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- 27/05/2022 00:00
Canal de Panamá: seguridad internacional y terrorismo
En medio de la Segunda Guerra Mundial, en noviembre de 1943 se cancelaba a última hora el plan de la Alemania nazi para atacar el Canal de Panamá, denominada “Operación Pelikan”. Consistía en el bombardeo de la represa del lago Gatún con bombarderos especializados que se traerían, en partes, dentro de submarinos hasta una isla en Colombia donde se ensamblarían clandestinamente y de allí despegarían. Si el ataque resultaba exitoso, el Gatún se drenaría y el Canal quedaría inutilizado por al menos 1 año. También el imperio del Japón planificó un ataque, en especial a las esclusas de Gatún, con hidroaviones transportados por submarinos, pero que sería cancelado después de planificarse.
Hoy estamos viviendo un acontecimiento importante. La tensión mundial del conflicto europeo entre Rusia y Ucrania desencadenaron, en sus inicios, miedo e incertidumbre en las naciones ante la escalada de tensiones y a tomar posiciones y acciones respecto a la crisis internacional, porque de verdad es una crisis por las consecuencias que se están viendo en lo económico, político y social.
Resulta un tema sensible para Panamá por el tema de la posición neutral que debe tomar el Estado ante sucesos en el exterior, siendo esta posición el resultado de las vivencias en la historia panameña plasmadas en la Constitución, convenios y acuerdos a nivel nacional e internacional.
Se puede mencionar una gran cantidad de tratados, convenios y acuerdos de carácter internacional, manifestando su valor, enfocados en protección, defensa, soberanía y comercio del mismo, por ejemplo, los tratados Mallarino-Bidlack (1846) y Clayton-Bulwer (1850) se acordaron cuando ni siquiera se había construido un canal, pero se tenía en mente en base al comercio, el Tratado de Promoción Comercial y respecto a concesiones, defensa o soberanía los tratados Herrán-Hay, Arias-Roosevelt o Torrijos-Carter (Tratado del Canal de Panamá y el Tratado de Neutralidad Permanente y Funcionamiento del Canal). Es un objetivo estratégico y geopolítico -de los más valiosos- y la comunidad internacional lo sabe. En abril se reunió el presidente Cortizo con el secretario de Estado y el secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos para hablar de seguridad y migración, y a los días vino a Panamá Josep Borrell, representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad; según Cortizo, se discutió el impacto global que causa la invasión de Rusia a Ucrania. No sorprendería que se hubiese puesto sobre la mesa el tema del Canal.
Observando a futuro el panorama mundial, en Panamá sería oportuno establecer una estrategia de seguridad en reacción ante los cambios dinámicos de las nuevas formas de amenaza que están apareciendo en el mundo, respetando nuestra soberanía y sin estar avasallados por terceros. El terrorismo sería una de las principales amenazas para los estados en los próximos años, destacado por organismos como el Consejo de Seguridad de la ONU o analistas en la materia como Robert Kaplan. Entendiéndose el terrorismo no como una ideología sino como táctica o método que busca alcanzar objetivos políticos utilizando un método que genera crimen o instrumentalizando en dicho esfuerzo una ideología, religión, etcétera; con la caída de Bin Laden y Al Qaeda, el surgimiento y decadencia del Estado Islámico se abre paso un nuevo “terrorismo”, independiente de ser de tipo nacionalista, de Estado, revolucionario o religioso.
Dicho cambio es la participación de Estados como actores principales: los métodos de guerra no convencionales pueden ser superiores a los métodos convencionales, entonces, qué mejor forma de emplear estas estrategias que contra Estados enemigos. Esto es el ataque directo en suelo extranjero de forma indirecta. Para aclarar, lo más parecido, por ejemplo, es el PKK turco en la década de los 80' con el apoyo de países del bloque comunista (su objetivo era desestabilizar a Turquía, miembro de la OTAN) solo que ahora no se recurrirá principalmente a la participación de terceros sino a agentes del país autor. Actualmente, vemos el renacer de este nuevo modus operandi en entre Irán e Israel con actuaciones de fuerzas especiales de ambos países en territorio extranjero.
Este terrorismo se asociaría con la rivalidad entre naciones. Países como Rusia, China o Irán miran a Latinoamérica como un campo geopolítico de influencia donde no importa si un país es de derecha o izquierda, mientras alguno tenga o pueda hacer un contrapeso al poder de Estados Unidos será relevante. Todos saben que la opinión pública y el gobierno están sumamente relacionadas, por lo que atacar la opinión pública mediante actos terroristas será un objetivo clave. Será entonces, con la presión pública, que el gobierno se verá forzado a actuar de manera rápida en la que puede caer en el error o del acierto en función de la decisión que tome.