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Se recrudece conflicto en el norte de Etiopía; crece peligro de crisis humanitaria
- 26/08/2022 00:00
- 26/08/2022 00:00
El reciente robo de más de 500 mil litros de combustible destinados al transporte de alimentos en Tigré, al norte de Etiopía, agrava más la ya severa situación de hambre que vive el país africano.
El director del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, advirtió este miércoles que la pérdida de este combustible amenaza con empujar a la muerte a “millones de personas”.
El PMA señaló del robo al Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT), principal grupo rebelde que se enfrenta al Gobierno federal etíope y abandera un nacionalismo étnico que reivindica los derechos del pueblo tigray.
El gobierno también responsabilizó al FPLT del hurto y lo tildó como un “crimen de guerra”. Se trata de 12 camiones cisterna que se encontraban en Mekele, capital regional de Tigré.
Por su parte, los rebeldes rechazan las acusaciones del órgano especializado de la ONU y las tachan de “incendiarias”, de acuerdo con reportes recogidos por la agencia EFE. Estos se defendieron asegurando que el combustible fue parte de un préstamo que hizo el gobierno local tigray –administrado por el FPLT– al PMA luego de que el Gobierno federal “bloqueara” la ayuda humanitaria en la zona. Por lo que consideran el combustible como una “devolución”.
El FPLT aseguró que el combustible se utilizará para operaciones de servicios básicos en hospitales.
Naciones Unidas estima que cerca del 90% de los hogares en Tigré no tiene acceso regular a los alimentos y un 47% padece “inseguridad alimentaria grave”. Lo anterior se suma a un aumento de los precios de los alimentos como consecuencia de la guerra en Ucrania y las sanciones de occidente a Rusia, disparando hasta en un 300% los costos.
La ONU advierte que al menos 13 millones de personas necesitarán ayuda alimentaria, en un país que no tiene acceso al mar lo que dificulta el ingreso de insumos.
Tigré entró en una espiral de mayor violencia en un conflicto que tiene décadas y que se ha recrudecido paulatinamente desde 2020 tras la decisión del primer ministro etiope Abiy Ahmed, de lanzar una ofensiva militar en la región contra el FPLT.
Una guerra con desplazamientos forzados que superan los 2 millones de personas, miles de muertos y registra amplias denuncias por violaciones de derechos humanos, tanto del Gobierno etiope como del FPLT.
Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch denunciaron en abril pasado campañas de “limpieza étnica” contra la población tigray, en tanto que las milicias rebeldes, apuntan las oenegés, habrían cometido “crímenes de guerra” contra la población amhara, grupo étnico en disputa con los tigray.
A pesar de que la arquitectura estatal de Etiopía se estructura bajo un federalismo étnico que, en teoría, busca un balance en el reparto de cuotas de poder entre los diferentes grupos, en la práctica nunca se pudo establecer una armonía que acabara con el dominio de unos pueblos sobre otros.
La Unión Africana se pronunció este miércoles pidiendo un “cese inmediato de hostilidades” y reanudar las conversaciones pacíficas, una situación que por el momento parece poco probable.
La Unión Africana (UA) pidió hoy “enérgicamente” el “cese inmediato de las hostilidades” en el norte de Etiopía, donde los combates entre el Ejército federal etíope y los rebeldes de la región de Tigré (norte) se reanudaron este miércoles, rompiendo la tregua del pasado marzo.