El número de víctimas mortales por la dana en la provincia de Valencia se eleva a 212, de las que 183 están ya plenamente identificadas, según el último...
Fragmentos del 9 de enero de 1964
- 08/01/2023 00:00
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El General a O'Meara Jefe del Comando Sur declara que el 9 de enero de 1964 en Panamá solo se utilizaron balas para cazar patos, cosa que siempre indignará a los panameños.
Los encargados internacionales de investigar procedentes de Venezuela, Colombia, Chile, Argentina y República Dominicana ven los destrozos que las balas del ejército de los Estados Unidos han causado en el edificio de la Asamblea y en el Instituto Nacional. Se confirma el número de 21 muertos y 471 personas heridas que fueron atendidas en los distintos hospitales.
Años más tarde, al ordenar el gobierno de los Estados Unidos desclasificar los documentos históricos relacionados con los sucesos se pudo saber en el registro oficial que el Ejército de Estados Unidos disparó 450 balas de rifle calibre 0.30, 5 balas calibre 0.45, 7193 granadas o proyectiles de gas lacrimógeno. También el Ejército acepta haber usado 340 libras de químico CN-1 chemical (gas lacrimógeno suave) y 120 libras de químico CS-1 (gas lacrimógeno fuerte). El reporte de la policía de la Zona del Canal es alarmante: disparó 1, 850 balas calibre 0.38, una de esas mató a Ascanio y 600 balas de escopeta, además de 132 granadas de gas lacrimógeno. (Pag 152)
La arenga hizo que la columna de jóvenes comenzara a salir del Instituto Nacional y se decidiera a cruzar la Avenida 4 de julio para entrar en la Zona del Canal. Iban a un sitio en el medio de su territorio donde las leyes de su país no valían nada. En ese lugar, gracias a un tratado a perpetuidad operaba una policía distinta, que apoyaba a jueces y tribunales con las disposiciones de los Estados Unidos. Era el 9 de enero de 1964, los relojes marcaban más allá de las tres de la tarde y el sol se ocultaba tras el cerro en su huída hacia el oeste.
¡Panamá es soberana en la Zona del Canal! Continuaron los gritos de protesta.
Inocencio García, alumno del VI año H llevaba junto a otros compañeros la bandera del colegio. Había sido enarbolada en pasadas luchas nacionalistas y decían que tenía manchas de sangre de héroes caídos. El joven la sostenía con las dos manos con la convicción de que no podía dejarla tocar el piso.
Alberto Trianes tiene 18 años. Esa noche ha recorrido dos veces las calles que van de la Plaza 5 de Mayo al Cuartel Central de la Guardia Nacional. Forma parte de un grupo de patriotas que ha ido a reclamar armas al comandante Bolívar Vallarino. Oficiales oyen su solicitudes y los amenazan con meterlos presos. Todo el cuerpo militar está acuartelado. Desilusionados regresan caminando s hasta la zona de fuego.
Trianes trabaja durante el día y estudia de noche. La noticia de la ofensa a la bandera, le llega hasta su salón de clases de mecánica del Colegio Rodolfo Diesel, en El Chorrillo.
Ahora con su fervor juvenil esta en la parte posterior del Palacio Legislativo. Es parte de un grupo que se ampara en las sombras para acercarse lo más posible a la colina del Tívoli, donde se atrincheran los soldados. Estos los divisan y abren fuego. El grupo maniobra, pues uno ha adoptado el papel de líder.
—¡Abajo compañeros!
Las balas zumban. Los disparos cesan y el líder nuevamente grita ¡adelanteeeee!
Ahora se mueven en la avenida. En la zona cero donde nada los protege. Una lluvia de piedras sorprende a los soldados.
—¡Bueno! ¿Me permite usted un momento?— El presidente Chiari no puede dejar de transmitir su posición.
—Do you allow yourself a moment? El funcionario le traduce a Johnson.
— ¡Aló! Aló! — habla Chiari que se desespera al oír confusión de voces en inglés.
— You please... a moment. —
—¿Me permite usted un momento? ¡Aló! ¿Ustedes me escuchan, ¡ah!? — Chiari insiste, quiere que en la Casa Blanca entiendan bien lo que tiene que decir
—¡Sí, señor! – contesta ahora el intérprete,
Chiari riposta —¿Están escuchando? ¿El presidente Johnson está escuchando?
—Sí señor, el presidente Johnson está escuchando.
— “Lo que le voy a decir a él es lo que yo pienso decirle al señor Thomas Mann cuando venga acá posiblemente esta noche o sino mañana. Para ir a una revisión integral de los tratados que rigen las relaciones de Estados Unidos con Panamá, porque lo que tenemos hasta ahora no es más que una fuerte insatisfacción y de situaciones tan lamentables”.
Los disparos de los soldados ultiman a Rodolfo Benítez. El proyectil calibre .30 le entra por la nuca. El panameño cae muerto de forma instantánea. Al salir de su casa dijo; —Ajo, mamá, están matando a muchos muchachos.
—Cuídate, hijo— le dijo la madre.
Las pequeñas tragedias se suceden en el hospital cuando los familiares llegan y confirman que son parte de lo sucedido. Estos mosaicos de sangre y dolor irán completando la historia de los sucesos del 9 de enero.
Los sucesos en Panamá causan revuelo. En Nueva York, El Daily News señala: “Panamá rompe con los Estados Unidos-la ONU”.
The New York Times “ Panamá actúa para anular tratados sobre el Canal. Embajada de Estados Unidos evacuada- 20 muertos en incidentes-
El diario español ABC en su portada del 10 de enero se ocupa del rompimiento de las relaciones entre Panamá y los Estados Unidos. Luis Calvo señala que “la exaltación patriótica originó una tromba de pasiones confusas, no hubo fermentos castristas , comunistas pero la tromba arremolinó también a esas fuerzas oscuras que están siempre en toda América”.
Calvo dice; “las emisoras de radio lanzan contra los gringos insultos tan rotundos, con un chasquido de látigo tan airado en la inflexión que llega uno a pensar que los ciudadanos de esta república están alimentando su fiebre ígnea de patriotismo humillado, pues, antes que ceder preferirían morir sacrificados”,
La bandera panameña es izada en la escuela de Balboa el 15 de enero en una ceremonia solemne. Los estudiantes norteamericanos observan el hecho y sin que puedan hacer nada finaliza la ceremonia y ven las dos banderas ondear juntas. Algunos zonians adultos no ocultan su amargura por esta realidad.