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Nuevo sistema de gestión del agua del Canal requerirá una inversión de más de $2.000 millones
- 19/01/2023 00:00
- 19/01/2023 00:00
El administrador del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez, anunció este martes 17 de enero que ya recibió el borrador del paquete de posibles soluciones del nuevo sistema de gestión del agua que permitirá garantizar el recurso hídrico para el consumo de los panameños y las operaciones canaleras en los próximos años.
Vásquez estimó que el informe final esté listo para finales de enero de 2023, pero no profundizó en cuáles serían esos programas de inversión que se ejecutarían. La ejecución del nuevo sistema de gestión del agua requerirá una inversión de más de $2.000 millones, informó.
“La semana pasada, el cuerpo de ingenieros del ejército de Estados Unidos presentó su borrador final, sujeto a los comentarios que tiene que hacer la administración y comentarios al compartirlo con los miembros de la junta directiva. Tenemos un programa de inversiones que ya está definido ahí. Hay algunos detalles menores que tienen que ajustar; y deberíamos tener el informe final para finales del mes de enero”, explicó Vásquez durante la siembra del “árbol 5 millones” del programa de incentivos económicos del Canal de Panamá (PIEA).
Indicó que “el próximo paso es ir al pliego de diseño, especificaciones y términos de construcción para poder lanzar los proyectos que se requieren y las propuestas que se necesitan”. La aspiración de la ACP es tenerlo operativo a finales de 2025 para garantizar durante los próximos años un suministro adicional de 1.400 millones de metros cúbicos.
En septiembre de 2020, el Canal de Panamá publicó el pliego para la precalificación de los interesados en participar como proponentes de la licitación, para el diseño, construcción y puesta en ejecución de un sistema optimizado de administración del recurso hídrico.
A finales de junio de 2021 se anunció la reformulación del modelo utilizado para dicho proceso, en atención a las sugerencias de las empresas que mostraron interés en participar como proponentes. Bajo el nuevo esquema, el Canal de Panamá tiene la intención de proveer a los interesados un diseño conceptual del sistema, con el fin de reducir el nivel de riesgo, mejorar los estimados de costos y facilitar la evaluación técnica de las propuestas.
La ACP contrató en noviembre de 2021 los servicios del cuerpo de ingenieros del ejército de EE.UU. (Usace), una organización militar dedicada a la ingeniería, construcción militar y obras civiles, sin descartar ni una sola propuesta aun cuando se encuentre fuera de los límites de la cuenca del Canal, donde la ACP no podría actuar a sus anchas.
“El cuerpo de ingenieros ha hecho un trabajo de explorar no solamente una docena de proyectos individualmente, sino también trabajar la combinación de estos proyectos, de tal manera que se puedan combinar para que sean de mejor resultado”, dijo Vásquez a los medios. Desde la ACP se informó que el documento borrador al que se refirió Vásquez “todavía es preliminar” y aún “no tenemos proyectos definidos y se siguen evaluando opciones”.
Pero estos no son los únicos estudios que se han efectuado. En las décadas de 1960-1970 con el incremento del comercio internacional, de la construcción de buques más grandes y el aumento de tránsitos, ya se analizaba obtener agua de los espejos de agua de embalses de ríos como: Trinidad y Cirí, (del bajo Chagres), por ejemplo, recordó el investigador Stanley Heckadon, quien coordinó dos grandes estudios para el manejo de cuencas hidrográficas del Canal de Panamá (1983-1984).
En el afán de resolver el tema de suplir la demanda de agua para los próximos 50 años, en octubre de 2019 Vásquez incluso planteó la posibilidad de desalinizar agua (del mar), que aunque parece una alternativa “más cara”, le da al Canal de Panamá “sostenibilidad a largo plazo y la posibilidad de controlar la cantidad”.
En diciembre de 2016, la ACP en conjunto con el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) realizaron varios estudios en cuencas hidrográficas estratégicas identificadas en el Plan Nacional de Seguridad Hídrica, debido a su potencial hídrico, pero el gobierno no ha tomado una decisión sobre los resultados de estas investigaciones.
En la página web de la ACP, por ejemplo, reposan tres estudios de factibilidad para establecer reservorios multipropósitos en la cuenca del río La Villa y de prefactibilidad para los ríos Santa María, Parita y la subcuenca del río Perales en la región de Azuero y la provincia de Veraguas para la producción de agua potable y actividades agropecuarias.
También hay otro estudio sobre el potencial del río Bayano, ubicado al este de Panamá, para la producción de agua potable para las regiones de Panamá este y metropolitana; y otro para “la elaboración del diseño conceptual del reservorio multipropósito en la cuenca del río Indio y proyectos complementarios para el manejo de la cuenca”.
“Así que el tema de que había que tener reservas adicionales del agua del Canal, de que había que hacer otros lagos adicionales, es viejo, y ahora se ha agravado mucho más porque el clima está cambiando. Estamos enfrentados, la humanidad y el planeta con cambios radicales que nunca pensamos”, expresó Heckadon, antropólogo y sociólogo afiliado al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) como investigador desde 1983.
Los lagos artificiales de Gatún y Alajuela alimentan con agua dulce la vía acuática –por la que pasa cerca del 6% del comercio mundial y tiene como principales clientes a Estados Unidos y China– y también suministran agua potable a la ciudad de Panamá y sus alrededores. Garantizan el abastecimiento a más del 50 % de la población del país que reside principalmente en los distritos de Panamá, Chorrera, Arraiján y Colón.
Sin embargo, en las últimas décadas, a raíz del cambio climático el país centroamericano –de poco más de 75.000 km cuadrados– ha registrado una disminución permanente en el régimen de lluvias, aunado al aumento de la temperatura en el lago Gatún “en 1,5 grado celsius”, por lo que “los niveles de evaporación de agua son significativamente más altos que hace 25 años”.
En 2019 las alarmas sonaron cuando la vía canalera experimentó su quinto año más seco en 70 años, con menos lluvias, lo que provocó que los niveles de los lagos cayeran muy por debajo del promedio. Pero en 2022 los embalses presentaron un nivel de agua superior al habitual por el incremento de las precipitaciones fluviales.
A raíz de esto, el Canal implementó medidas como un cargo por agua dulce (febrero de 2020) y prácticas de conservación de agua. Las medidas de ahorro de agua aplicadas en 2020 permitieron mantener un calado estable a pesar de la falta de lluvias de 2019.
Y es que el déficit de agua depende de los pronósticos de cuántos buques van a cruzar versus el consumo de agua potable por el crecimiento demográfico. Estas combinaciones se basan en el pronóstico de lluvias, y no todos los años cae la misma cantidad de lluvia ni se tiene la misma cifra de consumo de agua potable que se extrae de los mismos lagos que alimentan los esclusajes.
Con respecto al verano 2023, Vásquez expresó su preocupación por el comportamiento atípico de las lluvias que se están registrando y que podrían pasar a sequía, por lo que mantienen los esfuerzos para que los niveles de agua actuales se mantengan durante los primeros cinco meses del presente año.
“Lo que sí estamos haciendo es nuestra apelación en el régimen de estación seca, reduciendo la utilización de agua para poder asegurar que tenemos suficiente agua, digamos hasta el mes de mayo, sin ningún tipo de restricción de calado. Hasta ahora los resultados son positivos, los niveles de los lagos están en un punto óptimo alto, así que en teoría deberíamos poder pasar la estación seca; el tema es cuándo comienza a llover nuevamente”, dijo Vásquez.
Para Heckadon, en el Canal están más conscientes ahora que hace más de 70 años en que “el tema del agua se nos convierte en un problema por la cantidad y no por la calidad, y de aquellas ideas de que había que tener otras represas adicionales que no fueran al tamaño de otro lago Alajuela o lago Gatún, pero sí, cada poquito suma”.
Heckadon destacó que él intuía que de todos esos ríos “el mayor era la idea de río Indio, que corre por la vertiente del Caribe. Así que el tema de río Indio también había sido estudiado con una posibilidad de que si la cosa se ponía realmente seria, el río Indio iba a tener que ser”.
Entonces, agregó, surgió un abanico de posibilidades para ver de cuál de todos estos ríos se podía sacar agua adicional para el Canal y las plantas de agua. “Eventualmente, a la larga va a tener que represarse otro río para suplir de agua al Canal y suplir de agua a las ciudades de Panamá y Colón ¿Cuál sería? ¡No sé! El Canal tiene su gente y sus expertos, y ellos tomarán una decisión de cuál será, a no ser que los políticos apoyen y sea uno que beneficie a la gente”, manifestó el investigador.
Al preguntarle si podría ser río Indio, respondió: “¡Bueno!, realmente, no sé. Los pequeños ríos que fluyen a Gatún no tienen la capacidad. Podrían dar siete o seis esclusajes más, pero el comercio internacional ha sufrido un cambio impresionante. Se tendrá que tomar una decisión: ¿cuál va a ser? No se sabe, pero lo que sí se sabe es que no va a haber agua suficiente para esos barcos adicionales y de grandes tamaños que van a pasar por el Canal en 20 años”.
Sin embargo, Heckadon afirmó: “yo no considero cerrado el tema de río Indio, se puede (considerar) ante la evidencia de tomar una decisión. Se habla también de traer agua para la ciudad de Panamá de Bayano, Mamoní, que está destruido, pero ahí entramos ya en un tema de la calidad de agua”.
Por lo pronto solo queda esperar a que se decida cuál es la mejor opción para asegurar el agua del futuro Canal y el abastecimiento de los panameños.