• 21/01/2023 00:00

¿Qué buscamos?

“El Mides tiene este departamento de Coordinación con los Adultos Mayores; comuníquese allí y eduquémonos sobre centros bien establecidos que necesiten ayuda [...]”

Hoy en día, que hay tantísimos problemas mundiales, nos preguntamos... ¿qué buscamos en realidad en nuestra vida?

Algunos dirán que tienen una vida plena, porque la salud, su empresa, su empleo, su familia están estables. Pero, ¿y los que no tienen esta dicha?

Sobre todo enfoquémonos en los ancianos. ¿Qué buscan? Buscan un amparo, protección, cariño, una mano amiga. ¿Estamos conscientes de esas necesidades?

El mundo está cambiando vertiginosamente a puntos donde nunca siquiera habíamos pensado. La economía está tristemente decayendo, los ingresos de las personas que antes podían medianamente sobrevivir están peligrosamente en contraste con la nueva corriente de alza de precios e inflación.

Ni siquiera mencionar los costos de la educación, tan esencial para las futuras generaciones. Por ende, buscamos aquellos puntos de equilibrio en que podamos, con muchísimo esfuerzo, como padres responsables, poder dedicar tiempo, cariño, paciencia y todo lo necesario para que esos niños crezcan saludables y con valores morales y familiares.

Los ancianos son los más afectados. Ya con debilidades en salud que no les permiten trabajar, con una pensión risible, que no alcanza ni para el pan diario.

Ni siquiera mencionar los costos médicos, pues no tienen un seguro privado que los cubra, por lo tanto, muchas veces se ven obligados a recurrir a clínicas privadas, o enfrentar la muerte.

¿Eso es lo que buscamos? ¿Que seres humanos que han dado todo por su familia, por su país sufran ese agobio de la sociedad? ¿Los castigamos por haber llegado a esa edad dorada, que debería ser un gozo de conocimientos, experiencias y que les retribuyamos todo aquel amor que han sabido dar?

¿Qué hace una familia que no tiene medios económicos para sobrellevar un familiar en sus últimos años con necesidades médicas, o discapacidades, si no tienen el dinero o la capacidad física para cuidar a su abuelito en casa? ¿Qué hacen? ¿Qué buscan?

Buscan amparo, protección, cariño, una mano amiga.

Sí, sabemos que todos pasamos grandes retos económicos, y muchísimas almas generosas se han comprometido para ayudar en distintas organizaciones, cada vez más necesitadas. Pero siempre hay un huequito donde rebuscar y ayudar a aquellos que ya tienen una voz apagada, muchos abandonados por familiares que los consideran una carga. ¿Esto es lo que buscamos? ¿Abandonar a nuestros semejantes a su suerte?

En Panamá, hay apenas unos cuantos centros, que ni siquiera llegan a los cinco dedos de una mano, que ofrecen ayuda social a los ancianos, que dan todo lo que tienen para atenderlos con gran amor. Pero, sus limitaciones económicas no les permiten más.

¿Esto es lo que buscamos? ¿Que otros sufran y quedarnos de brazos cruzados? No creo, el panameño es conocido por su generosidad. Las empresas con sus departamentos de responsabilidad social, y el voluntariado, cada vez crecen más, porque están conscientes de aquellas necesidades que atraviesan muchos que calladamente, sufren sus vicisitudes diarias, y le ofrecen a Dios sus penas.

Entonces, busquemos soluciones para aquellos que no pueden hacerlo. Ayudemos a estos ancianitos, en la manera que podamos. Ya sea adoptando un ancianito de un Hogar bien establecido legalmente, o ayudando a uno que viva con su familia sin ingresos, o de cualquier manera que puedan. En un aporte mensual, por más pequeño que sea, pero es una ayuda para aquel que nada tiene.

El Mides tiene este departamento de Coordinación con los Adultos Mayores; comuníquese allí y eduquémonos sobre centros bien establecidos que necesiten ayuda, y cómo pueden hacer para ayudar. O llamen directamente al Hogar de su preferencia para ofrecer su ayuda. Hay mil y una manera de hacerlo, con o sin dinero. Como voluntarios, con su talento, con su tiempo, con contactos, con oraciones.

Busquemos esa satisfacción. La felicidad está en dar, no en recibir.

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