• 06/06/2010 02:00

La ministra Cortés promueve esclavitud

Cuando se impuso el modo de producción capitalista como forma de producción y distribución hegemónica en el mundo se pensó que los seres...

Cuando se impuso el modo de producción capitalista como forma de producción y distribución hegemónica en el mundo se pensó que los seres humanos al fin serían libres. Se pregonó hasta el cansancio que el obrero era ‘libre para elegir si trabaja o no a esa tasa de salario’. Pronto se despertó y el mundo fue testigo de la gran explotación que giraba en tono a las relaciones laborales: jornadas de trabajo de hasta 16 horas diarias, salarios que no cubrían el costo de reposición del obrero y su familia, ausencia de condiciones de seguridad social, etcétera.

Ante los hechos, de manera temprana, aparecen las organizaciones sindicales, que a partir de la lucha, logran reivindicaciones laborales que protejan al obrero, garantizando jornadas de trabajo más cortas, prestaciones sociales y demás derechos laborales.

Es lamentable que en pleno siglo XXI, voces como la de Alma Cortés, respondiendo a los intereses de la patronal, a la cual sirve, pretenda retrotraer la esclavitud. Ello explica por qué, a pesar de existir ante la OIT innumerables denuncias por parte de la clase obrera, como es el caso del derecho a sindicalización de los servidores públicos, Cortés levante el tema de la huelga.

Se pretende vender que los obreros realizan la huelga como ‘entretenimiento’, cuando realmente la huelga es el último instrumento que utiliza el obrero para defender su derecho al trabajo y la vida digna. Este recurso es utilizado cuando ya han fracasado los esfuerzos, por ejemplo, para que el patrono pague los meses de salarios adeudados, o para que se cumpla con las normas de seguridad laboral, o para que se paguen a la CSS las cuotas de la seguridad social que nos han sido descontadas, pero que el patrono retiene ilegalmente para utilizarlas como su capital de trabajo. La huelga se da cuando el MITRADEL, a pesar de que debe proteger a la parte más débil de la relación obrero—patronal, ha sido incapaz de exigir a la empresa el cumplimiento de las leyes laborales. Pero aún así, el proceso de huelga se somete a un conteo de los trabajadores, el cual se quiere desconocer como ejercicio democrático, señalando que las minorías (muchas veces atemorizadas por la patronal ante su condición de trabajador temporal), pueden acudir a la fábrica y que el empresario, que ha incumplido alguna norma laboral, tiene el derecho a contratar otros trabajadores.

La huelga es un derecho universalmente reconocido, es un instrumento de defensa de los obreros frente a la violación de los derechos laborales por parte de la patronal. La huelga no es un conflicto, sino un medio de presión utilizado con vistas a la solución de un conflicto. Es más, es el último recurso para superar las diferencias e incumplimientos a los derechos laborales y sindicales. A pesar de esta clara consagración, los gobiernos se empeñan en impedir el ejercicio de este derecho y en criminalizarlo.

En sus discursos electorales, el presidente Martinelli dijo que no reformaría el Código de Trabajo, sin embargo, hoy envía a su empleada, Alma Cortés, a imponer por diversas vías reformas al Código de Trabajo. La aprobación por parte del Legislativo, del Proyecto Ley 172, Área Económica Especial del Barú, es claro ejemplo de ello.

Ya habíamos advertido que esta ley era el preludio de similares medidas para el resto del país y hoy la abogada de las empresas Martinelli, Alma Cortés, convertida en ministra de Trabajo, ha confirmado los planes aviesos del Gobierno de imponer a nivel nacional la conculcación del derecho a huelga, la eliminación del día domingo como día de descanso obligatorio, nuevos cálculos para el pago de las horas extras y los sobretiempos en perjuicio de los trabajadores, reduciendo con ello los salarios e imponiendo interminables jornadas de trabajo, violando además el derecho de sindicación.

Frente a estas amenazas que pretenden introducir en las reformas al Código de Trabajo, el SUNTRACS—CONUSI estará en las calles en defensa de nuestros derechos, los cuales jamás han sido producto de dádivas de gobierno o empresario alguno, sino del sudor y la sangre de la clase obrera. Reiteramos nuestro compromiso de impedir, al costo y los sacrificios que sean necesarios, que se impongan estas nuevas aberraciones jurídicas a la legislación laboral.

Llamamos a los trabajadores y al pueblo en general a desarrollar a la mayor brevedad las acciones de coordinación y organización que sean necesarias para impulsar la lucha necesaria que impida que se materialicen estas nuevas formas de esclavitud en pleno Siglo 21, mismas que pretende imponer este gobierno mentiroso, represivo, corrupto y propatronal.

*Secretario general del Suntracs.rologe54@yahoo.com

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