• 26/02/2021 00:00

Controversia y realidad

“El famoso Centro tendrá su razón de ser o no en la medida en que la captura de drogas y la persecución de actividades ilícitas arrojen cifras exponenciales cada día o año”

Muchos han sido los historiadores y escritores que nos han proporcionado, desde distintas lupas, una visión histórica de nuestras relaciones con Estados Unidos de América.

Su presencia en Panamá data del siglo 19 y se acentúa en los siglos posteriores.

Hoy, por el establecimiento de un Centro de Coordinación, que se nos informa es para fortalecer la lucha contra el narcotráfico como objetivo principal, se ha generado una controversia entre algunos exmilitares de nuestras desmanteladas Fuerzas de Defensa.

La tesis en discusión es el nacionalismo versus el no nacionalismo frente a los hechos.

En lo personal, he leído algunos de los libros que nos reseñan esta especial relación entre estos dos países de nuestro continente.

Sin embargo, impactó en mí la lectura del libro llamado “La tierra dividida”, del autor norteamericano Gerstle Mack.

Por cierto, bastante voluminoso, pero rico en señalamientos que yo desconocía.

Sin desmeritar a nuestros historiadores y a otros distinguidos personajes de nuestra nación que han escrito y escriben sobre el tema, debo aceptar que Mack me impresionó.

A mi juicio, siendo yo un nacionalista y ante todo muy objetivo, con dolor, estoy convencido de que desde esos siglos la presencia de Estados Unidos en Panamá, con diferentes niveles de intervención, ha estado siempre presente.

Recordemos recientemente la reunión de dos precandidatos nuestros en la residencia del embajador de EUA, que terminó con el triunfo de la dupla electoral Martinelli-Varela.

Luego el candidato Varela es electo presidente en quinquenio posterior.

Observen también que nuestros últimos presidentes posinvasión recibieron algún tipo de formación académica en Estados Unidos.

Quizás al convivir con ellos entendieron más la filosofía de los grupos gobernantes de EUA.

No fue para mí un acto de sorpresa, pues desde pequeño, perteneciente yo a una familia donde el acontecer político era parte de las tertulias, escuchaba desde entonces que el candidato tal o cual había sido aceptado o no en la Comandancia de la Policía y también por los norteamericanos.

Preinvasión, las bases militares siempre presentes y posinvasión, la presencia física minoritaria o virtual también. Siempre. Los vecinos y tutores no nos han abandonado.

Recordemos que su interés en esta pequeña Nación, desde antes de nuestra separación de Colombia, es nuestra posición estratégica, fortalecida por la existencia del actual Canal de Panamá.

Ello quizás explica el porqué están en forma visible o más allá de una embajada y consulado.

Creo que Panamá, como punto estratégico del narcotráfico, es vital para un pueblo como el de Estados Unidos para mermar este comercio, donde el consumo de estas drogas ilícita es alto.

Un pueblo en esas circunstancias está expuesto en su seguridad ante sus nuevos adversarios.

La pandemia ha resaltado las increíbles desigualdades que vive la democracia estadounidense. Situación alarmante.

Creo que comprendieron que ese envió de drogas a EUA, es muy semejante al opio que se enviaba a China en siglos pasados con sus conocidas consecuencias.

Panamá posinvasión recibe drogas y las consume sin diferencias en clases sociales.

Pueblos enfermos, democracia en peligro.

Entonces, no nos debe sorprender esta realidad de la permanencia de EUA en este Panamá a través de acuerdos de cooperación, etc.

Recordemos lo que Omar nos dijo: “Seguimos bajo el paraguas del Pentágono”.

Mi opinión en ninguna circunstancia es que respaldo esas intervenciones, pero debo aceptar que las debilidades de Gobiernos tras Gobiernos panameños han facilitado ello.

No hay quizás total confianza en nuestras instituciones públicas dedicadas a estos importantes menesteres.

Los informes sobre la corrupción que permea tantas instituciones nuestras quizás sean una causa para estas decisiones.

Mi padre me decía que “el ser humano debe ser como las palmeras, sus penachos en el aire que son los ideales, pero sus raíces en la tierra que son las realidades”.

Comprendía mi padre, el poder económico y militar de nuestros tutores y asesores.

Solo queda la esperanza de una lucha pacífica que permita que esa población cambiante hoy día en Estados Unidos y nuestro pueblo más comprometidos con el perfeccionamiento de nuestra soberanía lleguen a entendimientos que superen estas dolorosas situaciones.

Que surjan nuevos patriotas convencidos de verdad y norteamericanos fieles creyentes a los principios que los rigen desde su independencia.

Tengo muy queridos familiares y amistades norteamericanos o enlazados con ellos. De allí que entiendo bien que la lucha pacífica no es contra un pueblo también noble como Estados Unidos, sino contra esas ideas procolonialistas arraigadas en algunos poderes y sintetizadas en la frase “I took Panama”, atribuida al presidente Teodoro Roosevelt.

El famoso Centro tendrá su razón de ser o no en la medida en que la captura de drogas y la persecución de actividades ilícitas arrojen cifras exponenciales cada día o año.

Médico internista.
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