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- 18/04/2022 00:00
La declaración de Panamá y su vigencia
Hace 70 años, del 23 de septiembre al 3 de octubre de 1939, se celebró en Panamá la Primera Reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicas Americanas. Los temas que se trataron giraban en torno a la posición que deberían adoptar los países americanos ante la guerra europea. El presidente de Panamá era Juan D. Arosemena y el canciller Narciso Garay Díaz.
El jefe de la delegación de EUA, el subsecretario de Estado, Summer Welles, propuso el texto en la que los estados americanos se declaraban neutrales en el conflicto; acordaban demarcar una zona de seguridad (300 millas) que comprendiera todas las rutas marítimas normales de comunicación y de intercambio entre los países de América y determinaban que en dicha zona no se realizaran “ actos de hostilidad ni se desenvuelvan actividades bélicas por los partícipes de una guerra en donde los países americanos no toman parte ”. Además, los Estados Americanos acordaron consultarse para determinar qué medidas deberían tomar individual o colectivamente, para lograr el cumplimiento de las disposiciones de la Declaración.
En esa Primera reunión de Consulta de los Cancilleres Americanos se rindió tributo al Libertador y se reconoció su ideal de unidad continental reiterado en donde se celebró el Congreso Anfictiónico; y la declaración emitida tuvo repercusión mundial, además de que estableció un precedente en el derecho internacional, pues, la creación de una extensa zona de seguridad marítima influyó, a mi juicio, para que después muchos países de América, entre esos Panamá, fijaran una extensión de mar territorial más amplia que la que se reconocía en esa época.
Pese a los marcados criterios pacifistas de la Declaración de Panamá, al poco tiempo los Estados Americanos se vieron obligados a abandonar la neutralidad, porque los beligerantes jamás la reconocieron. Alemania respondió expresando que la creación de una zona de seguridad marítima representaba una modificación del actual derecho internacional y que no podía conceder a las repúblicas americanas la facultad de tomar unilateralmente medidas diferentes a este derecho. En la practica la neutralidad jamás fue respetada. Ejemplo de ello se palpó “ en los incidentes del apresamiento de Dusseldorf y con la batalla de Punta del Este, en que fueron rechazadas las protestas americanas ”.
En julio de 1941 Narciso Garay, defensor de la neutralidad, se lamentaba de los efectos de la guerra europea en el campo doctrinal y decía que esa guerra “ había sido un funesto campo de experimentación. Sus efectos han sido fatales sobre ciertas instituciones cuya santidad nadie se había atrevido a profanar sistemáticamente como ahora. Una de esas instituciones sagradas era la neutralidad ”.
Después del ataque de Japón a la base de EUA en Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, el ideal de neutralidad plasmado en la Primera Reunión de Consulta de Cancilleres de América fue relegado, pero se fortaleció el principio de solidaridad continental que también se recogía en la Declaración de Panamá.
Hace 70 años en Panamá se dieron cita los Cancilleres de América para alejar la guerra europea de sus costas. Hoy, la política exterior panameña bien podría promover una nueva Reunión de Consulta de Cancilleres para contener el peligroso y antibolivariano avance del armamentismo en América y así podríamos rendirle tributo a Narciso Garay y a los Cancilleres Americanos que promovieron la neutralidad y la paz de la Región, como se consignó en la Declaración de Panamá de 1939.
*Abogado.opinion@laestrella.com.pa