• 06/06/2024 08:38

Aproximación a la obra de Fernando Rey del Corral

Rey del Corral es de origen español, pero se formó en la Universidad de Panamá en la década de los ochenta y desarrolló gran parte de su actividad académica en el Centro Regional Universitario de Coclé

Me ocuparé en esta breve reflexión de comentar preliminarmente algunas de las obras de Fernando Rey del Corral. Él escribió varios ensayos, opúsculos y libros sobre filosofía y lógica respectivamente. Sugestivos y esquemáticos, lo cual hace asequible al lector, sin perder un ápice de rigurosidad. Lo haremos en orden cronológico.

Antes de continuar, es pertinente contextualizar al autor. Forma parte de la generación que extendió la filosofía en Panamá. Julio Cesar Moreno Davis llamó a la generación del cuarenta, zapadores; del cincuenta, estabilizadores; del sesenta, consolidadores. Después no hemos realizado una periodización, de hecho, fue una tarea inconclusa de Moreno Davis. Es necesario trabajar esos periodos posteriores, me refiero del setenta en adelante. Rey del Corral es de una generación posterior poco estudiada.

Estas delimitaciones muchas veces son imaginarias, pero nos ayudan a contextualizar a nuestros pensadores, como dice José Ortega y Gasset: “cada vida está sumergida en una determinada circunstancia de una vida colectiva”. Tenemos que entender al autor en su contexto. Rey del Corral es de origen español, pero se formó en la Universidad de Panamá en la década de los ochenta y desarrolló gran parte de su actividad académica en el Centro Regional Universitario de Coclé.

Uno de sus primeros textos fue su trabajo de graduación presentado en 1984, intitulado La enseñanza – aprendizaje de la filosofía en Panamá (1935-1980). De todo lo planteado allí, resalta la idea de quienes fueron los fundadores de la filosofía en Panamá. Según Diego Domínguez Caballero (1963): “los primeros graduados en filosofía de nuestra Universidad fueron: Julio F. Barba (Sigma Lamdba) Diego Domínguez Caballero (Sigma Lamdba) María H.Abadia y Laura Elena Mendoza”. Así planteado, estos serían los fundadores como estudiantes de la filosofía en un sentido profesional en Panamá.

Rey del Corral nos planteó una lista preliminar: “Fueron los primeros graduados, en filosofía y letras, a nivel de licenciatura, las siguientes personas: Augusta Ayala, Cristina Barnett, Berta María Cabezas, Raquel Delgado, Ismael García S., Isabel E. Hendriks, José M. Moreno, Dora Pérez, Modesto Salamin, Armando Testa; y a nivel de doctorado, como quedó ya dicho, Cristóbal Rodríguez”. Esa graduación se dio, según Rey del Corral, el 8 de febrero de 1939, y la señalada por Domínguez Caballero, el 30 de enero de 1940.

Domínguez Caballero obvió los nombres allí planteados o hace una demarcación de filosofía en sentido estricto. La única forma de dirimir esta cuestión sería revisar las tesis de los egresados mencionados por Rey del Corral y analizar las temáticas de estas. Un dato curioso es el alto porcentaje de mujeres egresadas en esos primeros años.

A partir de la década de los noventa, publicó varios opúsculos y libros. Como, por ejemplo: A propósito de la conversión por accidente o limitación (1990). El texto trata sobre inferencia por conversión, por limitación o accidente, donde la convertiente: Ningún S es ningún P, y Algún P no es ningún S. Siguiendo el ejemplo de Rey del Corral: “Ningún Stalin es ningún Hitler [...] Algún Hitler no es ningún Stalin”. Lo que trata de hacer nuestro autor es demostrar “que no existe razón para negar posibilidad y validez de realizar una inferencia por conversión por accidente o limitación, a partir de un juicio universal para derivar otro particular, siendo ambos negativos”.

Para este mismo año, publicó Un plan de estudios para una licenciatura en filosofía (1990). ¿Qué hay de interesante con respecto a los anteriores planes?, filosofía oriental o antigua, historia de la música, lógica dialéctica y latín. Denuncia también, cómo – ya eso también lo hizo Diego Domínguez Caballero – se desempoderó a la filosofía, por ejemplo, señaló que filosofía de la educación la tiene que dictar un filósofo y también filosofía del derecho, esta es una historia de nunca acabar. Cada vez más se eliminan horas de filosofía, lógica y ética del sistema educativo, la formación universitaria no escapa de esta realidad.

También recomienda la inclusión de materias como “Introducción a la filosofía, ética, metodología de la investigación y lógica” (y creo que eso con el doctor Fulgencio Álvarez se complementó cuando propuso cursos como Teoría de la ciencias y Ética y valores en el siglo XXI, en el núcleo común. Hay que hacer respetar en aras de una formación integral de los estudiantes universitarios). Si no damos este tipo de curso en nuestro sistema educativo no es posible el desarrollo del pensamiento crítico en los jóvenes.

Luego de lo que tenemos registro, publicó Introducción a la lógica (desde sus preliminares hasta el juicio (1992). Un texto más completo que el anterior, no solo por la extensión, sino también por su contenido, con un prólogo del profesor de filosofía Fernando Ríos. El texto es muy pertinente y actual para quienes hoy impartimos el curso de Teoría de la ciencia, y para la formación de los estudiantes universitarios en general, esta fue la visión del doctor Fulgencio Álvarez. El libro en cuestión nos aclara muchas cosas sobre ciencia, filosofía, lenguaje y lógica.

En 1993 publica Algunas implicaciones éticas de la violencia como instrumento de poder, un breve texto cuyo contenido filosófico es de mucha relevancia por los autores tratados allí. Se plantean entre otros temas, la naturaleza de los seres humanos, hay varias lecturas: de Darwin “la selección natural o sobrevivencia de los más aptos”, de Hobbes “el hombre es lobo para el hombre” y de Rousseau “el buen salvaje”. Estos temas motivan a la discusión ante una sociedad violenta y que debe trabajar para compartirla y son la educación y la filosofía que nos ayudan en esa augusta tarea.

Entre 1999 y 2000 publica Cuatro ensayos filosóficos sobre Ricaurte Soler. Recuerden que Ricaurte Soler murió en 1994. Y, a partir de allí, se hicieron varios encuentros y textos revisionistas sobre el legado de Soler. El texto de Rey del Corral va en esa dirección, como también el muy sugerente prólogo de Miguel Ángel Candanedo, allí se estudia los textos podríamos decir más filosóficos de Soler, a saber: Materialismo e idealismo: una alternativa de introducción a la Filosofía; Modelo mecanicista y método dialéctico; causalidad en el mecanicismo y causalidad en la dialéctica; y, por último, Dialéctica de universales e individuales (sobre el nominalismo). Rey del Corral hace un análisis de los textos citados sin hacer la crítica. Sin embargo, Candanedo planteó como él mismo lo dice algunas “discrepancias” con el maestro.

Este texto es uno de los primeros que se escriben sobre Soler y hace un trabajo riguroso de ese Soler más filosófico. Aunque el doctor Francisco Diaz Montilla ha señalado en Soler. Un pensador indispensable, un libro compilatorio que hemos editado en el Centro de Investigaciones de Facultad de Humanidades junto al doctor Olmedo Beluche, que ese es el Soler con “insuficiencias”; Rey del Corral hace un despliegue de ese Soler filosófico. Por último, en ese texto se incluye un apéndice de mucha utilidad subtitulado como “Ópera magna” de Soler. Allí tiene una bibliografía bastante completa de Soler.

A partir del 2000 hay más publicaciones, como los libros ¿Cómo de leen los diagramas de John Venn? (2000) y Apagogé [Abducción] Abducción – Reducción [Reducción] (2006), también varios artículos en revistas como Lotería, Societas y Caminos. El profesor Fernando Rey del Corral era un trabajador, un artesano del pensamiento, él mismo diseñaba sus libros con mucho cuidado como un relojero suizo y allí reside su importancia, además de creer en la importancia de la filosofía, de los libros, de la lógica y de lo racional.

El autor es doctor en Filosofía y profesor en la Universidad de Panamá
Lo Nuevo
comments powered by Disqus