Ciclistas, atletas, patinadores y paseantes de la capital colombiana tienen una cita infaltable desde hace 50 años: la ciclovía de los domingos y festivos,...
- 01/01/2020 00:00
2020: un año de penurias para los trabajadores
La situación precaria de gran parte de la población se vivía desde antes de la pandemia. Conusi realizó el 5 de marzo una movilización para enfrentar la precariedad que vive la mayoría de la población y la deuda que sectores patronales mantienen con los trabajadores ante el no pago de salarios. La tasa de desempleo se colocaba en 7.1 % y las proyecciones hacían ver que esta seguiría aumentando. Por ejemplo, en la actividad de la construcción y en el sector comercio, la reducción de la fuerza de trabajo era manifiesta, igualmente se anunciaban despidos en el sector público. Hoy, el Gobierno habla de una tasa de desempleo del 18.5 %, con 225 456 desocupados más respecto a 2019, cifras poco confiables, pero alarmantes.
Con la COVID-19 se ha implementado una clara ofensiva del Gobierno en concubinato con la patronal vía decretos que afectan a los trabajadores. Las violaciones son evidentes, se imponen normas ilegales e inconstitucionales que reforman el Código de Trabajo. La suspensión de contratos laborales, vía el Decreto 81, es una clara muestra, donde más de 284 mil trabajadores fueron enviados a casa sin salarios, muchos de los cuales no han recibido el insuficiente vale ni bolsas de alimentos. Es un cúmulo de normas (Ley 157, Decreto 101, Decreto 229, Ley de Teletrabajo, de los vales), que han colocado en condición de inestabilidad a miles de trabajadores.
En medio de ello, también han pretendido violentar la libertad sindical. El Decreto 228 que establece que los sindicatos, para realizar asamblea general, tienen que contar con la autorización de Mitradel y deben ser supervisadas por funcionarios de este Ministerio, al que se le debe entregar un informe para que la asamblea tenga validez y que además extendió el periodo de las juntas directivas por un año más, en clara violación al Convenio 87 de la OIT y a la libertad sindical.
Han impuesto decretos por encima del Código, la Constitución y los Convenios Internacionales, lo que hace obvio que pretenden utilizar la pandemia para imponer la vieja aspiración del poder económico, destruir el instrumento de defensa de la clase obrera: el sindicato. Conusi ha interpuesto seis recursos ante la Corte Suprema, los cuales no han sido respondido, demostrando la falta de justicia que impera en el país.
La ofensiva sigue. Hoy, se sustituye el Decreto 229 por un decreto más nefasto y proempresarial, el 231, que permitirá “resuspender” los contratos de trabajo (palabras de voceros de Mitradel), concediendo a los empresarios la oportunidad de enviar otra vez a casa a los trabajadores, como ilegalmente se hizo en marzo. Se extiende el periodo de suspensión hasta el 31 de enero del 2021, niega salarios y da mayores ventajas de tiempo y requisito a los empresarios para suspender contratos.
Desde el primer momento, Conusi ha estado en las calles en defensa de los derechos del pueblo trabajador. Reiteramos que las luchas populares no están en cuarentena. Esta semana Suntracs se movilizó en todo el país, contra las nuevas medidas que impone el Gobierno de enviar a los trabajadores sin salarios en otra cuarentena, exigiendo reactivación de los contratos suspendidos, garantizando las normas de bioseguridad.
El Gobierno ha sido negligente en el manejo de la crisis. Ha fomentado los negociados, el robo y la corrupción. Ha endeudado enormemente al país en condiciones desconocidas. Ahora pretende que el pueblo trabajador cargue la crisis nuevamente. Ya la ministra de Trabajo ha dicho que no pueden obligar a los empresarios a pagar los salarios de esos días, pero no ofrece ninguna solución al sector de los trabajadores.
El Gobierno prefirió acatar las directrices de la empresa privada y hoy estamos ante este crecimiento incontrolable de muertes y contagios por la COVID-19. Se pusieron los intereses económicos de grupos por encima de la salud del pueblo. Se permitió que los empresarios primero “recogieran” lo que podían en Navidad y ahora en Año Nuevo, antes que en tomar decisiones para frenar la propagación del virus. El daño está hecho.
Sin duda, 2020 fue un año de penurias para los trabajadores del país.
Llamamos al pueblo a la lucha por la vida digna. No podemos seguir en el falso dilema de “virus o hambre”, mientras los millonarios, funcionarios, empresarios y políticos corruptos acumulan más riquezas.