• 07/05/2023 00:00

El buen olor a oveja..., el buen olor a político...

“[…] nosotros podemos también preguntarnos si estamos dispuestos a apoyar a los políticos de buen olor, el olor a ovejas, el olor a ciudadano honesto, al que verdaderamente se mezcla con el pueblo, [...]”

Hace más de 2000 años que un hombre llamado Jesús hablaba sobre la importancia de sus ovejas y sobre cómo Él guiaba esas ovejas en su caminar; también hace unos pocos años el papa Francisco, en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá, mencionaba que deberíamos ser hombres y mujeres con olor a ovejas, refiriéndose a cómo debemos acercarnos a quienes más necesitan, hasta sentir el olor de la necesidad, y a la manera como debemos actuar, enfocados en el bien común, en valores y pensando en el prójimo.

A lo largo de todos estos años, podemos hacer una analogía a dicho mensaje, refiriéndonos al comportamiento que están teniendo nuestros gobernantes en el día de hoy, de manera tal que nos podemos preguntar cuál es el olor que se siente de nuestros políticos, diputados y gobernantes hoy en día, o cuál es el olor que percibimos de los candidatos que están corriendo para algún puesto público en las próximas elecciones.

¿Será ese olor a oveja o será un olor a podredumbre el que hoy por hoy nuestros políticos están teniendo cuando, sin temor alguno a las consecuencias de sus actos, promulgan leyes en contra de la ciudadanía, en contra de su país, y en contra de sus propias familias, y rechazan leyes que van en favor de la mayoría? Es allí donde podemos preguntarnos qué olor tienen los políticos hoy en día, y aunque no podemos generalizar en este campo, sí podemos estar seguros de que existen muy pocos valientes políticos con olor a oveja, quienes defienden, sin temor y con valentía, los intereses del pueblo panameño.

Leyes como el rechazo de la extinción de dominio o leyes propuestas, como la de los derechos o alcances extraordinarios que el contralor de la República puede llegar a tener, son acciones que nuestros diputados incluyendo, los tres órganos del Estado, muestran como actitudes contrarias al beneficio común.

Hoy, nosotros podemos también preguntarnos si estamos dispuestos a apoyar a los políticos de buen olor, el olor a ovejas, el olor a ciudadano honesto, al que verdaderamente se mezcla con el pueblo, y suda hombro a hombro por nuestra gente, hasta que se transpire el olor a pueblo, o si vamos a apoyar y votar por aquellos políticos que desde su podredumbre dictan leyes que ensucian a muchos a través de la corrupción, y que dañan a la mayoría de las familias de Panamá.

Les dejo esa simple reflexión, para que también la compartan con sus amigos, conocidos, jóvenes, y familiares.

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