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Este lunes 20 de enero el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró la intención de recuperar el Canal de Panamá.
Al dar su discurso de toma de posesión en el Capitolio Trump solo se refirió a un país: Panamá. El resto de sus palabras estuvieron relacionadas a la migración y economía estadounidense.
Trump calificó de “tonta” la decisión de transferir en 1999 el Canal a Panamá.
Además, afirmó que el istmo ha incumplido los términos del tratado, cobrando tarifas excesivas a los barcos estadounidenses y permitiendo la influencia de China en la gestión de la vía marítima, sin embargo, qué tan ciertas son sus acusaciones a la administración panameña del Canal.
Según Trump, en la construcción del Canal de Panamá se perdieron 38.000 vidas de trabajadores estadounidenses. Esta afirmación la dijo por primera vez el 21 de diciembre en su red social Truth Social.
Sin embargo, la gran parte de la fuerza física utilizada para la construcción de la vía acuática fue la de trabajadores de origen afrocaribeño, asiático e incluso europeo, los que llegaron al istmo con la ayuda de la administración estadounidense.
El artículo Aporte de las etnias al Canal de Panamá publicado en la revista El Faro del Canal de Panamá, detalla más sobre la contribución de las diferentes etnias en esta mega obra.
Además, Trump alegó que “Estados Unidos gastó más dinero que nunca”, en el Canal de Panamá, lo que es cierto en comparación a otras obras de la época, pues la nación norteamericana invirtió cerca de $3 mil millones en la empresa canalera, de acuerdo con la reseña histórica de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
Lo que no menciona el mandatario es que de esta cantidad, Estados Unidos recuperó $2 mil millones.
Otro de los puntos que señaló Trump en cuanto al Canal de Panamá es que Estados Unidos “ha sido tratados muy mal con este regalo insensato que nunca debió haberse hecho. Y la promesa de Panamá hacia nosotros se ha incumplido. El propósito de nuestro acuerdo y el espíritu de nuestro tratado han sido totalmente violados”.
Por su parte, el Tratado de Neutralidad del Canal de Panamá destaca que, este paso deberá ser manejado de forma eficiente de acuerdo con las condiciones del tránsito a través de la vía marítima, asegurando que los reglamentos para el tránsito sean “justos, equitativos y razonables y limitados a los necesarios para la navegación segura y el funcionamiento eficiente y sanitario del Canal”.
Hasta el momento, Trump no ha presentado pruebas concretas de un trato preferencial a otras naciones en su paso por el Canal de Panamá.
Aunque el mandatario estadounidense asegura que el Canal fue “un regalo”, diferentes sucesos de la historia panameña demuestran que el tratado de 1977 fue el resultado de una lucha generacional, la cual culminó el 31 de diciembre de 1999, con la reversión total del Canal de Panamá.
“La transferencia del Canal a Panamá fue un largo proceso de lucha, sacrificio, negociaciones complejas y esfuerzos históricos de ambos países. Este proceso concluyó con la firma del tratado Torrijos-Carter en la sede de la OEA, contando con el apoyo de la mayoría de las naciones del mundo”, recordó Alberto Alemán Zubieta, exadministrador de la Autoridad del Canal de Panamá.
Alemán Zubieta, quien estuvo al mando de la vía interoceánica de 1996 a 2012, explicó que los peajes del Canal de Panamá se ajustan periódicamente “mediante un proceso transparente e inclusivo” y con la participación de “todas las partes interesadas”.
En tanto, el administrador de la Autoridad del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez, le declaró The Wall Street Journal que las sugerencias de Trump, de que los barcos estadounidenses reciban “tarifas preferenciales” conducirían al caos.
Vásquez recordó que “las reglas son las reglas” y no puede haber excepciones a esas disposiciones en la vía marítima.
“No podemos tener excepciones para los chinos, los estadounidenses o cualquier otra persona, eso iría en contra del tratado de neutralidad, en contra del derecho internacional y causaría desorden”, dijo el administrador de la ACP.
De esta forma Vásquez le contestó a Trump, quien dijo que los precios por el tránsito de barcos estadounidenses son exorbitantes.