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- 16/12/2012 01:00
Redescubriendo las Américas
Con una tasa de paro de apenas el 3 por ciento, un crecimiento sostenido superior al 10, en plena expansión y desarrollo económico, Panamá se ha consolidado como un motor de prosperidad y riqueza y sus gentes, humildes y trabajadores, en un ejemplo a seguir. Allí la marca ‘Asturias’ está brillantemente representada por un nutrido grupo de empresarios.
Panamá es sinónimo de oportunidad. Es un país que parece blindado a la crisis económica, un oasis entre tanta depresión, paro y pesimismo. En 2011 creció un 10,6 por ciento y tiene la necesidad y capacidad, para construir y contratar grandes infraestructuras y obras públicas. En marcha está la ampliación del Canal de Panamá y la construcción de una moderna red de metro y carreteras. Al día de hoy más de 250 empresas españolas, entre ellas varias asturianas, están establecidas en este país centroamericano con contratos públicos por un valor cercano a los cinco mil millones de dólares. Otras tantas, según me cuentan en el Instituto de Comercio Exterior, están estudiando dar el salto. ‘Es una de las economías más abiertas del continente’, subrayó el Príncipe de Asturias a principios del pasado mes de octubre en un viaje oficial al que acudió acompañado por la Princesa doña Letizia.
De esa radiografía económica del país doy fe. Del 12 al 21 de noviembre tuve la oportunidad de conocer in situ esa prosperidad. Acudí a Panamá invitado por la Federación Española de Fútbol, que se había comprometido a llevar a los vigentes campeones de Europa y del Mundo el día 14, para disputar el trofeo ‘V Centenario’. La selección nacional triunfa allá donde va, ya que los jugadores son ídolos de masas. Pero mi sorpresa llegó cuando, al enterarse de mi visita, me llamaron del Arzobispado de Panamá, de la Federación Nacional de Peluqueros y del Centro Asturiano para que impartiera unas conferencias. ¡Pero si yo no soy una estrella! El caso es que hace unos meses la revista ‘Blush’ de mayor difusión del país me hizo una entrevista y yo no sabía de mi popularidad en Panamá.
Los panameños son acogedores, excelentes anfitriones, gente humilde y trabajadora. Sólo tengo buenas palabras. Los primeros días estuve acompañando a la selección y en el palco del estadio tuve la oportunidad de conocer a la alcaldesa de la capital, Roxana Méndez, y al presidente de la República, Ricardo Martinelli. Estaba apurando las horas para viajar a la Cumbre Iberoamericana que se celebró en Cádiz ese fin de semana, pero tuvo tiempo para invitarme a conocer el Palacio del Gobierno. Y también me acompañó muy amablemente el ministro Asesor de la Presidencia, José Federico Suárez, quien, por cierto, es de ascendencia asturiana (su padre es de Campo Caso).
Del Canal de Panamá no tengo palabras para expresar lo que allí comprobé y viví. Es una obra grandiosa de innovación tecnológica iniciada por los americanos, que los panameños hoy confirman su valor permanente como eslabón en la cadena de comercio global.
Luego tuve el placer de cortarle el cabello al Nuncio Apostólico de su Santidad el Papa, monseñor Andrés Carrascosa —persona de gran vitalidad y excelsa cultura— antes de la conferencia que di en el seminario. Una jornada inolvidable.
Repito que la hospitalidad de los panameños es impresionante. No me extraña que los asturianos afincados allí estén encantados. El hostelero Hilario Suárez, presidente del Centro Asturiano, que regenta La Taberna 21, un chigre como los de aquí, pero en plena vía Argentina de la capital, ya me lo había comentado. Ese espíritu amable y conciliador se respira en cada esquina. Me imagino que es uno de los pilares que han provocado que Panamá sea considerada una plataforma comercial similar a Singapur en Asia. Panamá es un motor a mil revoluciones, me dijo el periodista Fernando Cuenco, un joven ovetense que lleva varios años afincado allí y al que le van las cosas muy bien. Es el secretario del Centro Asturiano de Panamá, lugar de encuentro para los nuestros y donde también di una charla y todos los allí presentes —asturianos emprendedores— me mostraron su afecto y cariño. Estuve también con el director general de construcciones Solius en Panamá, Fernando Hevia, otro asturiano que ha echado raíces en el país centroamericano. Él es de esas personas que hace que te sientas como en casa, a pesar de estar a casi ocho mil kilómetros de distancia. Sin duda, la marca ‘Asturias’ no puede estar mejor representada.
No quiero dejar sin citar a la Universidad Católica de Santa María La Antigua, que con motivo de su cincuenta aniversario, presidido por el Arzobispo y Gran Canciller de la USMA, Mons. José Domingo Ulloa, y el Rector Magnífico, Carlos A. Voloj, tuve la grata sorpresa de recibir la invitación para que les acompañara y así disfrutar de su hospitalidad. En ese mismo acto tuve el honor de compartir impresiones muy afectuosamente con el vicepresidente de la República, Juan Carlos Varela.
Pasé grandes momentos con mis colegas de profesión. Gente con ganas de aprender y estar a la última. Enamorados de su país, al que quieren trasladar sus conocimientos en imagen personal. Los problemas de agenda me impidieron saludar al exoviedista Dely Valdés, actual seleccionador nacional de Panamá. Quedé con muchas ganas de poder cambiar impresiones sobre su Selección y de este boom espectacular de nuestro querido Real Oviedo, pero estoy seguro de que pronto volveré a hacerles una visita. Les animo a descubrirlos.
PSICOESTETA Y ASESOR DE IMAGEN, PELUQUERO DE LA SELECCIÓN ESPAÑOLA DE FÚTBOL.