Ocho días antes de su reapertura la catedral de Notre Dame de París desveló su nuevo “resplandor” al mundo durante una visita del presidente francés, Emmanuel...
- 30/11/2024 00:00
Bolívar y el bicentenario del Congreso Anfictiónico de Panamá
El 9 de diciembre de 1974, al celebrarse 150 años de la batalla de Ayacucho, el Gobierno de Perú, presidido por el Gral. Juan Velasco Alvarado, invitó a los jefes de Estado de los países que participaron en ella, incluida una delegación de Panamá, para conmemorar con paradas y desfiles militares en la Pampa de la Quinua, y en el marco de la cual se firmó la Declaración de Ayacucho, la cual expresaba en esencia que:
“[...] Consecuentes con los propósitos que inspiraron la convocatoria del Congreso de Panamá, reiteramos que sólo unidos los países latinoamericanos cumplirán plenamente la misión que les corresponde dentro de la comunidad internacional, contribuyendo así a la paz y seguridad en el mundo”.
El hecho de que en esta Declaración se haya hecho mención del Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826, responde a que el Libertador Simón Bolívar, bajo el ideario de lograr la unidad Iberoamericana, convocó a nuestros países recién independizados, a participar en dicho Congreso, estando en Perú el 7 de diciembre de 1824, con la batalla de Ayacucho en ciernes.
El Congreso Anfictiónico de Panamá se llevó a cabo en 1826, en la sala capitular del antiguo Convento de San Francisco, hoy Palacio Bolívar, sede de la Cancillería de Panamá, y se constituyó en la primera reunión para las alianzas hemisféricas, con el objeto de buscar la unión o confederación de Hispanoamérica.
Aunque este magno congreso fue convocado por Bolívar, desde el Perú, en diciembre de 1824, ya había sido esbozado en su famosa Carta de Jamaica de 1815, que:
Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse; [...] ¡Qué bello sería que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso de los representantes de las Repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras partes del mundo.
El Congreso Anfictiónico logró instalarse en la ciudad de Panamá, el 22 de junio de 1826 y dejó de sesionar el 15 de julio de ese mismo año. Asistieron dos representantes por cada país concurrente: Gran Colombia (actualmente Colombia, Panamá, Ecuador y Venezuela), Perú, México, y las Provincias Unidas de Centroamérica (que comprendía Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica). Chile y Argentina no asistieron debido a su situación interna; Bolivia no pudo llegar a tiempo; Gran Bretaña envió un observador, y el Gobierno de EE.UU. expresó no desear integrarse en una confederación continental entonces.
Con muchas limitaciones, el documento nombrado “Tratado Magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua”, que surgió del Congreso, fue aprobado por todos los concurrentes y fue ratificado en última instancia solamente por la Gran Colombia, el mismo año de 1826. Los embajadores acordaron la creación de una liga de repúblicas americanas con jefes militares comunes, formar un pacto mutuo de defensa y una Asamblea Parlamentaria Supranacional, aunque sin acordar detalles específicos sobre el funcionamiento de esta ni sobre la organización de las tropas comunes de defensa. Bolívar consideraba que la confederación proyectada no debía fundarse únicamente en el principio de una alianza defensiva y ofensiva ordinaria, sino que debía ser más estrecha, y que fuera una sociedad de naciones hermanas que tienen unas mismas costumbres y aptitudes.
Aunque inmediatamente no se visualizaron los aportes del Congreso Anfictiónico de Panamá a la unión de los países latinoamericanos, esta idea bolivariana de unidad se mantuvo latente, y como frutos de este primer intento de reunión hemisférica se debe considerar a la Unión Panamericana, luego a la OEA y en la actualidad a la Celac, entre otros. Todo lo cual nos demuestra la visión premonitoria del Libertador Bolívar, y definitivamente no aró en el mar, sino que su simiente fue depositada sobre tierra fértil, sus frutos hoy día son palpables, y han servido para “fijar la historia diplomática de América”, como la denominó.
Este año 2024 se celebra el 200 aniversario de la batalla de Ayacucho, que se complementa con la celebración también de los 200 años del Congreso Anfictiónico de Panamá, el próximo 22 de junio de 2026, por lo que el Palacio Bolívar, como sede de la política exterior panameña, será también sede de la Asamblea General de la OEA para conmemorar esta importante fecha, con la participación de los más altos representantes de los países de la región , la cual debe convertirse en escenario propicio para el fortalecimiento de nuestros lazos diplomáticos, políticos y en materia de seguridad, con todos los países del hemisferio.