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Toma de tierras en Bocas del Toro, un problema de vieja data que espera respuestas de las autoridades
- 08/02/2021 00:00
- 08/02/2021 00:00
En Bocas del Toro hay preocupación. Las invasiones de tierras privadas no paran y los propietarios de las fincas se sienten intranquilos por la falta de respuestas de las autoridades.
El 17 de enero unas 200 personas se instalaron en una finca que está a orillas de la carretera que conduce a la zona fronteriza de Guabito. El terreno es plano y fangoso.
La Estrella de Panamá realizó un recorrido por el lugar. Al momento de llegar al sitio solo estaban las casas, porque quienes invadieron trabajaban en el área bananera, según detallan los vecinos que sienten temor de ser atacados.
Las casas las construyen con bambú, pedazos de árboles y unas cuantas hojas de zinc, para protegerse de las inclemencias del clima.
Al tomarse los terrenos, los invasores derriban árboles de gran tamaño y sus cortes los realizan con equipos especiales como motosierras.
Alberto Smith es uno de los invasores. Delimitó su terreno dentro de una finca privada, pero eso no fue impedimento para cercar con un hilo y clavar una estaca con su nombre, fecha de llegada y número de cédula. Se siente dueño de ese pedazo que ocupó.
En el área de Changuinola, Bocas del Toro, unas doce fincas han sido invadidas y las autoridades nacionales como las locales tienen conocimiento, porque las propietarios se han organizado y le han remitido una carta a la ministra de Gobierno Janaina Tewaney, que lleva copia a la gobernadora Stella Stepheson y la alcaldesa de Changuinola, Yesica Romero.
Héctor Torres, quien salió de la comarca Naso, limpiaba y quemaba la hierba del sitio que un nieto lo ayudó a encontrar. En medio del fango, rodeado de otras familias con niños menores de cinco años, asegura tener pocos días en el área, pero lo hace para darle una educación a su nieta y no le queda otra opción.
Los asentamientos informales en Bocas del Toro generan otra preocupación para los residentes en la provincia, porque quienes invaden, constantemente cierran las vías para exigirle al Gobierno central y a las autoridades locales una solución a sus problemas de agua, comida, vias, electricidad, atención médica.
En el 2020, la provincia de Bocas del Toro enfrentó 70 cierres en diferentes puntos lo que afecta a comerciantes, plataneros, ganaderos, pequeños productores y ciudadanos que salen todos los días de sus hogares a buscar su sustento diario. En lo que va del 2021 ya se contabilizan 10 cierres de las personas que invaden los terrenos exigiendo ayuda por parte de las autoridades gubernamentales.
Los propietarios de las fincas invadidas, en los últimos años, no están dispuestos a ceder un metro de terreno. En el pasado, alegan, ya han cedido parte de su finca a precaristas que se han metido y que durante gobiernos pasados se les construyeron viviendas, a través del programa Techos de Esperanza, que desarrolla el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial.
También cedieron los terrenos para la construcción de la cancha de fútbol y de béisbol infantil.
Mario Julio Alcedo, uno de los dueños de finca afectados, subrayó que desde hace más de cinco años han sido víctima de invasiones a su finca.
Alcedo, junto con periodistas, intentó ingresar a su finca, pero los invasores clausuraron el candado de la puerta. “Esto es una situación de indefensión total y las autoridades han tenido muy pocas actuaciones. Son fincas que se han venido trabajando por muchos años”, reclamó Alcedo, quien consternado veía desde la orilla de la carretera que los invasores arreaban su ganado para seguir con la división de lotes, en la finca que tiene más de 70 hectáreas y es utilizada para la ganadería, siembra de plátanos y arroz. En la mañana del jueves, el ganado estaba en soltura, cosa que se convirtió en peligro para los conductores y un problema para los dueños de las fincas.
Alcedo pide a las autoridades que hagan valer las normas y lamenta que en esta última invasión se han quedado prácticamente con los brazos cruzados. “En el 2020 no hubo una sola invasión y ahora de repente, en los meses de enero y febrero, hay 15 fincas invadidas. ¿Qué es lo que motiva a esto? Obviamente hay una mano negra metida en todo esto”, destaca Alcedo, quien recuerda que los invasores anteriores mataron una vaca y se la repartieron.
Los afectados de las fincas invadidas sostienen que a los invasores les cobran un arriendo de $5 por mes y si no los pagan los amenazan con desalojarlos del terreno.
Los abogados reclaman que las autoridades no cumplen, porque recuerdan que el día que se iba a realizar un desalojo, la jueza de paz fue en tacones a sabiendas que en el área se debe utilizar botas de caucho, porque son terrenos fangosos.
Los residentes de Bocas del Toro temen que en algún momento se dé un choque entre las personas, por la escasa reacción de los organismos competentes.