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- 15/02/2023 00:00
El valor de una amistad
Uno de los mayores regalos que podemos tener durante nuestra vida es estar rodeado de buenas amistades, ya que estas forman parte fundamental del crecimiento y desarrollo de cada individuo.
Cada año observamos que, a nivel mundial, mayor cantidad de personas celebran el Día de la Amistad y el Amor, y lo hacen de diversas formas: brindando obsequios a sus amigos, reuniéndose para compartir en grupo, disfrutando de una cena placentera o, simplemente expresando su aprecio mediante el envío de una tarjeta digital vía WhatsApp.
La amistad y el amor destacan entre los sentimientos más nobles que puede manifestar un ser humano. Y está científicamente comprobado que cuando se desarrollan estos dos valores, en su fina esencia desde la infancia, podemos tener a lo largo de la vida relaciones más positivas con los amigos, la familia, pareja y hasta con desconocidos.
En su libro, “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”, la Dra. Marian Rojas Estapé, psiquiatra y escritora española, hace referencia a la amistad de esta manera: “La amistad es el grado excelso de interacción con otros. Para que surja una verdadera amistad, tiene que producirse una convivencia, un intercambio de vivencias y emociones. La amistad se hace de confidencias y se rompe a base de indiscreciones. Hay que cuidarla con mimo. Consiste en una relación de igualdad con intimidad y aprendizaje, por eso hay que trabajarla con artesanía y tesón”.
Entonces, ¿de qué manera podemos construir relaciones amistosas sanas que nos ayuden a crecer y a ser mejores personas? En mi opinión, debemos iniciar respetando la dignidad de cada persona. Ser amable, aunque los demás no lo reconozcan, es indispensable para la buena convivencia que inicia desde el hogar, continuando por el vecindario y extendiéndolo hacia la sociedad. Sin embargo, en una sociedad donde reina la prisa y la digitalización, algunas personas piensan que no hay tiempo para ser amable. Nos cuesta detenernos para dar un buen saludo o hacer preguntas con calma.
La amabilidad disminuye la distancia emocional entre dos personas. En el cerebro, los actos de bondad, amabilidad y comunicación positiva, liberan poderosos compuestos químicos como la oxitocina, la serotonina y la dopamina, que elevan nuestro estado de ánimo, aumentan los estímulos de recompensa, reducen el estrés y la ansiedad. Por ende estaremos más saludables y más estables emocionalmente.
La oxitocina es la hormona del amor y de la confianza, está relacionada con los vínculos sociales, así que a medida que se libera, tienden a fortalecerse los lazos que nos unen con otras personas.
La amabilidad y la empatía nos ayudan a relacionarnos con otras personas y a tener relaciones más positivas con los amigos, la familia e incluso con los desconocidos que encontramos en nuestra vida cotidiana.
Otro factor importante para mantener buenas relaciones amistosas es “la gratitud”. Un simple “gracias”, puede ser el inicio de una buena amistad. Cuando expresamos gratitud y un reconocimiento sincero a la gente que nos rodea, se crean vínculos afectivos, lazos cariñosos, se construye la confianza y ayuda a que nos sintamos más cerca de los demás.
Tener buenas amistades no significa que nos den muchos “like” o que gran número de personas sigan nuestras redes sociales; más bien, trata de la “buena calidad de amigos”, que nos aprecian, valoran y que siempre están con nosotros para apoyarnos en los momentos difíciles de la vida o para darnos un buen consejo.
El Dr. Daisaku Ikeda, filósofo, escritor y presidente de la Soka Gakkai Internacional, menciona en un ensayo: “si usted es sincero en sus relaciones con otros, tarde o temprano, de manera natural, se hallará rodeado de buenos amigos. Las personas que no tienen miedo de ser ellas mismas logran buenas amistades llenas de confianza. La verdadera amistad conecta a individuos que tienen confianza en sí y además, comparten un vínculo común. Un solo amigo verdadero puede enriquecer nuestras vidas el doble o el triple. Una persona con un amigo así, nunca perderá el camino”.
Valorar a cada persona, ponernos en su lugar, tomar tiempo para dialogar con sinceridad, cara a cara, son detalles fundamentales para mantener una relación amistosa de calidad. Ciertamente, la pandemia nos separó por dos años en este mundo, y esto, nos hizo reflexionar sobre muchos aspectos de la vida, incluyendo el hecho de socializar con otros. Ahora que la situación ha mejorado, no perdamos la oportunidad de reunirnos con nuestros amigos, de compartir gratas experiencias, y sobre todo, de expresarles cuánto valoramos su verdadera amistad, esta práctica nos ayudará a crecer como seres humanos y a incrementar nuestro círculo amistoso.