Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
Al parecer el statu quo pretende atornillarse en el poder, haciendo prevalecer la fracasada gestión legislativa de más de 30 años continuos y, como si fuera poco, el mantenimiento del atrasador, nefasto e improductivo sistema de representantes de corregimientos. Yo declaro que actualmente ambos, por la forma inescrupulosa del clientelismo con que logran los puestos, representan una verdadera estafa nacional con nuestra propia plata y lo peor es que se han constituido en las cepas más cándidas para la corrupción y el desmejoramiento moral y cívico en nuestro país, con la compra y venta de votos; es decir, son lo más parecido al sida del Congo.
En cuanto a la posibilidad de una constituyente no hay nada seguro, pues a mis manos no ha llegado un anteproyecto de una novísima constitución, tan solo que es un proceso muy largo y que la actual Constitución Política reza en uno de sus artículos que el señor presidente tendría que nombrar a 60 ciudadanos quienes en seis meses tendrían que culminar un proyecto, el cual sería sometido a la ciudadanía, o sea, a un referéndum.
Sacar copias en un internet de David, para leer con detenimiento lo que ha hecho hasta ahora la Asamblea con el anteproyecto de reformas presentado por la Comisión Especial de Consulta me costó 27 dólares, plata que no recuperaré, porque la gente considera que todo es gratis (me lo pidieron y como tengo muchas horas de caballo, complací pendejamente).
Lo cierto es que, tanto en las ciudades como en el campo, el panameño no quiere saber más de reelectos y los diputados metieron para ver si pegan, que necesitan 10 años en sus puestos; o sea, una reelección por lo imprescindibles que son. Pero no se habla de los peores: los representantes de corregimientos, en su mayoría taimados e ignorantes de la Ley y peones en el ajedrez inicial de la compra y venta de conciencias desde las primarias.
Yo vislumbro un sistema en donde la única elección sea para presidente de la República cada cinco años sin reelección y que él mismo nombre al jefe de los policías, a la Asamblea, a los alcaldes, a los representantes y corregidores, todos ellos sujetos a ser “bota'os” a la mínima queja cierta. Los escogidos pasarán por un colador y los que lo pasen irán a un sorteo y, de resultar ganadores, se les entregará un plan de trabajo de acuerdo a lo que dijo el candidato a presidente ganador en su campaña. A la gente le gustará, no en vano aquí gastamos en lotería la plata de las limosnas y diezmos.