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- 12/06/2016 02:00
Liderazgo universitario más allá de las elecciones
La conducción de la Universidad de Panamá (UP) es un tema tan importante como lo es la inauguración del tercer juego de esclusas. Los universitarios estamos obligados a considerar, muy seriamente, la elección de las autoridades académicas que regirán los destinos en los próximos cinco años.
Desde mi humilde punto de vista, voy a pergeñar lo que considero el perfil del que ocupe la silla rectoral. No son pocos los retos presentes y futuros. La percepción de los problemas viejos y nuevos, que conforman los retos científicos, académicos y administrativos, necesita formar parte de la visión de universidad para los próximos veinte y más años. Saber a dónde se dirige el barco significa anticiparse a los tiempos y calibrar las particularidades de los problemas para encausar recursos e inteligencias universitarios. El liderazgo, en este sentido, se centra más en la estrategia, pero sin descuidar los resultados.
El próximo rector de la UP debe, en este proceso electoral, mostrar que para alinear la nave en puerto seguro, requiere consensuar una clara visión compartida. El trabajo en equipo es una competencia clave. Impulsarlo, empoderar y reconocer los aportes de los universitarios, es tener la habilidad para contagiar el entusiasmo por el cambio. El triunfador debe ser capaz de imbuir confianza en su equipo como requisito para suscitar la necesaria creatividad de todos los estamentos.
Este liderazgo tiene que velar por la búsqueda de la excelencia. Esta se estimula mediante la actualización de conocimientos y la generación de prácticas dirigidas a impulsar el aprendizaje y la puesta al día en todos los campos de investigación, docencia, extensión y administración, sin este condimento en el menú de proyectos de los candidatos, la toma de decisiones estaría a la espalda de los avances científicos y tecnológicos; y esto sería el fin de la razón de ser la universidad.
La época actual se va de crisis en crisis. El líder del cambio debe tener clara percepción de que sus decisiones serán bienvenidas, por unos y entorpecidas por otros. En el caso de la UP se requiere, a mi juicio, un líder que no tema a las crisis y con las competencias para bregar con ellas, en el modelo del ganar-ganar. Todas las organizaciones están en permanente crisis, sobre todo en esta, donde los viejos modelos de la docencia de tiza y tablero deben dar paso a una basada en la revolución infotecnológica. Esta, aún está por convertirse en una práctica generalizada. El líder de hoy y del futuro entiende que las crisis son un indicador de que sus acciones están produciendo un fuerte y beneficioso impacto. Su habilidad está en utilizarlas para encausar su gestión más allá de lo previsto.
El candidato a la Rectoría de la UP que impulse la búsqueda permanente de la inconformidad, respete los espacios para la creatividad, genere credibilidad personal y profesional dentro y fuera de la institución, inspire el comportamiento guiado por valores, incite al aprendizaje continuo, instaure una relación de respeto, empodere la diversidad y devuelva el orgullo y el honor de laborar y estudiar en la UP, se llevará mi voto.
PSICÓLOGO, DOCENTE Y ESCRITOR.