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- 06/07/2023 00:00
Desde el aula universitaria.El 3 de noviembre de 1903: ¿separación o independencia?
En días pasados, el Meduca realizó la pregunta que titula el presente artículo, a manera de consulta académica, al Departamento de Historia de la Universidad de Panamá, con la intención de revisar los libros escolares de Historia de Panamá. Por considerarlo de interés general, lo comparto con los lectores.
INTRODUCCIÓN:
Debo aclarar que, en la conceptualización de los acontecimientos históricos, su ordenamiento en categorías histórico-políticas y periodización en etapas temporales, nos sumergimos en la historiografía y la teoría histórica, enfrentándonos con la dimensión de las mentalidades e imaginarios de los propios historiadores, sus juicios de valor e interpretación de los hechos históricos.
En consecuencia, cuando se nos pide una opinión académica respecto al ordenamiento o clasificación del 3 de noviembre de 1903 como independencia o separación, cuando Panamá deja de ser parte de la República de Colombia para crear la República de Panamá, debemos tomar en cuenta que ambas categorías, con sus definiciones y aplicaciones, son resultado de la interpretación de los académicos sobre los acontecimientos históricos, cuyas respuestas intentan ordenarlos, definirlos y explicarlos, bajo algunos criterios, aportando luces, pero sin agotar el debate ni mucho menos ofreciendo verdades absolutas.
TESIS:
Frente a la pregunta: ¿el 3 de noviembre de 1903 en la Historia de Panamá debe clasificarse como separación o independencia? Defiendo la tesis de que se trata de una SEPARACIÓN.
ARGUMENTACIÓN:
Las razones para defender esta tesis son las siguientes:
1. Una INDEPENDENCIA, por definición, es la ruptura política y fragmentación territorial entre un imperio y una colonia. Esta condición se dio definitivamente en 1821, cuando Panamá se independiza del imperio español.
2. Una SEPARACIÓN, por su parte, se refiere a la ruptura o escisión de un territorio dentro de un Estado nacional moderno. Estas son las condiciones que podemos observar entre la República de Colombia y el Departamento de Panamá en 1903.
3. En el contexto de la Historia de América Latina, estas dos clasificaciones y su conceptualización están claras en los términos esbozados antes y no se confunden entre sí. Las INDEPENDENCIAS en América Latina todas se entienden con relación al imperio español, y se ubican en una cronología aproximada entre 1810 y 1823 (con excepción de Cuba, que es tardía y bajo la intervención del ejército de los Estados Unidos de América, en 1895) y bajo la periodización denominada independencias de América Latina. Panamá pertenece histórica y políticamente a la América Latina y su historiografía debe reflejar esta vinculación y pertenencia.
4. De igual forma, la SEPARACIÓN de Panamá de Colombia, no es exclusiva de Panamá. Formaron parte de la Gran Colombia, posindependentista, además de Colombia, Panamá, Ecuador y Venezuela. Todos se fueron SEPARANDO para crear repúblicas en sí mismas y ninguna de ellas considera esta separación como una INDEPENDENCIA. Otra vez, Panamá y su SEPARACIÓN, a pesar de ser la última de ellas en el contexto colombiano, forma parte del mismo proceso de desintegración de la Gran Colombia, el sueño bolivariano de la “Patria Grande”, marcando su final definitivo, aunque también, como sabemos, marca el inicio de otra historia, la historia expansionista de los Estados Unidos de América.
CONTRAARGUMENTACIÓN:
1. Algunos historiadores consideran que la “verdadera independencia” de Panamá es la de 1903, porque en 1821 Panamá se une a Colombia y, por tanto, no forma una entidad independiente en sí misma. Este argumento es ambiguo y presentista, en el sentido de que enfoca su análisis desde el punto de vista y perspectiva de la República de Panamá, como una proyección desde otro tiempo, y no desde la Gran Colombia, su contexto temporal e histórico, la cual también fue panameña y la primera experiencia republicana de Panamá.
2. Quienes defienden que la “verdadera independencia” de Panamá se concreta el 3 de noviembre de 1903, suelen alimentar su argumento con los múltiples intentos de separación, federalismo y estado libre de Panamá durante el siglo XIX, en calidad de antecedentes, los cuales fueron sofocados una y otra vez por el centralismo colombiano, bajo amenaza militar. A pesar de sus particularidades, y de que todos comparten un anhelo de autonomía administrativa y de libertad comercial, comparten el contexto de un Estado nacional moderno, el colombiano, que no es un contexto imperial. Por tanto, las reunificaciones correspondientes de Panamá a Colombia durante el siglo XIX deben entenderse como anexiones (sin guerra, saqueo, genocidio, colonización ni esclavitud) y no como conquista.
3. La tesis que atribuye la “verdadera independencia” de Panamá al 3 de noviembre de 1903, porque es entonces que se crea la República de Panamá, se contradice al aceptar que, por otra parte, se trata de una “independencia mediatizada” que crea una república-protectorado de los Estados Unidos de América, cuyo territorio se fragmenta internamente, al incrustarse en él una colonia: la Zona del Canal. Pero la debilidad lógica de esta tesis radica en que enfoca su definición en los resultados y no en la naturaleza de la ruptura ni en las relaciones políticas del contexto que genera el acontecimiento en discusión.
CONCLUSIONES:
1. Para lograr una comprensión histórica más completa del 3 de noviembre de 1903, en el debate de si fue una INDEPENDENCIA o una SEPARACIÓN, resulta didáctica la inclusión analítica de la independencia de Panamá de España en 1821 en el debate, así como las independencias en América Latina, porque permite establecer semejanzas y diferencias conceptuales más claramente.
2. Identificar nuestra independencia de España en 1821 y nuestra separación de Colombia en 1903, permite identificar dos etapas y dos procesos diferentes en nuestra historia, además de que resulta más coherente con el abordaje regional que incluye a Panamá en la Historia de América Latina, como pieza activa y clave dentro del proceso histórico latinoamericano.
3. Podría pensarse, por otra parte, que pudiera haber dos o más independencias en nuestra historia, hipotéticamente, pero esta homologación en los casos estudiados aquí, específicamente, no traería beneficio alguno al análisis histórico, porque exigiría pasar por alto las diferencias políticas e históricas de cada uno de ellos y debilitando así la precisión conceptual de nuestra historiografía.
4. Negar la categoría de independencia a la ruptura de Panamá con España en 1821, por otro lado, bajo el argumento de que Panamá se une al proyecto de la Gran Colombia, amalgamándose al mismo, en vez de crear la República de Panamá, sería un error extravagante y bufo, sin asidero histórico ni historiográfico porque pasa por alto la ruptura misma entre imperio y colonia, como expresión del desplome del Imperio español y la formación de un nuevo Estado nacional, la Gran Colombia.
5. Por último, clasificar como independencia al 3 de noviembre de 1903, además de ser un argumento frágil, debido a las contradicciones y desenfoque mencionados antes, sugiere la idea distorsionada de que la historia de Panamá es excepcional y distinta a las historias del resto de América Latina, con la consecuencia peligrosa de identificarla como desvinculada de las historias del continente latinoamericano, con la consecuente pérdida de sentido de pertenencia con América Latina.