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- 26/07/2023 00:00
¿Filantropía?..., una opinión
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, propuestos por la ONU, por su naturaleza benefactora, parecen un sueño; prometen erradicar el hambre, la pobreza extrema, reducir la desigualdad, mejorar la educación y resolver el problema del cambio climático, eliminar los plásticos de los océanos, prevenir la tuberculosis y la malaria, entre otras enfermedades; reducir la inflación, para evitar una recesión económica y, hasta reducir la corrupción forma parte del paquete y, como si no bastara, trabajo decente para todos. ¿Quién podría rechazar semejantes bondades?
Para acceder a tales beneficios, sólo hay que aceptar los cambios que proponen los estrategas del plan, a través de sus instrumentos (WEF, ONU, OMS), porque la fuente principal del financiamiento depende del altruismo y la magnanimidad de filántropos determinados a salvar a la humanidad, porque, según afirman, la sobrepoblación, las pandemias y el cambio climático, entre otras calamidades, favorecen la extinción de nuestra especie. Según los medios, la mayoría de los gobiernos aceptaron, porque las ventajas superan cualquier sacrificio que ello pudiera requerir.
La actual administración ha reconocido, públicamente y en varias oportunidades, que su gestión está comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que forman parte de la agenda 2030. Pero como la situación no avanza de acuerdo a las expectativas, los donantes decidieron aumentar, hasta en un 50 % del total por año, confiriéndole prioridad a la salud. Véase https://www.laestrella.com.pa/opinion/columnistas/230705/alcanzando-objetivos-desarrollo-sostenible. Entre los cambios aceptados están las reformas del Reglamento Sanitario Internacional (RSI); del cual, los filántropos, desde el 2005, aprobaron borrar los conceptos de la dignidad humana, derechos humanos y libertades fundamentales, desconociendo que entre los principios básicos del mismo estaba el que, las normas sanitarias se aplicarán “con pleno respeto a la dignidad, los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas”. Pero, como, “donde menos se piensa, salta la liebre”, con el fin de desarrollar el punto 6 de la agenda 2030, Panamá, a petición de la ONU, desarrolla un plan piloto del agua... “para asegurar saneamiento ambiental, proveer agua potable, accesible y a un precio justo... El plan responde a las necesidades específicas de desarrollo de capacidades... facilitando el apoyo de la ONU y de otros socios...”. Valga recordar que, entre las propuestas, están la ideología de género y la educación sexual de la niñez.
Con la aprobación del nuevo RSI, las normas sanitarias internacionales se basarán únicamente en “principios de equidad, inclusión y coherencia”; lo cual significa que las autoridades se reservarán el derecho a imponer lo que determinen conveniente y necesario para la seguridad y bienestar de la mayoría. La autonomía, la dignidad ciudadana y los derechos humanos, lo mismo que la soberanía de los Estados, serán cosas del pasado. Albert Camus, advirtió: “El bienestar de la humanidad es siempre la coartada de los tiranos”.
El objetivo 16 reza: “crear instituciones abiertas e inclusivas y una sociedad en la que todos se sientan escuchados”; no faltará quienes, hipnotizados, aseguren sentirse escuchados…, aunque aquellos no tendrían reparos en afirmar: “Sí, se escuchan lamentos, quejas, protestas y hasta gritos, pero lo hacemos por el bienestar de la humanidad”.
Aquí, inmersos ya en el proceso electoral, cabe preguntarnos: ¿alguno de los candidatos ha mencionado siquiera, la agenda 2030, el Reglamento Sanitario Internacional o hablado sobre el engaño de la pandemia y sobre “la vacuna segura y efectiva”? Nunca antes me había parecido tan acertada, como ahora, la conclusión del dramaturgo George Bernard Shaw: “Los seres humanos son los únicos animales a los que realmente tengo miedo”. Será porque las decisiones sobre salud pública, a nivel planetario, están en manos de misántropos, eugenistas, que, han conven$ido a científico$, médico$, gobernante$, medios de comunica$ión. ¿Consentiremos tanta crueldad? ¿Usted qué opina?