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El pasado 20 de enero, el Capitolio de Estados Unidos se vistió de los colores de su bandera nacional para celebrar la sexagésima elección presidencial en la que Donald Trump triunfó, en su segundo mandato, como el cuadragésimo séptimo jefe del Estado estadounidense.
Se presentó frente al público como una especie de “mesías” que prometió reiteradamente regresarle a su país el poder, la seguridad y la justicia que en algún momento perdió. “La Edad de Oro de Estados Unidos comienza ahora mismo”, expresó.
“A partir de este día, nuestro país florecerá y volverá a ser respetado en todo el mundo. Seremos la envidia de todas las naciones y no permitiremos que se aprovechen de nosotros nunca más”, continuó.
El mandatario recordó el atentado que sufrió en Pensilvania el pasado 13 de julio en Bethel Park, cuando Thomas Matthew Crooks, de 20 años, disparó ocho veces con un rifle tipo AR-15 desde el techo de un edificio cercano. El candidato en aquel momento recibió un disparo en la parte superior de su oreja derecha.
“Sentí y creo más ahora que mi vida fue salvada por una razón. Dios me salvó para hacer que Estados Unidos volviera a ser grande”, exclamó. Alegó entonces que su legado “más orgulloso será el de un pacificador y unificador”.
Casi un mes previo a la toma de posesión, Trump expresó su misión de retomar el Canal de Panamá y compartió el mismo sentimiento ayer dentro del Capitolio. Según el mandatario, “Estados Unidos ha gastado más dinero que nunca en la vía marítima y ha perdido 38.000 vidas durante su construcción”.
“Este regalo nunca debió haberse hecho y la promesa que nos hizo Panamá se ha roto. El propósito de nuestro acuerdo y el espíritu de nuestro tratado se han violado por completo”, expresó.
El Gobierno panameño respondió con un comunicado firmado por el presidente, José Raúl Mulino, en el que expresó su rechazo “de manera íntegra las palabras esbozadas por el mandatario Donald Trump, relativas a Panamá y su Canal”.
“Reitero lo expresado en mi mensaje a la Nación el pasado 22 de diciembre: el Canal es y seguirá siendo de Panamá y su administración seguirá estando bajo control panameño con respeto a su neutralidad permanente”.
El internacionalista Euclides Tapia conversó con La Estrella de Panamá y calificó las declaraciones de Trump como “un rosario de mentiras”.
“Al querer realizar una acción ilegal, Trump está creando un ambiente comunicacional ante la opinión pública interna y externa a base de mentiras para tomar acciones en contra de la República de Panamá. Es parte de una campaña para crear un ambiente negativo y tener el aval para las acciones que desea tomar”, explicó.
En su discurso, el estadounidense también mencionó que “los barcos estadounidenses están siendo severamente sobrecargados”. Tapia explicó al diario que la flota naval que se traslada a la costa este del territorio anglosajón, a través del Canal de Panamá, “no es estadounidense”.
“Estos son barcos de otras nacionalidades”, afirmó. “La mercancía se ve afectada por el costo de los aranceles y lo que Trump desea es abstener a Estados Unidos de dicho monto”.
Trump también hizo hincapié en los buques que atraviesan el Canal y que pertenecen a la Marina de Guerra de Estados Unidos, algo que Tapia calificó como “una cifra irrisoria”.
“Lo que quiere es reeditar el Tratado de Montería que le otorga a Colombia el derecho de paso libre por el Canal de Panamá. Sus amenazas forman parte de una retórica que utiliza para crear un ambiente de terror y obligar a nuestro país a negociar sobre sus términos”, explicó.
En cuanto a si el internacionalista piensa que Estados Unidos podría retomar el Canal de forma militar, opinó que “sería lo último que uno se imaginaría”. En una conversación con La Decana, el expresidente panameño Aristides Royo descartó por completo la posibilidad de que el mandatario estadounidense intente tomar a la fuerza la vía marítima.
“El Canal es propiedad inalienable de la República de Panamá y no creo que Trump se atreva a tomar una acción militar contra la República porque sería condenado por el mundo”, dijo.
Sin embargo, Tapia confirmó que Panamá aún carece de una estrategia que dicte cómo manejará el posible escenario.
“Públicamente no se ha dicho nada al respecto. No hay un equipo comunicacional por parte del Gobierno panameño para responder no solamente a sus insultos, sino a sus mentiras, y darle a la opinión pública internacional la versión correcta de los hechos”, dijo.
El mandatario estadounidense expresó nuevamente que el Canal de Panamá no está en manos nacionales, sino en las de China. “No se lo dimos al país asiático, se lo entregamos a Panamá y lo vamos a tomar de vuelta”, prometió frente a los presentes.
Royo desmintió esta declaración. “China no maneja absolutamente nada dentro de nuestro Canal”, aseguró. “Lo que tenemos es una empresa inglesa que era de Hong Kong y que luego forma parte de China, pero con un principio: un país, dos sistemas. China ha respetado los contratos que ha realizado el territorio autónomo cuando pertenecía a los británicos y los mismos están en ejecución”, explicó.
En cuanto a las naves marítimas estadounidenses, Royo afirmó que las mismas que cruzan el Canal “son muy pocas y no tienen un efecto en la economía del ejército norteamericano”.
Además de prometer la toma del Canal de Panamá a manos estadounidenses, Trump expresó que cambiaría el nombre del golfo de México por el golfo de América.
La mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, se burló la semana pasada de dicha propuesta según compartió Euro News en su portal web. La presidenta sugirió entonces que Norteamérica debería llamarse “América mexicana”.
En su rueda de prensa diaria, Sheinbaum se posicionó frente a un mapa de 1607 de la época colonial de la región y propuso el nombre, ya que un documento fundacional de 1814 que precedió a la Constitución de México se refería al país de aquel modo. “Suena bien, ¿no?”, dijo de forma sarcástica.
Trump también reveló sus primeras tareas del día como mandatario, siendo una de ellas firmar una orden que designaría a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras.
“Al invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, ordenaré a nuestro gobierno que utilice el inmenso poder de las fuerzas del orden federales y estatales para eliminar la presencia de todas las pandillas y redes criminales extranjeras que traen delitos devastadores a suelo estadounidense, incluidas nuestras ciudades y zonas interurbanas”, dijo.
Previo a la ceremonia, una fuente de la nueva administración -que declaró en condición de anonimato- afirmó que el gobierno designará “a los cárteles criminales y a otros grupos como terroristas globales”, citando al Tren de Aragua y la mara salvadoreña MS-13.
Trump no desaprovechó el momento para mencionar las falencias del gobierno que lo precedió. “Tenemos un gobierno que no puede manejar ni siquiera una simple crisis en el país mientras al mismo tiempo tropieza con un catálogo continuo de eventos catastróficos en el extranjero”, inició. “[...] tenemos un gobierno que ha otorgado fondos ilimitados para la defensa de las fronteras extranjeras, pero se niega a defender las fronteras estadounidenses o a su propia gente”, agregó.
Continuó mencionando la crisis forestal y los incendios en Los Ángeles, seguido del sistema de salud pública que “no cumple en tiempos de desastre, pero se gasta más dinero en él que en cualquier otro país del mundo”, expresó.
Trump, que siempre se le ha conocido por las políticas antimigración de su primer mandato, declarará “una emergencia nacional en nuestra frontera sur”.
“Se detendrá de inmediato toda entrada ilegal y comenzaremos el proceso de devolver a millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron. Reinstauraremos mi política de “permanecer en México” y enviaré tropas a la frontera sur para repeler la desastrosa invasión de nuestro país”, comunicó.
Expresó, además, su misión de dar a conocer a Estados Unidos como una nación fabricante donde “tenemos la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país de la Tierra y vamos a utilizarlo. Bajaremos los precios, llenaremos nuestras reservas estratégicas hasta el tope y exportaremos energía estadounidense a todo el mundo”, afirmó.
En cuanto a conflictos bélicos, el mandatario prometió construir “el ejército más fuerte que el mundo haya visto jamás”.
“Mediremos nuestro éxito no solo por las batallas que ganemos, sino también por las guerras que terminamos y en las que nunca nos involucramos”, expresó.