán lo firmó en 1980, pero la República Popular China jamás lo ha firmado. Ojo, cuando el río suena, piedras trae. ¡Salud, compatriotas!