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- 27/10/2021 00:00
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La profesión del instrumentador quirúrgico en nuestro país para muchos no es muy conocida, o al menos no ha recibido la atención que merece, ante el rol importante de asistir al médico en el salón de operaciones en los diversos centros hospitalarios privados y oficiales del país.
Pero para la magíster Carmen Vega, presidenta de la Asociación Nacional de Instrumentadores Quirúrgicos Profesionales y Técnicos de Panamá (Aniqptp), quienes se dedican a esta profesión son la columna vertebral del salón de operaciones, por lo cual reclaman que prontamente a través de una ley se reconozca la profesión y se le valore.
El instrumentador quirúrgico poco antes de iniciar la programación de la cirugía debe tener conocimiento de todo lo que se requiere para realizar esa operación. Se encarga, además, de preparar todos los requerimientos desde la central de esterilización hasta que el paciente llega al cuarto de operaciones, donde ya todo está listo; es la mano derecha del cirujano.
No tenemos una ley, a pesar de que se han presentado tres proyectos ante la Asamblea Nacional. Se presentó uno en 2014, que estuvo en manos del diputado Crispianio Adames, pero el proyecto se mantuvo engavetado en la comisión de Salud. Cinco años después, a través de la Dirección de Participación Ciudadana de la Asamblea, presentamos un nuevo anteproyecto que siguió su curso y tras ser declarado como viable, ahora es el proyecto número 156.
El proyecto de 2014 fue liderado por dos técnicos de la Caja de Seguro Social, José Fernández y Jenny Magallón, quienes mostraron su inquietud porque necesitaban que se les reconociera, pero pasaron cinco años y la discusión de esta iniciativa no fue posible.
Lo que queremos es que se reconozca nuestra profesión. Esta es una carrera que a lo largo de Latinoamérica y el Caribe está a nivel de licenciatura, maestría y hasta de doctorado.
En Costa Rica la carrera tiene una duración de cinco años, porque la ciencia y la tecnología van avanzando y se requiere que el personal cada día esté más capacitado para brindar un mejor servicio a los pacientes.
Pero la profesión ahora mismo no está reconocida en Panamá y como asociación nacional estamos solicitando muy respetuosamente que el presidente de la Asamblea, Crispiano Adames, someta a discusión este proyecto de ley. Ya vamos para dos años y el proyecto ha quedado allí, no entendemos por qué, cuando se trata de un proyecto necesario ante la mora quirúrgica que existe en el país. Los instrumentadores quirúrgicos necesitamos que los diputados –y sobre todo el Dr. Crispiano Adames– hagan algo por los instrumentadores quirúrgicos.
Estuvo en la Universidad de las Américas (Udelas), pero el rector nos informó que fue cerrada porque no contaba con el visto bueno del Consejo Técnico de la Salud. Yo pienso que tuvieron que pensar en todo ese personal tanto graduado del exterior como panameño que se encontraba trabajando en los hospitales. La instrumentación quirúrgica únicamente no trabaja con los salones de operaciones, también con las casas de insumos médicos y equipos.
Hay muchos panameños que laboran como instrumentadores quirúrgicos, inclusive tenemos a la hermana de la diputada Kayra Harding, que es instrumentadora quirúgica y trabaja en Estados Unidos, pero si viene aquí a Panamá no puede ejercer porque aquí no hay idoneidad. Por supuesto que necesitamos nuestra idoneidad.
Lo que queremos es que haya seguridad en la atención de los pacientes, ni siquiera estamos pidiendo que nos den salario y que nos paguen más. Queremos que nos den la idoneidad para poder seguir trabajando y capacitándonos, porque tenemos la Universidad de Panamá, Udelas y otros institutos que perfectamente pueden preparar el personal. La carrera de técnico por dos años y medio, ahora mismo se dicta en el Instituto Superior de Ciencia y Tecnología, pero estos aun siendo técnicos, no están reconocidos ni tienen idoneidad. No es justo que si Panamá cuenta con profesionales altamente capacitados en el área quirúrgica y que han estudiado en el exterior, tampoco se pueda hacer uso de ese recurso humano.
Aquí en Panamá no estamos preparados para una situación de emergencia en la que se requiera operar a pacientes en determinado momento, porque no hay personal, tenemos una mora quirúrgica alta. Hay médicos que tardan hasta tres o cuatro horas para poder meter a ese paciente al salón de operaciones, puede estar el médico, pero el instrumentista está ocupado en otro cuarto de operaciones y hay que esperar a que se desocupe. Pueden tener 20 salones de operación, pero si no se tiene el personal, cómo se atiende a esos pacientes.
Estamos esperanzados en que se discuta este proyecto en la Asamblea Nacional, que los diputados se pongan la mano en el corazón, que piensen en el pueblo panameño, en la salud y en los problemas que tenemos actualmente. Un salón de operaciones sin personal capacitado, no puede funcionar. El proyecto incluso está avalado por médicos especialistas y cardiovasculares, y lo respaldan porque saben lo que ellos han vivido dentro de un salón de operaraciones.