Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 11/12/2009 01:00
La hospitalización de Bosco Vallarino
E l alcalde de la ciudad capital, Bosco Ricardo Vallarino, no será una morrocota de oro para caerle bien a todo el mundo, pero aún la persona más impopular tiene un derecho humano a ser respetado. Y una autoridad electa democráticamente, tanto más.
Ciertamente don Bosco Vallarino ha marcado un hito en nuestra harto pintoresca vida política, al entrar por la puerta de atrás a un Concejo taqueado de sus más acérrimos contrarios políticos y pensar que nadie se daría cuenta de que había dispuesto dar un dinero a su señora esposa.
Pero su reciente hospitalización subraya la falta de respeto que ha sufrido a manos de medios trituradores de su reputación.
Pese a los aires de santidad que proyectan en público, demasiados periodistas no son mucho más serios ni comprometidos con el bien común que los políticos que critican.
Esta NO es una apología por las actuaciones alcaldicias; tan solo reivindica el derecho que tiene a no ser denigrado en su honra por la apabullante presión de los medios de comunicación, so pretexto del derecho a “ información ”.
El resultado estuvo un par de días en el Hospital Paitilla.
Esto no es justo. En ataques descomedidos, los medios impresos han sesgado su enfoque para evitar informar objetivamente sobre el tristemente célebre burgomaestre.
Es patente que se evita, puesto que ello involucraría al Primer Mandatario, y ciertos paladines de la prensa preferirían morir antes que perder el favor oficial.
Se recordará que Vallarino logró su nombramiento, no en base a las papeletas de su Partido Panameñista, sino al tsunami de papeletas del presidencial Partido Cambio Democrático. El canciller Juan Carlos Varela guarda un silencio cómplice.
El rey Ricardo será alérgico a aceptar responsabilidad por yerro alguno, pero no varía la verdad de que éste Frankenstein es hechura de “ tú-mismo ”. Habiendo hecho suya la postulación en alianza sin antes evaluar debidamente sus antecedentes, después de electo don Bosco Vallarino su mano peluda en el parlamento logró una ley retroactiva casi tan escandalosa, como el sepulcral silencio del Tribunal Electoral.
Demasiados periodistas pensarán lo contrario, pero se peca igual por comisión, que por omisión, especialmente en informar debidamente sobre un fenómeno político tan complejo — y evitar caer en el asesinato mediático.
*Traductor.descriptoriummeum@gmail.com