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- 30/09/2014 02:00
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Una docena de huellas dactilares fueron encontradas en los celulares Apple y Samsung propiedad de Lisanne Froon y Kris Kremers, holandesas que murieron en circunstancias aún no esclarecidas después de recorrer el sendero El Pianista, en el distrito de Boquete, Chiriquí.
El informe practicado por el Instituto Forense de Holanda revela que tres de las huellas se hallaron en la cinta autoadhesiva que unía la cámara y los teléfonos. Una de las huellas, de la que se envió una fotografía a la fiscalía panameña, puede ser cotejada en la base de datos de Panamá.
El hecho parece haber pasado desapercibido para la fiscal Betzaida Pittí, quien hasta el momento no ha cotejado la huella dactilar con los lugareños que manipularon los objetos u otros posibles sospechosos.
Según el abogado Enrique Arrocha, defensa de la familia Kremers, la fiscal tampoco ha tomado declaración a las personas que entregaron a la fiscalía las pertenencias de las jóvenes, y menos aún, ha cotejado el ADN u otros elementos hallados en la vestimenta y artículos de las muchachas.
MUESTRAS DE ADN
El reporte forense neerlandés no logró detectar perfiles de ADN en los teléfonos y la cámara fotográfica. No obstante, de los sujetadores hallados a la orilla del río Culubre se sacaron seis muestras. Cinco de ellas no permitieron conseguir perfiles de ADN; la sexta procedía de uno de los empleados del Instituto.
De la mochila se obtuvieron 13 muestras, y se logró determinar que dos de ellas provenían de dos mujeres desconocidas. En la muestra número cinco se halló un perfil de ADN que era una mezcla de dos personas desconocidas, de las que por lo menos una es un hombre.
La tesis de la fiscal Betzaida Pittí consiste en que las holandesas se extraviaron durante su recorrido por el sendero y murieron en un accidente. La fiscal también hizo alusión a un informe preparado por la Autoridad Nacional del Ambiente donde se establecía la presencia de animales salvajes en la zona que Kris y Lisanne exploraron.
No obstante, en ningún renglón del informe neerlandés se detectó evidencia de ataque por un animal salvaje.
RASTROS BOTÁNICOS
De lo que sí hubo huellas fue de pedazos de hojas y material de suelo en la mochila y los sujetadores. El instituto forense de Holanda no logró determinar el origen de las plantas por falta de referencia. La tarea corresponde a la fiscalía panameña, pero, a la fecha, Pittí tampoco ha comparado estos resultados con la vegetación del sitio donde fueron hallados los objetos o con alguna zona aledaña.
Para los criminólogos, las evidencias con las que cuenta la fiscalía hasta el momento son suficientes para dar inicio a una investigación por homicidio. Los hallazgos son indicio de que las chichas no se perdieron, como sostiene la fiscal, sino que fueron asesinadas y sus restos, osamentas y pertenencias, colocados a orillas del río Culubre —a 12 horas de camino de donde se las vio por última vez— en forma intencionada.
Arrocha informó que el examen antropológico efectuado a los restos óseos de las jóvenes determinó que la costilla de Kris estuvo en un área donde hay presencia de fosfato, lo que explicaría su color blanquecino. Sin embargo, la fiscalía no ha establecido si el hueso fue sometido a un proceso químico en forma intencionada o circunstancial.
Recientemente, Pittí entregó las osamentas (evidencias para la fiscalía) de Lisanne a sus familiares. Al mismo tiempo, dijo estar a la espera de que la familia Kremers solicite los restos óseos para entregárselos. El abogado Arrocha indicó que no lo hará, pues se trata de evidencia imprescindible para completar la investigación.
Los forenses europeos también revelaron que las chicas hicieron varias llamadas a las líneas de auxilio de Holanda y Panamá, 112 y 911, respectivamente.