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- 23/01/2022 00:00
- 23/01/2022 00:00
El histórico dirigente del Partido del Pueblo de Panamá (partido comunista), Rubén Darío Sousa Batista, falleció la madrugada de ayer sábado a los 98 años.
Nacido en la Ciudad de Panamá el 25 de septiembre de 1923, el veterano militante comunista se formó en las aulas del Instituto Nacional en los años 40’s al calor de la lucha anticolonial y patriótica contra el enclave estadounidense en la llamada Zona del Canal.
Desde temprana edad formo parte del movimiento estudiantil panameño, convirtiéndose en dirigente y uno de las figuras que fundó la histórica Federación de Estudiantes de Panamá (FEP), organización que estuvo a la vanguardia de la batalla por la recuperación de la soberanía durante aquellos años. Mas tarde se uniría a las filas del Partido del Pueblo.
Igualmente, en su juventud trabajó en la Chiriquí Land Company, transnacional que controlaba el muelle de Puerto Armuelles, una región agitada durante décadas por luchas sindicales por el reconocimiento del derecho de los trabajadores ante las difíciles condiciones en la que se encontraban.
Convencido antiimperialista y por la lucha de liberación nacional, Sousa tomó parte de las movilizaciones de rechazo al Convenio Filós-Hines de 1947, un acuerdo entre el gobierno de Panamá y EEUU que levantó entonces un amplio descontento entre la población, un intento para perpetuar las bases militares estadounidenses desplegadas en todo el país de manera temporal apropósito de la Segunda Guerra Mundial.
Asumió el liderazgo del partido en el que militó toda su vida, siendo electo secretario general en 1951. Durante esa década arreciarían las tensiones entre la Unión Soviética y Estados Unidos como parte de la Guerra Fría, lo que se traduciría en Panamá en persecución y proscripción de cualquier postura de izquierda o comunista, especialmente bajo el gobierno de José Antonio Remón Cantera. Esto obligó a Sousa y a otros militantes de su partido a desarrollar su actividad política de manera clandestina, enfrentando numerosas detenciones, la última de estas tras el golpe de Estado de 1968 y su posterior exilio.
Comprometido con las causas de justicia social y por una sociedad más justa, Sousa destinó la mayor parte de su vida a trabajar por la organización popular y obrera. Ya como líder del partido tuvo un rol fundamental durante la insurrección del 9 de enero de 1964 y la consecución de la firma de los Tratados Torrijos-Carter de 1977.
Periodistas, dirigentes políticos y organizaciones sociales lamentaron el fallecimiento de dirigente comunista.